¿Boleros en formato jazzero? Si, es posible. Dany Martin sacó su nuevo disco “Cosas del alma”, con un sonido prolijamente despojado que mezcla boleros con jazz. Con ideas claras y el aura de quien ha transitado una carrera prolífica, le cuenta a EDCL sobre su nuevo disco, recuerda a Mario Clavel, Rubén Juarez y da su punto de vista sobre el porqué no hay cantantes de boleros.
– Si. Mi historia comienza mucho antes de presentarme en “Hoy nace una estrella”, donde arranco como Dany Martin. Arranca de pibe, a los seis o siete años. Mi papá había cantado tangos con la orquesta de Lucio Demare, y era representante artístico cuando dejó la carrera. Atahualpa Yupanqui, Hugo del Carril fueron algunos de los artistas que tuvo.
¡Te cuento una anécdota! Mi papá es quien descubre a Rubén Juarez, en el 69, casi 70, en Teodelina, un pueblo del sur de la provincia de Santa Fé. Allí fue donde me bautizaron y habían nacido mis viejos. Ellos habían ido de vacaciones. Mi viejo estaba con esos artistas, el Quinteto Real, Edmundo Rivero. Llega al pueblo y le comentan que hay un pibe que andaba con el bandoneón. Que se iban a juntar esa noche en un asado y le iban a dar unos mangos. «Un asadito, que alguien toque, y le juntamos algo de guita para los pibes». Ese pibe era Rubén Juarez, que estaba con un tipo llamado Barbello que era su violero. Juarez tocaba el fueye y cantaba. Mi viejo lo escuchó y se impactó. Le dio una tarjeta y le dice “Pibe, no le prometo nada pero cuando llegue a Buenos Aires, llameme”. Cuando lo llama, mi viejo lo invita a un asado que se hizo en el departamento que teníamos en la calle Güemes entre Uriarte y Thames. También vino el Gordo Anibal Troilo, que era el Rey del Bandoneón y de la noche. Mi viejo le dice “Gordo, este es el pibe del que te hablé el otro día en Caño 14”. Troilo estaba tomando un whisky después del asadito y le preguntó a Juárez “¿Trajiste el fueye? ¡Tocate algo!”. Arranca y Troilo le pregunta “¿Cantás y te acompañas con el fueye?”, cosa que no era muy común en esa época. Juarez cantó uno o dos tangos. Troilo quedó enloquecido y le dijo “Tocás muy bien, voy a ser tu padrino”. Ahí, Juarez le dijo, cosa que no me voy a olvidar nunca porque estaba ahí, “¿En serio, Maestro?”. “¡Voy a ser tu padrino en Caño 14!”. El Gordo le sale de padrino y ahí arranca la carrera de Rubén Juárez.
¡Te cuento una anécdota! Mi papá es quien descubre a Rubén Juarez, en el 69, casi 70, en Teodelina, un pueblo del sur de la provincia de Santa Fé. Allí fue donde me bautizaron y habían nacido mis viejos. Ellos habían ido de vacaciones. Mi viejo estaba con esos artistas, el Quinteto Real, Edmundo Rivero. Llega al pueblo y le comentan que hay un pibe que andaba con el bandoneón. Que se iban a juntar esa noche en un asado y le iban a dar unos mangos. «Un asadito, que alguien toque, y le juntamos algo de guita para los pibes». Ese pibe era Rubén Juarez, que estaba con un tipo llamado Barbello que era su violero. Juarez tocaba el fueye y cantaba. Mi viejo lo escuchó y se impactó. Le dio una tarjeta y le dice “Pibe, no le prometo nada pero cuando llegue a Buenos Aires, llameme”. Cuando lo llama, mi viejo lo invita a un asado que se hizo en el departamento que teníamos en la calle Güemes entre Uriarte y Thames. También vino el Gordo Anibal Troilo, que era el Rey del Bandoneón y de la noche. Mi viejo le dice “Gordo, este es el pibe del que te hablé el otro día en Caño 14”. Troilo estaba tomando un whisky después del asadito y le preguntó a Juárez “¿Trajiste el fueye? ¡Tocate algo!”. Arranca y Troilo le pregunta “¿Cantás y te acompañas con el fueye?”, cosa que no era muy común en esa época. Juarez cantó uno o dos tangos. Troilo quedó enloquecido y le dijo “Tocás muy bien, voy a ser tu padrino”. Ahí, Juarez le dijo, cosa que no me voy a olvidar nunca porque estaba ahí, “¿En serio, Maestro?”. “¡Voy a ser tu padrino en Caño 14!”. El Gordo le sale de padrino y ahí arranca la carrera de Rubén Juárez.
– ¿El destino suyo era ser cantante?
-Si. Me contaban mis mayores, mis abuelos, que desde los cuatro, cinco años, agarraba un palo de escoba y me hacía el cantante. Mis viejos eran laburantes. Él era cantor de tangos y tenía otro trabajo para compensar lo que faltaba y mi mamá tenía una pequeña peluquería con una hermana de mi papá. Estaban todo el día afuera y me dejaban con mi abuela, la mamá de mi papá. Ya decía que iba a ser cantante cuando fuera grande.
– ¿De tango?
– De bolero. Dije que iba a ser cantante pero sin especificar. Cuando empiezo a cantar y gano el concurso de “Nace una estrella”, me dan seis programas como profesional. Cantaba canciones con letras livianitas. Me dediqué de lleno, al bolero, a los dieciocho años.
-Con la mayoría de edad.
-¡Claro! ¡Digamos asi! De los 13 a los 17….A los 17, había un programa en lo que era Teleonce, que se llamaba Telemúsica. Era muy visto al mediodía, de lunes a viernes y lo conducía Raúl Matas, un muy buen animador chileno. Estábamos con Rimoldi Fraga, Donald, que son de los que me acuerdo. También estaba el Trio Los Nocturnos. Me llegaron unas canciones de un tal Armando Manzanero, que no era famoso todavía. Era el año 66 y me dice Matas, “me llegaron unas canciones firmadas por un compositor mexicano llamado Armando Manzanero Canché”. Todavía usaba el doble apellido, que es el de la madre. Entonces escucho las canciones y me pregunta Matas, a la semana siguiente, si me habían gustado. “Me gustaron todas” le dije. “Entonces apréndetelas y estrenalas en el programa”. Como estaba dos veces por semana, estrené –sin darme cuenta lo que iban a ser tres años después-, “No”, “Adoro”, “Esta tarde vi llover”, “Mia”, “Llevatela” y “Cuando estoy contigo”. ¡Mortales! Después, cuando sale el primer disco de Armando en el 67, fue cuando tuvo ese gran golpe que todo el mundo le quería grabar sus canciones. Olga Guillot, Lucho Gatica, Daniel Riolobos, Antonio Prieto. Grabé mucho de Armando. En este CD nuevo, “Cosas del alma”, abre el fuego con “Esta tarde vi llover”.
– ¿Cómo fue hacer “Cosas del alma” en clave de jazz?
– Había tenido una experiencia en el 2007, al grabar un CD de características similares con Jorge Navarro. Grabamos un CD que vendió muy bien. Lo trabajamos casi un año con Jorge. Estuvimos por todos lados y funcionó porque los boleros se adaptaban perfectamente. Se cantaba el bolero y cuando terminabas, hacía un solo Navarro en tiempo de jazz y quedaba bien.
– ¿Le costó mucho cambiar el registro de la voz?
– Para nada. Al contrario, trabajé con un trío de jazz, con Guillermo Romero en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Luis Ceravolo en batería….aunque hay un tema que me acompaña Ricardo Lew en guitarra, él solo, en un bolero muy viejo llamado “Tres palabras”. Hay otras dos canciones que tocan el productor del disco, Juan Alberto Pugliano, que está conmigo desde hace 38 años. Fue él quien me recomendó a Romero. Juan es un pianista y un arreglador bárbaro pero como es una maravillosa persona, me dijo “Para el próximo CD, te voy a acompañar en tres temas pero lo tiene que hacer Guillermo Romero”. Le pregunté quién es y me dijo que es uno de los tres mejores pianistas de jazz de la actualidad. Tendrá cuarenta y dos años. Me dijo que lo llame a Jorge Navarro y le pregunte. Jorge me dijo que, casualmente, compartieron un CD llamado «Pianistas», con Romero. Ahí me convenció de todo. Me dijo “que te acompañe Romero porque va a ser un disco terrible”. Le va a gustar tanto al que le guste la música romántica como al que le guste el jazz.
– Además, imagino que le debe haber brindado un sonido nuevo a su propia voz…
– Si, claro. De eso no hay duda. Hasta lo compararía con el CD del año pasado “Aún estoy aquí” con el que celebré 50 años con la música y fue grabado en los Estudios ION, con Jorge Da Silva como técnico de sonido. El «Portugues» Da Silva es el mejor técnico de sonido del país. Todos grabaron con él, desde Piazzolla a la Negra Sosa. Con él, grabamos otro tipo de CD, con orquesta de treinta músicos. ¿Qué pasa? Cuando estas cantando con un apoyo atrás de treinta músicos, vos sos siempre el mismo aunque estas condicionado y amparado por esa orquesta que tiene violines, cellos y arpas. En cambio, con el trío, estas más desprotegido y libre al mismo tiempo. Al estar más libre, sacás de adentro todo lo que tenés por lo que el resultado es favorable a este que al de gran orquesta. Lo digo pese a que “Aun estoy aquí” está nominado a los premios Gardel de este año. Dos veces no me lo dieron, veremos la tercera. No soy de darle bola a los premios pero al Gardel…debo confesar, es un premio que me gustaría tener. Es importante y emblemático para todo el país, a través del cual, en mi rubro, compiten las nuevas voces con las tradicionales. La primera vez que estuve nominado me ganó mi queridísimo Roberto Sanchez, con el CD de poemas que fue lo último que grabó. Un gran amigo y artista al que le dieron el Gardel. Nos quedamos en la terna con Navarro. Y la otra vez estábamos con Valeria Lynch, Estela Rabal y Axel. Y se lo dieron a Axel!!! Sin comentarios. El chico no tiene la culpa y tendría que estar en otro rubro. Recuerdo muy bien que fue televisado y muy sabiamente algunas partes fueron cortadas, cuando lo pasaron en Telefe, porque sospecho que mucha gente habrá pensado que estando Valeria Lynch y Estela Raval –olvidate de mi-, ¿como le dan el premio a este muchacho? Tendría que estar en un rubro más pop y ahí si, está todo bien pero bueno…a cualquiera se le escapa la paloma.
Dany Martin nos recibe en su casa. Con amabilidad, hablamos de todo y cuenta anécdotas, tanto de su vida como de su padre que había sido representante de Atahualpa Yupanqui y Hugo del Carril y descubrió a Rubén Juarez. Además, muestra sus deseos de seguir actuando al tiempo que deja sus impresiones sobre el tango, el bolero y otras yerbas.
– En «Cosas del alma», ¿no hay un Dany Martin más crudo, más visceral?
– Si, sin ninguna duda. Es verdad. Tuviste una muy buena mirada. Cuando estas con tres músicos tremendos, que están amparándote pero haciendo su juego, te dan la libertad como para que puedas hacer lo que quieras. A veces, tiene tanta intensidad el cantar fuerte como a media voz. Depende como vos lo digas. Esto no lo podés hacer con grandes orquestas sino con un trio. O como con dos músicos excelentes, como cuando grabé “Vete de mi”, el bolero de los hermanos Expósito, que lo hice con Ricardo Lew y Juan Alberto Pugliano y nada más. Es el meollo de la canción.
Hay otra en la que me acompañaron los dos, que es una canción nueva de Manzanero que se llama “Cada vez que te enojas”. También me acompañaron los dos en una canción que me dejó Mario Clavel. Él estaba bastante enfermo y le pedía a Marga, su señora, que le pongan música todo el día. Mario era música. Terrible autor de canciones grabadas por Julio Iglesias, Roberto Carlos, Rafael. Entre tantas canciones que le pasaron, hizo una grabación personal de las últimas canciones hechas por él. Un CD que se lo había financiado pero fue para él, sus amigos o para presentar a nuevos intérpretes. Entonces, escucha “¿Que te pasó mi amor?” y le dice a Marga, “esta canción se la tenés que dar a Dany Martin”. Ella me lo comentó cuando fui a cantar a la memoria de Mario, a los treinta días que falleció, que se hizo en la Academia del Tango, arriba de El Tortoni. La sala estaba repleta, con muchos amigos de él, como Horacio Ferrer, Julio Lagos, Carlos Garaycochea, Jorge Luz. Fue una noche muy intensa. En el final, había un piano de cola y con Juan Alberto Pugliano, hice dos o tres canciones que había grabado de Mario. Incluso había grabado un par con Mario, en un disco que se llamó “Dany Martin de colección, con los mejores”, cuando cumplí cuarenta años con la música. Ahí canté con Chico Novarro, Mario, Jairo, Alberto Cortez….
Hay otra en la que me acompañaron los dos, que es una canción nueva de Manzanero que se llama “Cada vez que te enojas”. También me acompañaron los dos en una canción que me dejó Mario Clavel. Él estaba bastante enfermo y le pedía a Marga, su señora, que le pongan música todo el día. Mario era música. Terrible autor de canciones grabadas por Julio Iglesias, Roberto Carlos, Rafael. Entre tantas canciones que le pasaron, hizo una grabación personal de las últimas canciones hechas por él. Un CD que se lo había financiado pero fue para él, sus amigos o para presentar a nuevos intérpretes. Entonces, escucha “¿Que te pasó mi amor?” y le dice a Marga, “esta canción se la tenés que dar a Dany Martin”. Ella me lo comentó cuando fui a cantar a la memoria de Mario, a los treinta días que falleció, que se hizo en la Academia del Tango, arriba de El Tortoni. La sala estaba repleta, con muchos amigos de él, como Horacio Ferrer, Julio Lagos, Carlos Garaycochea, Jorge Luz. Fue una noche muy intensa. En el final, había un piano de cola y con Juan Alberto Pugliano, hice dos o tres canciones que había grabado de Mario. Incluso había grabado un par con Mario, en un disco que se llamó “Dany Martin de colección, con los mejores”, cuando cumplí cuarenta años con la música. Ahí canté con Chico Novarro, Mario, Jairo, Alberto Cortez….
– ¿Esto fue en el 2000?
– En el 2001, un disco infernal. Entonces termino de cantar, con la emoción de toda la gente, Marga (su compañera de toda la vida), su hija Silvia y cuando viene Marga a saludarme, me dice “Mario dejó esto para vos”. Me da un CD y me emocionó muchísimo. Lo puse y me encantó. ¡“Que te pasó mi amor” es una canción de amor maravillosa! Soy un obsesivo crónico de saberme tremendamente bien las canciones. Que Dios no me castigue pero no me gustan los artistas que leen arriba del escenario. Es una opinión muy personal. Creo que el artista tiene que salir y cantar. Tenes que saber la letra y si te olvidas una palabra, la remplazas con un sinónimo y seguís.
-Usted contaba que es obsesivo con su trabajo. ¿Le costó mucho elegir el repertorio para el último disco?
– Me costó por una razón muy simple. Tanto el bolero como el tango tienen un repertorio extremadamente rico. Hay, no quiero exagerar, más de mil boleros. Quería que en este CD estuvieran los boleros “aparentemente” olvidados por la gente. Los que vos le tirás el título a un tipo de cincuenta o sesenta años y lo sabe pero no se acuerda bien. Le cantas la primera frase y dice “¡Era este! ¡Si, lo conozco!”. Salvo algunos muy obvios como “Esta tarde vi llover” o “Algo contigo”, en todos los otros –viejos-, intenté que pase eso. “Noche no te vayas” o “Cosas del alma”. A mucha gente no le dice nada pero después lo saca enseguida. Lo reconoce quien pasó la barrera de los cincuenta. También me costó elegir los cuatro temas nuevos. Hay muchos nuevos pero bueno, hay una canción que me acompaña solo Juan Alberto Pugliano en piano que se llama “Olvidarte”. Es de Francisco Céspedes, un cantante muy famoso en la comunidad latina de EE.UU. Canta con una voz muy sucia y gran personalidad. No se como descubrí esto. ¿Viste que con la computadora empezas viendo una canción y terminás con una exposición de bronce en Taiwan? Ahí aparece Francisco Cespedes y lo rastree. Además el titulo de la canción es de una sola palabra, “Olvidarte”.
-¡Y una palabra muy fuerte!
– ¡Claro! Entonces me meto y me mató. Este tipo es para sacarse el sombrero. Hizo una gran canción. Después estaba la de Mario, la de Armando que es “Cada vez que te enojas” y la de Arturo Castro, un compositor mexicano, creador de Los Hermanos Castro –conjunto vocal muy famoso de los 50 y los 60-, que se llama “A las mujeres que amé”. Esto de las nuevas.
– ¿Es el último romántico?
-Quisiera no serlo. La verdad, quisiera…justamente anteanoche, hice una nota para Cadena 3. Pasaron algunos discos del pasado, del comienzo de mi carrera y este último disco. Justo me preguntaron lo mismo que vos. Te repito lo mismo que le dije allí. Estoy seguro que hay chicos y chicas de veinticinco años que cantan excelentemente bien boleros. Lo que hace falta es capital y que una grabadora se la juegue. Para impulsar a un artista nuevo, hay que invertir. Si bien es cierto que la industria discográfica está bastante bastardeada hoy en día –mucha gente baja música de internet y la venta bajó en un 40%-, a tipos como yo no nos hace mella porque siempre he vendido cinco mil o siete mil discos. En mi vida, vendí cincuenta mil. Por lo tanto, hay gente que está más preocupada en ser vendedores masivos. Tampoco me complica que bajen música mia de internet. Al contrario, me parece una manera de estar vigente, con diez videos dando vueltas por ahí. Dany Martin tal canción….El otro día, no se quien, subió el recital del ND Ateneo.
Volviendo al punto, creo que hace falta coraje. Voces hay. Fíjate que en el programa “Soñando por cantar”, he escuchado voces maravillosas pero la producción hace su juego. Rescatamos a Carlitos que es parrillero en tal lado, y canta como los dioses, pero cuando se apagan las luces, se acabó. La gente de la producción hizo su negocio, armaron un programa de hora y media, le pagó a los profesionales que están como jurado y nada más.
Volviendo al punto, creo que hace falta coraje. Voces hay. Fíjate que en el programa “Soñando por cantar”, he escuchado voces maravillosas pero la producción hace su juego. Rescatamos a Carlitos que es parrillero en tal lado, y canta como los dioses, pero cuando se apagan las luces, se acabó. La gente de la producción hizo su negocio, armaron un programa de hora y media, le pagó a los profesionales que están como jurado y nada más.
– Ese es el punto. Pero para ellos, Carlitos no tiene importancia.
– ¿Faltan cantantes o compositores?
– Faltan compositores porque insisto con la teoría que cantantes hay. No alcanzan a salir a la luz porque no los apoyan, no hay inversores ni compañía de disco. Por ejemplo, agarrá un cantante nuevo, y son casi doscientos mil pesos por lo menos, para sacarlo al ruedo. Un apoyo en serio y aguantarlo. En mi caso, el primer disco no se lo vendí a nadie. Fue un fracaso total ese simple. El segundo, tampoco. Pegué con una canción llamada “Zapatos sin talones”, en el 64. Explota en Córdoba, después el país y recién en Buenos Aires. Después me voy a Chile y Peru. Mi primera gira fue a los quince años. Fui a Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. A los veinte vuelvo a México, y a los veintidós me radiqué con mi mujer y mi hija mayor, del 73-76 y del 76 hasta casi el 2000, yendo y viniendo por Latinoamérica. Últimamente, casi que no tengo ganas de ir de gira y me están llamando para ir a Miami….
– ¿Nunca cantó en Miami?
– No, nunca y parece ser que la colonia argentina de Miami, que tiene un nombre que no me acuerdo, ha llevado a muchos cantantes para allá. Fueron a Miami a cantar para los argentinos y se enganchan todos los latinos. Muchos de los cantantes que han ido, son conocidos en Latinoamerica. Me llegó una propuesta pero estamos viendo. Quieren que esté un mes pero es mucho tiempo. Estamos negociando a ver si en noviembre o diciembre, pegamos una vueltita para la comunidad argentina.
– Los cantantes de tango dicen que se le pide que graben los clásicos para los turistas. ¿Con el bolero, pasa lo mismo?
– No pasa tanto porque son más los boleros clásicos. Con el tango pasa lo siguiente –y dicho por los tangueros-, fuera de Buenos Aires y en otros países, interesa el baile y el cantor es secundario. Eso me lo dijo el Polaco Goyeneche luego de dos giras con Tango Argentino. “Nene, canto tres o cuatro tangos y nada más. La gente quiere ver bailar”. Asi que, si lo decía el Polaco que le pasaba eso….
Por el lado del bolero, no pasa eso porque no tiene un baile muy lucido. Brinda la posibilidad del acercamiento del hombre con la mujer únicamente, con su cosa romántica. En el bolero, hay setenta clásicos al menos. Está bueno grabar clásicos. Creo que voy a seguir grabando clásicos.
Por el lado del bolero, no pasa eso porque no tiene un baile muy lucido. Brinda la posibilidad del acercamiento del hombre con la mujer únicamente, con su cosa romántica. En el bolero, hay setenta clásicos al menos. Está bueno grabar clásicos. Creo que voy a seguir grabando clásicos.
– Si por esta puerta entrase el pequeño Dany Martin que recién debutaba, ¿qué le diría?
– Le diría que no baje los brazos, que siga con ese mismo entusiasmo, de esa edad, de esos trece años, con lágrimas en los ojos por haber ganado ese concurso. Que no afloje porque va a cumplir cincuenta años con la canción y más!
-¿Le hubiese gustado grabar algún género en particular que no haya podido?
– Me gustaría grabar “Serenata para la tierra de uno”, de María Elena Walsh. Eso, por ejemplo, me viene a la cabeza. Igual me he dado muchos gustos con los discos anteriores. En el año 86, hice un disco llamado “Historia de amor”, una canción de Eladia Blazquez, que se llama “Vivir en Buenos Aires” con fueye incluído. Después la grabó ella, María Graña, un montón de gente. La grabé, no se si habré sido uno de los primeros pero por ahí andaba. Me saqué el gusto. Me decían “que vas a hacer? Si sos un cantante de boleros”. Quería un fueye y tocó Walter Ríos y demás pura cuerda. No me quedan muchas cosas por resolver o por querer grabar. Estoy muy conforme, salvo esta perla que te acabo de dar de María Elena Walsh, soy un enamorado de las tonadas mendocinas. De todas, las escritas por Armando Tejada Gomez, Tito Francia. Soy un enamorado de la música de Mendoza. Estoy conforme siguiendo en este camino, hasta que Dios me lo permita, vocalmente. Me siento bien y contento. Lo único es que a veces, los amigos me preguntan por eso de sacar un CD por año y les digo que es porque la voz la tengo hoy! (risas).
Ahora tengo una mirada positiva para el futuro, con planes a corto plazo. No puedo decir que “dentro de ocho años, voy a hacer tal cosa”. Que se yo si dentro de ocho años, Dios me va a seguir bendiciendo con que pueda seguir cantando. Entonces me aseguro la carrera, grabando el año que viene. En marzo voy a sacar otro CD que ya estamos pergeñando y será de boleros y baladas europeas. Ya grabé una canción de Charles Aznavour.
– Me gustaría grabar “Serenata para la tierra de uno”, de María Elena Walsh. Eso, por ejemplo, me viene a la cabeza. Igual me he dado muchos gustos con los discos anteriores. En el año 86, hice un disco llamado “Historia de amor”, una canción de Eladia Blazquez, que se llama “Vivir en Buenos Aires” con fueye incluído. Después la grabó ella, María Graña, un montón de gente. La grabé, no se si habré sido uno de los primeros pero por ahí andaba. Me saqué el gusto. Me decían “que vas a hacer? Si sos un cantante de boleros”. Quería un fueye y tocó Walter Ríos y demás pura cuerda. No me quedan muchas cosas por resolver o por querer grabar. Estoy muy conforme, salvo esta perla que te acabo de dar de María Elena Walsh, soy un enamorado de las tonadas mendocinas. De todas, las escritas por Armando Tejada Gomez, Tito Francia. Soy un enamorado de la música de Mendoza. Estoy conforme siguiendo en este camino, hasta que Dios me lo permita, vocalmente. Me siento bien y contento. Lo único es que a veces, los amigos me preguntan por eso de sacar un CD por año y les digo que es porque la voz la tengo hoy! (risas).
Ahora tengo una mirada positiva para el futuro, con planes a corto plazo. No puedo decir que “dentro de ocho años, voy a hacer tal cosa”. Que se yo si dentro de ocho años, Dios me va a seguir bendiciendo con que pueda seguir cantando. Entonces me aseguro la carrera, grabando el año que viene. En marzo voy a sacar otro CD que ya estamos pergeñando y será de boleros y baladas europeas. Ya grabé una canción de Charles Aznavour.
-Usted siente que el hecho de seguir en la ruta de cantar y grabar, como hacen Paul Mc Cartney, Bob Dylan o los Stones, los mantiene vigentes pero parece que los jóvenes a los cuales se le podría entregar la posta, no aparecen….
– Mirá, me alegra lo que decís de ellos porque son contemporáneos mios. Eso que decís también lo siento. Una vez dijo Atahualpa Yupanqui, cuando le tocó transitar por una Argentina en la que, para muchos, después que cumplis cuarenta años, estás acabado. Dijo Atahualpa una frase célebre “no es necesario matar al abuelo para que viva el nieto”. Yo pienso eso, por lo tanto deseo que vengan los nuevos pero mientras tanto, yo no me voy.