BAFICI 2015: Rock de aquí…y de allá.

El BAFICI siempre tiene gemas a nivel musical. Más precisamente en relación con el rock. Esta edición, no fue la excepción. Aquí dejamos dos documentales y una película que, con sus particularidades, formaron parte de la programación y deberían ser estrenadas comercialmente a la brevedad.  


“El Trovador siempre vuelve”

Justo reconocimiento para un grande


Título inglés: The Troubadour Always Returns. Año 2015. Formato: DM. Color. Duración: 65 minutos. Guión y dirección: Roque Catania. Fotografía: Virginia Rojas. Edición: Mariano Saban. Sonido: Gaspar Scheuer. Música: Roque Narvaja. Producción: Martín Esnaola. Producción Ejecutiva: Débora Giammarini. Producción general: Alfonsina al Mar Cine.

Con Roque Narvaja, Miguel Cantilo, Litto Nebbia,  Alfredo Rosso, Maxi Trusso


Roque Narvaja es de esos casos de músicos “malditos” en tanto y en cuanto, más allá del indudable talento que posee, le faltó un poco para lograr ese arraigo entre la gente. Muchas de sus canciones son conocidas e incluso como himnos de cancha de fútbol (tal es el caso de “La reina de la canción”).


“El trovador siempre vuelve” recapitula la historia de Roque Narvaja a partir de los testimonios de gente con que estuvo con él en diversos momentos de su vida profesional (Litto Nebbia, Marián Farias Gómes, Miguel Cantilo o Enrique Mallorens). Igualmente, retoma su período en la Joven Guardia, centralizando la temática en sus comienzos con la música, el exilio con la Dictadura y su llegada a España, aunque también hay tiempo para ubicarse en su actualidad, en Rosario y su afición por la aviación.

Lo bueno del documental en si es que es muy dinámico, con testimonios por demás exactos de gente de alto prestigio, que pudo dar cuenta de lo que fue la incidencia de Narvaja a través de su música. Creador de hits como “El extraño del pelo largo”, “Soy igual a los demás”, Narvaja es un emergente de un contexto político-social atravesado por la dictadura de Onganía y que se extenderá hasta la de 1976. Será el momento de exilio en España que marca un quiebre en la película. Allí, el testimonio de Marian Farias Gómez es fundamental no solo para enmarcar la época sino para dar cuenta de cómo Narvaja termina teniendo una fuerte influencia en la música de España. Ambos conformaron un dúo por demás exitoso en aquellos años de exilio.

Por otra parte, el documental toca todos los aspectos de la carrera de Narvaja, incluyendo discos como “Octubre”, “Primavera para un valle de lágrimas” y “Chimango” en los que la política y la música se entrelazan. Un punto que se destaca es la osadía de Narvaja para encarar proyectos más comprometidos en los que, por ejemplo, llama por su nombre a lo que fue la desaparición de Luis Pujals, como “Balada para Luis”, un importante dirigente del PRT, desaparecido en 1971. Porque, en esa época, había que tener cojones para hablar de la realidad con su propio nombre y versos como “Los que somos tus hermanos te buscamos Luis Pujals”. Ubicarse como 

Otro momento por demás destacable es la charla que tiene con su amigo Enrique “Quique” Mallorens en el que la amistad y el recuerdo se entremezcla en hechos que son por demás sensibles a la historia de nuestra cultura.


Párrafo aparte para las versiones que se escuchan de los clásicos de Narvaja. Diferentes a las originales pero que dan cuenta tanto de la calidad interpretativa de quienes las llevan a cabo como de la solidez de canciones fabulosas.


Con calidad artesanal y un muy buen gusto tanto en la selección del material como en la filmación propiamente dicha del material, “El trovador siempre vuelve” es una gema imperdible para (re) descubrir y hacer justicia para un Roque Narvaja que debería ser más reconocido de lo que es en la actualidad.

“Love and mercy”


Balada para el genio turbulento


Título español: Amor y misericordia. Año: 2014. Formato: DCP. Color. Duración: 120 minutos. Dirección: Bill Pohlad. Guión: Michael A. Lerner y Oren Moverman. Fotografía: Robert D. Yeoman. Edición: Dino Jonsäter. Sonido: Eugene Gearty. Música: Atticus Ross.

Producción: Bill Pohlad, Claire Rudnick Polstein, John Wells y Brian Wilson. Producción Ejecutiva: Jim Lefkowitz, Oren Moverman y Ann Ruark. Producción general: River Road Entertainment, Battle Mountain Films. Con John Cusack, Paul Dano, Elizabeth Banks, Paul Giamatti, Jake Abel



Una biopic siempre llama la atención de quienes son los seguidores de aquel personaje que se toma para el desarrollo del film. Más aún si es uno de los músicos más influyentes de los años 60’.


Brian Wilson, líder de los Beach Boys, no tuvo una vida fácil. Mastermind de esa gema musical llamada “Pet sounds” en forma de vinilo, pasó por una etapa en la que los excesos y una mente atormentada hicieron que descienda al más profundo de los infiernos.

Pero lo que hace Bill Pohlad es tomar los dos extremos de la vida de Brian Wilson y los retrata, tal como es el título de la película –amén de ser el simple de su disco solista “Brian Wilson en 1988-, pero sin edulcorarlo. Seguramente podría haber sido más duro con algunas cuestiones pero retrata la caída en desgracia del genio creador de la banda que intentó –y obviamente no lo logró- competir con The Beatles, desde los Estados Unidos.

Al fin y al cabo, esto es Hollywood y la historia debe venderse.

Por tal motivo, a partir de la historia de amor que vincula al músico con la vendedora de autos Melinda Ledbetter como disparadora de la acción, comienza una gira mágica y misteriosa al centro de la vida de Wilson.


La película va y viene entre los años 60 y 80, momentos de auge y declive de Wilson, con pinceladas de momentos significativos en la vida de Brian como la vez que escuchó Rubber Soul de The Beatles y la promesa que le hace a su esposa, “Voy a hacer el disco más importante que jamás se haya hecho”, la caóticamente genial sesión de “Fire” con todos los músicos vestidos de bomberos o la venta de los derechos de las canciones de la banda por parte de su padre.


Paul Dano y John Cusack, con muy buenas actuaciones, se hacen cargo de llevar la vida de Brian sobre sus hombros y lo logran de una excelente manera. Dano es el Wilson de los años 60, tan creativo y brillante en el estudio de grabación como timorato de la figura de su padre y cierta molestia de las presentaciones de la banda. La parte musical de la película se centra en este período mientras que el corte dramático se ubica en los 80, con Cusack en el cuerpo de un Wilson completamente dependiente del tratamiento al que lo sometía su terapeuta, el polémico Eugene Landy. Será en este momento en el que las presencias tanto de Melinda como Landy (a cargo de una correcta Elisabeth Banks y un gran Paul Giamatti –esos ojos…que dan miedo de mirarlo y cruzar mirada con él-) se disputan el cuerpo y alma de Wilson.


Disfrutable de principio a fin, “Love and mercy” es mucho más que un recordatorio hollywoodense de  una figura de antaño para convertirse en el reconocimiento que se le debía desde hace rato a un músico único y creativo como lo fue Brian Wilson. 

 

“Más de un millón”


Punk not dead


Título inglés: Attaque 77, the Documentary. Año 2015. Formato: DM. Color: B&N + Color. Duración: 80 minutos. Dirección y producción ejecutiva: Nicky Pintos. Guión: Nicky Pintos y Lala Toutonian. Fotografía: Carola Danza. Edición: Ezequiel Scarpini. Sonido: Max Ramírez. Música: Mariano Martínez. Producción: Jeremías Sani, Jimena Carballeda y Lala Toutonian. Producción General: YoVisual Image Factory. Con Mariano Martínez, Leo de Cecco, Luciano Scaglione, Ciro Pertusi, Mario Pergolini, Andrea Alvarez, Federico Pertusi, Vitico, Eduardo de la Puente.


 Banda referente del punk argento, Attaque 77 ha sido una banda con la que ha crecido más de una generación. Con una vasta trayectoria, era el momento adecuado de hacer un balance de una carrera tan rica como sinuosa con respecto a los momentos de la banda.

Los coqueteos con la popularidad y su consabido hartazgo en lo que fue el período de explosión mediatica que había sido la canción “Hacelo por mi” y su correlato en el programa televisivo,  asi como decisiones por demás arriesgadas y polémicas en su carrera artística han marcado su carrera.

No obstante, el documental toma algunos momentos en la trayectoria de la banda y los desarrolla pero no con el eje centrado en la historia de la banda o análisis de los discos, parte fundamental de la carrera de una banda.


Es indudable el extenso y arduo trabajo que se desarrolló para llevar a cabo el documental. El rastreo de los primeros integrantes de la banda en sus primeros tiempos –incluído Federico Pertusi, hermano de Ciro y vocalista de Attaque 77 en los primeros años que incluye el famoso disco “Invasión 88”- brinda un marco para navegar en las profundidades de los contextos de época y surgimiento de Attaque. Seguramente, habrá sido decisión de la producción del documental tomar un camino más descriptivo que de análisis.


Si bien “Más de un millón” cuenta con testimonios que, a priori son de importantísimo valor, termina siendo una serie de recuento de anécdotas –algunas, por demás interesantes y otras, no tanto-, y de salutaciones como si fuera un video homenaje. Tal es el caso de, por ejemplo, contar con músicos de gran valía como Vitico o Die Toten Hosen y testimonios que no terminan de ser lo rico que uno espera de ellos.

Más allá de las exactos testimonios de los integrantes de Attaque 77, serán las palabras de Mario Pergolini, Eduardo de la  Puente, Juanchi Baleiron, Andrea Álvarez y muy especialmente la de Ciro Pertusi quienes brindarán con claridad lo que fue y es una de las mejores bandas punk de la historia del rock argentino.


El documental es dinámico y seguramente atrapará a los fans de la banda pero con el material disponible y con la historia de una banda de fuerte peso en el rock argentino desde finales de los años 80, termina siendo -utilizando una metáfora futbolera- una victoria 1-0 pidiendo la hora cuando había capital como para ganar por goleada.


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