Bafici 2019. Toma 7. Luciano Arruga ¡presente!

Apenas nos enteramos de la presentación de este documental, queríamos verlo. El caso Luciano Arruga no fue uno más. Un chico desaparecido y asesinado en democracia por la Policia de la Provincia de Buenos Aires. La «Bonaerense», como es tristemente conocida. 

El 31 de enero de 2009, Luciano nunca llegó a casa de su hermana Vanesa. Ya había tenido inconvenientes con la ley, al negarse a robar para la poli y preferir su rutina de cartonear por la zona de Lomas del Mirador. ¿Dónde estaba Luciano?
El documental pergeñado por Ana Fraile y Lucas Scavino da cuenta de la búsqueda de Vanesa junto a su mamá y amigos de la familia para dar cuenta del paradero de Luciano. Opresivo y esclarecedor, parte del juicio a los acusados del asesinato, con el testimonio de Vanesa. 
Desde ese momento, la cámara toma en consideración todas las acciones realizadas por el grupo de la familia y amigos. Se mete tanto en la organización de eventos que llamen la atención de lo ocurrido como en lugares más íntimos, tal como la discusión con un fiscal respecto al caríz que estaba tomando la causa. 
Al respecto, es menester tomar en consideración dos puntos. Primeramente, es una desaparición ocurrida en un período democrático. En tal sentido, es apreciable la forma en que el poder político, judicial y mediático se hicieron los distraídos frente al caso.  
Por otra parte, se ve aprecia una criminalización de la pobreza. El pobre como enemigo o paria de la sociedad al cual hay que humillar y desaparecer, por parte de los Aparatos Represivos del Estado, tal como la polícia. En tal sentido, esto va más allá de las complicidades propias del Estado sino también de personas -¿como uno?- miran para otro lado, haciendo uso y abuso del ombliguismo clase mediero/alta. Es ilustrativa la escena en que los vecinos al destacamento de policia -que se transformó en casa de la memoria por Luciano Arruga- increpan a los familiares y amigos. Los insulta y les dicen «la tranquilidad se acabó cuando llegaron ustedes a hacer ruido». ¿Qué clase de tranquilidad quería esta señora? ¿La del «no te metas», «por algo será» o «algo habrán hecho»? Esto va más allá de la grieta. 
No se teme en mostrar como se encara el camino de búsqueda de justicia y de como las puertas se cerraban. Inclusive, con viaje a Ginebra para encontrarse con la ONU por el tema. 

Otro momento por demás poderoso es la noticia de la aparición del cuerpo de Luciano, dejado en una morgue como NN y la descripción que se hace de los momentos previos antes de cruzar la autopista en la cual encuentra la muerte. La secuencia es tan terrible como conmovedora.

La importancia de Pablo Pimentel -referente de los Derechos Humanos- asi como la participación de Adolfo Perez Esquivel y Nora Cortiñas muestra la importancia del caso. De más está decir que el Estado es culpable de la desaparición de personas en democracia.

Absolutamente conmovedor de principio a fín, «¿Quién mató a mi hermano?» es un documental tan necesario como esclarecedor. Más aún, en tiempos de discurso de mano dura y discriminación al «diferente», al que «no es como yo», por parte de las autoridades como de los medios de comunicación. 
Hubo diálogo entre el público y los directores. El mismo Javier Porta Fouz fue quien la presentó, antes de su proyección. Después, algunos colaboradores del Festival se hicieron cargo del micrófono.  
– ¿Por qué decidieron hacerlo y como fue el proceso de la búsqueda del material?
-Hay un aspecto que no debe pasar desapercibido que Luciano fue un desaparecido en democracia. Eso ya, de por sí, es medio inconcebible enunciarlo. Tomamos conocimiento de la desaparición de Luciano por medio de la prensa en un principio. Después, nos acercamos a Vanesa y al grupo de familiares. En un principio trabajamos con registro de la actividad que estaban haciendo ellos en ese momento, que era reconvertir el ex destacamento policial de Lomas del Mirador en un espacio para la memoria. Acá está Mónica Alegre, madre de Luciano. Esa fue la propuesta inicial. Empezamos a hacer estos registros como aproximación a la investigación. También conociéndonos con Mónica, Vanesa y el grupo de amigos. Empezamos a trabajar una idea de guión en el 2014. Cuando ya teníamos algo bastante terminado, apareció el cuerpo de Luciano lo cual modificó todo. En el medio lo íbamos a presentar en el Instituto del Cine pero lo mandamos para atrás. La realidad nos iba dictando otras cosas. El asunto es que, luego de la aparición del cuerpo de Luciano en octubre del 2014, para enero del 2015 en conmemoración de los seis años de la desaparición, empezamos formalmente a registrar. Fuimos a la marcha, que fue muy emocionante y emotiva, que fue desde la casa de Luciano hasta el lugar que falleció. Después ya teníamos planeado un viaje a Ginebra para llevar a la ONU la actualización de como iba la causa. Ya se había hecho un reclamo inicial en el 2010 y después en el 2015. También trabajamso con un montón de material de archivo que chicos y chicas habían registrado.

A la mamá de Luciano, qué sensación tenes al ver este documental? Cómo se sigue después de esto? Tenés algún mensaje para dar?
– ¿Mensaje? Soy la menos indicada para dar mensaje. ¿Qué sensación tengo? Es revivir diez años de lucha de los cuales los cuatro primeros no estuve. Muchos lo saben y se vió claramente. Estuvo Vanesa, mi hija. Son diez años de Vanesa, familiares y amigos. Diez años de buscar. Diez años de buscar; dieciséis de ilusiones, de futuro. Hubo diez años de mucha lucha. Como dijo Vanesa,  se cerraron demasiadas puertas. Nos pasaron demasiadas cosas. Nos persiguieron, nos hostigaron. No bajaron nunca los brazos. Cuando digo “ellos”, me refiero a Vanesa, familiares y amigos. No quiero dejar de lado a Pablo Pimentel que fue la primer persona de la cual estoy muy agradecida. Cuando Vanesa estaba caída, él la levantó y le dijo “Te creo” y la acompañó. Creyó en Vanesa. Pensé que Luciano iba a volver. Esperé a mi hijo cuatro años de mi vida y no creí. Que me remueve esto? Muchas cosas. ¿Qué puedo decir o qué experiencia puedo dejar? Que, como dijo Vanesa, nada es imposible. Todo se puede. Nunca hay que bajar los brazos. Hay que seguir adelante y pelear, cuando tiene la verdad en la mano. No callarse nunca. Por más grande que sea el adversario, hay que seguir adelante. Hay que defender a nuestros hijos con uñas y dientes. Tal como hizo Vanesa con su hermano. No tengo más que decir. Agradezco a los que hicieron la película, los familiares que hicieron su aporte. Que sigan adelante. Que nunca jamás bajen los brazos. Eso es lo que puedo decir a todas las madres.
-Mi nombre es Alberto, padre de Darío Santillán, quería felicitar al director y a todos los que pusieron su empeño. Estos casos es necesario que se visualice. Siempre requieren visualizarse. Esto es algo hermoso, contundente y demuestra que hay que seguir haciendo las denuncias. Me emociona mucho esto y es un claro ejemplo que no hay que dejar lugar a que maten a nuestros hijos. Somos los encargados de pelearla en las calles, que es el único lugar que nos queda, para decir quienes son los hijos de puta que matan a nuestros hijos.
-Lo mio no es una consulta sino agradecer a todos los que luchan y a los que hacen visible la lucha porque en cine últimamente, y más con estos gobiernos de mierda que tenemos ahora, no muestran lo que pasa en las calles. Es un esfuerzo muy grande y sé que representa un montón de cosas derribar todo lo que nos oprime. Muchas gracias porque son una verdadera enseñanza. No solo para mi sino para un montón de pibes que estamos en la calle. Al igual que la mamá de Luciano o el padre de Darío, es solo una bandera de lucha. Es impresionante ver como se transmite en la calle. Muchas gracias.
-Mónica:Perdón pero quiero agradecerte en nombre de Alberto y nombre mio. Acá hay otra mamá luchadora. Agradecemos tus palabras y ahora me voy a sentar porque me siento incomoda.
-Mi pregunta es sobre las “puertas que se cerraron” y sobre las “amenazas”. Alguna puerta se abrió? ¿Continuaron las amenazas?
– La película es reciente. No podemos hablar de las repercusiones. Y las amenazas, las tomamos en relación con el conjunto más grande que sucedió, con estos años de lucha, que de todas las víctimas. No es casualidad que acá haya familiares de otras víctimas de la represión estatal. Las amenazas siempre siguen pero no las tomamos las que nos suceden a la familia o los amigos sino a todo el conjunto de víctimas de represión estatal que sufren permanentemente. Lo que más sucede en las causas respecto a la represión estatal a los familiares que denuncian, es la permanente amenaza y amedrentamiento para generar terror. Bueno, acá estamos. Ellos dan cuenta que la lucha está todos los días y acompañando la lucha de los otros familiares. Para nosotros, es la gran ganancia de estos años de lucha, el generar lazos de solidaridad con otras familias que han transcurrido por el mismo dolor.
Esther Diaz: Antes que nada, felicitar No voy a agregar nada a lo dicho por los familiares y personas que participaron. Adhiero a todo este discurso. Quisiera preguntar, como cineasta, porque es impactante cuando comienza la película, el material del juicio.
-Es material nuestro. Lo registramos nosotros exclusivamente para la película. Hicimos un registro de todas las jornadas del juicio oral.   
-¿Cómo trabajaron el plano de la edición ya que hay muchos planos muy claros, con mucha luminosidad?
– Los familiares hicieron un registro muy exhaustivo y muy bien hecho. Se nota en las texturas y las diversas cámaras. El trabajo fue más de edición y visualizar e identificar que podía ser parte de la película. Cual sirve para narrar y contar la historia. El proceso de montaje lleva un tiempo extenso porque la visualización del material es larga. También está condicionado por el tipo de historia que se quiere relatar. Queríamos estar bien cerca y próximos a los familiares.
-Queria saber si tuvieron algún problema para llevar esto a la pantalla? Amenazas o algo?
– Amenazas, no. Tuvimos muchos problemas pero no de ese estilo. Los problemas que tiene cualquier persona que quiere hacer una película en este país, que esta película trascienda y si se pone ambiciosa, por querer llevarla a todos lados, generar conexiones con familiares de otros lugares del mundo o exhibirla en otros lugares. Que llegue a todo el mundo con la mayor repercusión, a la cantidad más amplia de públicos, tiene que tocar al Instituto del Cine para lograr financiamiento. Esto lleva a complicaciones, trabas de las burocráticas hasta vaya uno a saber cuales.
-Cuando mencionaron “las puertas que cierran y se abren”, dijeron de la persona que se le ocurrió cotejar las huellas dactilares con los bancos directos. Ahí es donde hablaron de “un rasgo de humanidad donde se habían cerrado todas las puertas”. Hay una búsqueda de transformación de la realidad. Interpelar de forma directa, con apelaciones de la humanidad, dentro del sistema, con tantos casos de impunidad.
– Si. Lo fácil es sacarse el tema de encima. No hacerse cargo y evitar la responsabilidad poniendo en juego el propio puesto de trabajo. La película apela a que los espectadores puedan identificarse y pensar o repensar la forma de abordar su compromiso social, su propio trabajo. Obviamente desde su propio lugar.
-Se acercaron al caso por la información periodística, con interés artístico. Cómo te transformó el estar con ellos, su proceso de organización y la capacidad de gnerar lucha con causas colectivas? Cuan distinto estas respecto de ese inicio?
– Pregunta difícil. Me siento distinto. Ver accionar al grupo, a Vanesa, a Mónica a Pablo, con quien me siento más cerca. Pablo fue quien puso música a la película con Daniel Calabrese quien aparece al final. Yo mismo soy músico y me acerca a la expresión estética que la música puede dar. Creo que la respuesta está más cerca es porqué uno hace lo que hace. Qué sentido le da. Hacer cine y buscar un camino estético tiene puntos fuertes de contacto con un camino ético. Estética y ética pueden juntarse. Lo bello se parece a lo justo a mi modo de ver.  Esa búsqueda de justicia es una búsqueda de belleza y ver a alguien buscar justicia es hermoso.
Ficha técnica:
Titulo original: ¿Quién mató a mi hermano? Año: 2019. Guión y dirección: Ana Fraile y Lucas Scavino. Con Vanesa Orieta, Mónica Alegre, Pablo Pimentel, Nora Cortiñas, Adolfo Perez Esquivel Género: Documental. Duración: 88 minutos. Origen: Argentina.
-Domingo, 14 de abril. Multiplex Belgrano 8. A las 15.10 hs.

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