Cuando era chico, lo veía por la tele. Creador de canciones como “El Auto de Papá” que forman parte del cancionero popular, es un ícono de la televisión infantil. Pipo Pescador habla de todo lo relacionado con la niñez de nuestros días.
– Después de tantos años con los niños, hoy en día hay una crítica a los medios por la educación de los chicos. ¿Cómo ves a los chicos ahora?
– En una época, los medios estaban obligados por contrato con el Estado a brindar calidad y una programación para los niños. Esto fue cambiado y desautorizado y los medios no se sienten obligados a ofrecer nada a los niños. De última, ofrecen canales específicos para los niños. En realidad, Discovery Channel y Discovery Kids son bastante buenos. En general, son bastante buenos. Lazy Town es bastante interesante. O Jay Jay el avioncito. Tiene buen lenguaje, buena imagen y una actitud de conocimiento de las cosas de los niños que está bien. Se ha crecido mucho en el mundo en los principios psicopedagógicos que están en manos de todos. Esto es positivo. La única pena no es lo que se ofrece a los niños con el fin de que sea para los niños sino que ven lo que no tienen que ver. Que los niños vean la programación destinada a ellos, que ha mejorado mucho, está muy bueno. Pero el problema es que no todos tienen acceso a esos programas sino únicamente a la televisión de aire, que no es una nodriza muy aconsejable para los niños. Se respeta entre comillas el horario de protección al menor pero no se respeta el tema de las repeticiones en cualquier horario lo que ocurrió a las doce de la noche. Así el niño está expuesto a una televisión brutal, con una imagen indeterminada en cuanto a que no se sabe a donde llega o que puede salir. Y puede salir cualquier cosa. No solamente pornografía sino violencia de cualquier tipo. Creo que esto es un problema que va a terminar de dañar fuertemente a lo que es la infancia, que es un terreno muy anegadizo y muy frágil. La infancia es un ecosistema muy frágil que hay que cuidarlo muy bien. A la infancia le dañan los excesos de racionalidad y de crudeza ya que la infancia se vive entre la fantasía y realidad que da como resultado esa etapa dorada de la vida que después le da fuerzas al hombre para que después siempre tenga ese tesoro acumulador de energía positiva. A mi me parece que cuando ese ser que está entre la fantasía y la realidad, se encuentra con esa imagen cruda. No solamente el caño de Tinelli sino por ejemplo con el atentado terrorista que hubo en Irán creo. De pronto apareció un señor que había perdido sus piernas y le salían borbotones de sangre. Son brutales las escenas. Recuerdo que en mi niñez no me dejaban ver esas cosas. Violencia en todos los aspectos. El niño argentino está caminando por caminos muy sinuosos y al borde del precipicio. La escuela no es efectiva; el polimodal que hace agua por todos lados y lo siguen sosteniendo. Con una escuela debilitada, una familia con poca presencia porque los padres deben salir a trabajar, un sistema social complicado, sin deportes y sin la posibilidad de hacer nada al aire libre ya que está confinado en su departamento (tampoco hay posibilidades económicas para que vaya a escuelas para esto sin que tampoco sea una garantía), el niño argentino tiene como única salida la compu y la tele.
– Retomo lo que decís de los caminos sinuosos para lo siguiente. Hay quienes dicen que en vez de caminar se corre por esos caminos salteando etapas como pasó con Patito Feo y eso de las divinas/populares.
– No vi Patito Feo porque la verdad estoy muy ocupado muchas cosas pero si un poco las canciones. No las escuché tan detenidamente por lo que no te puedo hablar mucho al respecto. Si te puedo hablar de lo que pasó en estos últimos años que en realidad, han sido teñidas con una total mediocridad. No de mala intención sino de mediocridad. Se ha pasado de una diva a otra diva y a otra diva y son todas mediocres. No ha habido algo nuevo, que tenga peso específico y que vos digas: apareció algo. Algo que se sostiene. Son chicas que hacen cosas. Algunas mejores, otras peores con sus canciones más o menos remanidas, con temas parecidos, con ropa de princesita, con tules, florcitas y eso. Son todo lo mismo. Estamos estancados en el mundo infantil en cuanto a la creatividad para el mundo infantil que se ve. Porque hay una creatividad argentina que no se ve, que está en los teatros independientes o en los clubes y no tiene acceso al gran público. Este gran público hace varios años que ve lo mismo. Es todo una mediocridad emitida así, organizada así y que siempre termina igual, con la temporadita en la calle Corrientes para hacer la diferencia.
– ¿Con Carlitos Balá son los últimos mohicanos?
– Jajajaja, no se…Carlitos es Carlitos y yo soy yo. Carlitos es un gran artista popular. Es un divino que no ha bajado los brazos con una edad importante y sigue trabajando. Es un míto; muy respetuoso y cuidadoso de las reglas del espectáculo y de su público. Para mi, es único y entrañable para el pueblo argentino. Somos distintos. Yo soy otra cosa pero si querés verlo así…puede ser. También habría que incluir a María Elena Walsh y otros artistas que han quedado haciendo esa obra pensada y con una base ideológica clara. Después vienen los productos de los medios, los que salen con fritas, de lo que hay mucho ahora. Yo no pierdo la esperanza. En el mundo de espectáculo, cada tanto aparece alguien que marca la diferencia. Lo que pasa es que hace mucho que uno está esperando esa diferencia: un artista infantil importante. He visto algunos que podían ser pero terminaron rápidamente por el exceso de difusión. Hay que tener cuidado como se difunde. Si vos difundís a un artista de manera tal que no hay otra opción mas que verlo a la mañana, a la tarde y a la noche, prendés la tele y está, abrís una revista y está, vas al cine y está, llega un momento en que provoca un agotamiento. Lo que noto es que un artista cuando la pega un poquito y empieza a gustar, lo queman. Es tal la exposición que le da que no dan espacio más que a liquidarlo en un año. Que es lo que pasa generalmente, en un año se acaba todo.
– Esto me hace recordar un poco a lo que pasó con Piñón Fijo…
– No voy a especificar a ningún artista porque a mi no me pagan para que hable de nadie. Así que por lo tanto, me da lo mismo. Piñón Fijo es un artista gracioso, que tiene su encanto y su feeling con los chicos. Creo que estuvo sobre expuesto en un tiempo.
– Comentame un poco sobre los últimos libros que sacaste.
– “Buenos Airescitos” es una guía turística poética de Buenos Aires, “María Caracolito” que es la vida de una chica con síndrome de Down pero destinado a los chicos comunes. Para que comprendan e ingresen un poco en la realidad de la vida de una niña con síndrome de Down y “La Campana bajo el Agua” que trata la vida de niños sordos. Todos son de la editorial de El Narrador y están recién salidos. Los presenté en la Feria del Niño Infantil con mucho éxito y fue muy bonito.
– Imagino que los padres de treinta y un poco más tienen un cariño muy particular….
– Si, es cierto. Cuando actúo en algún lugar, se desborda de gente y el amor de los padres y madres….La mayoría, por ejemplo, el otro día, que los hice hacer de canguros, muchos lagrimeaban porque se acordaban de sus propios padres que les habían hecho de canguro a ellos. Para mi eso es un privilegio. El poder haber sobrevivido en un mundo tan incierto, tan cambiante….Poder decir que tengo una carrera que se inició en el 70, con cuarenta años en el medio y decir que puedo seguir esa carrera, que estoy bien para hacerlo en un escenario….el poder unir a dos o tres generaciones, contando a los abuelos y eso es emocionante.
– ¿Los discos?
– Los hizo la BMG una edición del Disco Amarillo, hace unos cuatro o cinco años. Ahora están agotados. Hay que sentarse a reformular a Pipo Pescador.
– La última pregunta, después de todos estos años, si tuvieras la chance de hablar con el pequeño Enrique que salía de Gualeguaychú para hacer sus primeras armas ¿qué le dirías?
– Le diría que estuvo bien lo que hizo. Que fue muy arduo, muy duro, muy complejo pero que fue un buen camino. Que si lo tiene que volver a hacer, la haga porque vale la pena haberlo hecho. Nunca soñé con triunfar ni nada sino hacer lo que me gustaba para con los niños. Dicen que los que triunfan de verdad, nunca se imaginaron que iban a triunfar. Lo hacían de corazón y yo lo hice todo de corazón. No calculé el mercado al que iba a ingresar. Canté y escribí, me porté y me vestí, me armé como una figura con lo que sentía en mi corazón y esa figura verdaderamente ha sido muy fuerte. Pasaron treinta y ocho años y sigue siendo muy fuerte. A ese Enrique lo felicitaría y le diría que si tiene otra vida para vivir, que puede hacer algo similar a eso. Seguir a su corazón en lo que le dictaba y eso lo va a llevar a un buen fin.