Todo el auditorio Hebe de Bonafini es utilizado en su totalidad para que los actores se metan entre la gente para desarrollar el hecho teatral, sin las “barreras” de las butacas y del escenario. Los espectadores caminan entre los actores y bailarines e incluso, en ocasiones como el recordatorio del 17 de octubre, directamente, interactúan con ellos. De esta forma, el surgimiento del peronismo y la resistencia opuesta por las clases altas a las reivindicaciones obreras se ven de manera palpable, con dinamismo y lejos de un discurso pedagógicamente pesado.
La memoria de otros tiempos, que parecen repetirse ahora, permiten que se aprehenda una situación paradigmática de la historia de nuestro país. Si bien toma un período un particular, es fácilmente extensible a nuestros días por motivos bien conocidos. La forma en que se van contando los hechos, las actuaciones y las canciones son plásticas y bien llevadas a cabo por un elenco aceitado en un performance. La buena cantidad de niños que presencian el espectáculo se siente atraído por un puesta que los incluye desde la igualdad y la interacción mencionada.
Si bien es una obra política, privilegia el arte por encima del panfleto aunque se sabe la orientación de la misma –lo cual, ¡está bárbaro! “Palo y a la bolsa” permite una reflexión sobre un tiempo que vuelve y es cíclico en un país donde no todo es tal como se lo ve….o se lo quiere mostrar.
muy recomendable, la verdad es que el grupo se pasa.!
julai