Con nuevas presentaciones en agosto y septiembre, vuelve el elogiado espectáculo “Gardel en París” que da cuenta de un perfil íntimo y conmovedor de la vida del “Zorzal criollo”. Patricia Bélières encabeza este show con su voz, acompañada por Pedro Cecchi en guitarra y Bruno Ludueña en bandoneón. Antes de este retorno a los escenarios, Bélières se presta a una rica charla sobre el legado del “Bronce que sonríe”, la actualidad del tango, las redes sociales y más

– Patricia, ¿cómo surge “Gardel en Paris”? ¿De qué manera fue cambiando a través del tiempo?
-Surgió hace mucho tiempo, desde ese amor que siento por lo intercultural. Toda mi vida me moví entre orillas- Francia, Brasil, Argentina- y mis producciones discográficas son la síntesis de esa pasión. “Gardel en París” comenzó como un “recital con algunas anécdotas” en la Scala de San Telmo junto al pianista Pablo Fraguela. En ese momento, estaba trabajando con Alejandro Cancela, actor y director de teatro; recién comenzábamos a vislumbrar nuestra Escuela de Interpretación. Fue él, en uno de esos varios “recitales con anécdotas” que me sugirió que Gardel podría ser una obra más integral.
– Y así la fueron desarrollando….
– Actualmente, podríamos decir que “Gardel en París” no es ni un recital ni una obra teatral convencional. Es una especie de unipersonal, con músicos en escena, donde voy contando y cantando la vida del Zorzal a través de una “polifonía”. En ese cuento hay cartas, testimonios de amigos, anécdotas que se van entrelazando con las canciones en francés que se escuchaban en los mágicos años 30 así como con los bellísimos tangos que cantaba Gardel. Ponemos especial énfasis en la época en que llegó a París y conquistó a todas las “étoiles”. Además, nos ocupamos del costado más humano de este artista que siempre iba un paso más adelante. Los espectadores se sorprenden y se emocionan.
– ¿Cómo surge el formato de guitarra y bandoneón para acompañar a la voz? Digo, ¡le da un toque especial al repertorio de Gardel…!
– Sí, justamente por eso lo elegimos. No nos interesan las copias sino la inmersión en el mundo de este artista maravilloso. Ésta es una obra que se aleja totalmente de los estereotipos. No hay imágenes, ni elementos teatrales en relación a Gardel. Es precioso, musicalmente hablando, ese diálogo entre guitarra y bandoneón. Los músicos que me acompañan son unos capos: Pedro Cecchi en guitarra y Bruno Ludueña en bandoneón. Suenan exquisitos.
– ¿Cómo fue tu trabajo como cantante, para adaptar tu voz a los temas?
-La voz se trabaja siempre. Es un entrenamiento constante. Tuve hermosos Maestros como Iris Guiñazú, Guillermo Rozenthuler, Patricia Graetzer. Actualmente, continúo mi entrenamiento vocal con Cecilia Gauna. Por otro lado, con Alejandro Cancela tenemos una Escuela de Interpretación desde hace muchos años y escribimos junto a Rodolfo Sánchez el libro “El cantante popular y la interpretación” editado por Melos Edi ciones Musicales. Tenemos una metodología propia en donde el decir con el cuerpo es uno de los pilares fundamentales. Trabajamos en base a lo interdisciplinario para poder sacar lo mejor -expresivamente hablando- de cada persona que viene a nuestros talleres. Esta obra es la síntesis de todo nuestro trabajo de investigación.
– ¿Costó más la elección de los temas o los arreglos que llevaron a cabo?
– La elección de los temas fluyó en función del guión (que escribí junto con Alejandro Cancela) y lo que queríamos decir. Los arreglos fueron hechos por los músicos y todo se fue entrelazando naturalmente. Cuando uno sabe lo que quiere decir, todo fluye.
– ¿Cuál es tu tema favorito para interpretar?
-No tengo uno, ¡me encantan todos los temas de la obra ! No podría elegir…

– ¿Cómo ves, hoy en día, a la figura de Gardel?
– No es una foto ni un cliché. Gardel no se copia; se siente. Fue un adelantado en todo. Es un artista que deberíamos conocer profundamente todas y todos los que estamos en el arte (y lo que no también). Deberíamos seguir su huella. Logró lo que logró sin internet ni redes, en los años 30. Fue un cantante maravilloso, un músico de aquellos, un ser generoso y único.
– ¿Cuándo y cómo entró Gardel en tu vida?
– Siempre me interesó la vida de este grande, pero el libro de Simón Collier-Gardel- me pudo. Ahí me puse a investigar más y más.
– ¿Qué opinión te merece el tango electrónico?
– Toda búsqueda que tenga “verdad” me parece interesante.
– ¿Crees que el tango, más allá de algunas cuestiones, puede llegar a obtener un mayor nivel de popularidad/masividad al que tiene al día de hoy?
– El tango tiene una riqueza enorme. Si logra conectar con nuevas generaciones (que, de hecho, es lo que está ocurriendo) sin perder su esencia, puede crecer en visibilidad y masividad. Ya hay artistas que lo están logrando.
– ¿Por qué siempre se escuchan los mismos tangos…?
– Porque son obras muy potentes, muy ricas, con letras y melodías que marcaron una época. Sin embargo, no olvidemos que hay una movida de artistas de tango contemporáneo que es muy interesante.
-Sos Master de Ciencias del Lenguaje. Al respecto, ¿de qué manera percibís las letras del tango? ¿Resisten el paso del tiempo? ¿Se las puede “resignificar”? Lo pregunto en relación a cierta consideración del tango como “machista” y los cambios producidos en tanto los derechos de la mujer.
– Las letras del tango reflejan una época, un contexto, con sus valores y sus contradicciones. Resisten el paso del tiempo por su verdad, su belleza poética, su profundidad emocional. Tocan lo humano. Hay muchas letras cuestionables, sobre todo en relación al rol de la mujer. Sin embargo, muchas de esas letras pueden ser reinterpretadas desde una mirada actual. O si las cantamos, son también para “recordar” de dónde venimos y no olvidar.
– Al día de hoy, ¿interesan las letras en la música?
Sí, aunque depende del contexto y del género. Yo creo que siempre habrá ganas de “decir”, de expresar. Ante tanto vacío, hay quienes todavía quieren conectar con la humanidad del otro, con sus vivencias, sus emociones, es decir, con todo lo que hace a un humano. Las letras narran, cuestionan, emocionan y son fieles testigos del contexto.
– ¿Qué pensas del rol de las redes sociales y las diversas plataformas digitales en la difusión y al acceso del público a la música?
– Tienen un rol importante en la difusión, pero muchas veces lo más visible no es siempre lo más interesante.
– ¿El uso del celular y el registro constante de los hechos por parte del público cortó con la ceremonia del recital?
– El hecho vivo es presente puro, es ritual. Nada va a romperlo aunque la necesidad de registrar pueda, en algún punto, interrumpir esa conexión directa. Habría que buscar un equilibrio entre la vivencia y el querer capturar o compartir la felicidad del momento.

– ¿Cómo son los cinco minutos después de bajar del escenario de “Gardel en París”?
-La obra requiere un trabajo intenso; se necesita muchísima concentración pero es lo que amo hacer. Siento una felicidad total y me cuesta muchísimo “bajar”. Son mucho más que cinco minutos para volver a la normalidad. (risas).
– Si te doy un formulario y te pregunta, “profesión”, ¿qué pones?
– Intérprete
– Si no eras cantante/música, ¿qué hubiera sido de tu vida?
– No podría hacer otra cosa.
-Si por la puerta de este bar, entrase la Patricia de 18 años, ¿qué le dirías? ¿Algún consejo y/o recomendación?
– “Escuchate y creé en vos; seguí tu camino más allá de cualquier condicionamiento”.
Presentaciones “Gardel en París”
Sábado 9 de agosto y 6 de septiembre. Teatro Payró. San Martín 766. A las 20 hs. (CABA)
Viernes 22 de agosto. Auditorio Walter Heinze. Italia 61, Paraná, Entre Ríos. A las 20 h.