Garbage en el Luna Park. Vigencia y madurez para un concierto de calidad

Siempre es bueno recibir la visita de bandas del calibre de Garbage. Parece que varios coincidieron con esta apreciación. Un público variopinto, de distintas edades se hizo presente en el Luna Park para esta segunda visita de la banda escocesa-norteamericana. Desde chicas con tacos a algunos pelos parados, pasando por gente salida del trabajo o atuendos más propios para un recital en el que se va saltar y bailar un muy buen rato.


La banda conformada por Shirley Manson, Butch Vig, Duke Eriksson y Steve Marker tiene más de veinte años de vida y cada vez que saca un disco, hay algo nuevo por descubrir. Ya  habíamos estado presente en su primera visita, hace cuatro años, en el marco del Pepsi Music Festival y no íbamos a faltar ahora, más aún con disco nuevo bajo el brazo. En esta ocasión, están presentando su sexto álbum “Strange Little birds”, en el cual mantienen la frescura en esa fusión de guitarras furiosas y diversas capas de teclados y arreglos al tiempo que las letras son más oscuras y reflexivas respecto a sus álbumes anteriores.


Pero esta visita de Garbage tendrá algunas diferencias. Algunos minutos –pocos- pasados de las 21 hs, se apagan las luces del Luna Park para dar comienzo a un poderoso recital  que tuvo de todo.  Aparece Shirley Manson y ocupando el centro de la escena con un vistoso vestido amarillo y el pelo atado. La bordean los inconfundibles Steve Marker y Duke Eriksson, ataviados de absolutamente de negro, aunque Eriksson con un sombrero que le daba mayor onda a su look. Pero notamos que no está Butch Vig en la batería. Una muy molesta sinusitis le está trayendo muchísimos problemas a esa mastermind de la producción que es Butch Vig por lo cual, por prescripción médica, no pudo ir a la gira. Lo reemplaza Eric Gardner. En bajo, lo vemos a Eric Avery, ex bajista de Jane’s Addiction.


El recital se inicia con “Supervixen”, casualmente –o no- el tema que abre el homónimo primer -y gran- disco de la banda. Imposible no recordar esta excelente canción que arranca con un fuerte sonido de guitarra que se corta a los tres segundos, para retomar después la melodía de la canción. El público presente empezó a moverse al ritmo de la música. Ni hablar cuando nuevamente el riff de guitarra anuncia que el siguiente tema es “I think I’m paranoid” y le sigue la melodía característica de ese clásico de clásicos llamado “Stupid girl”.

El fervor del público comienza a notarse en un campo caliente desde el primer tema. Suenan “Automatic Systematic Habit” y “Blood for Poppies”, dos temas del disco “Not your kind of people” del 2012.  


Tras un pequeño respiro con “The trick is to keep breathing”, vuelve a subir la temperatura con “Sex is not the enemy” y una letra que alude a cuestiones sociales (“No hay evolución. Esto me deprime. Las instituciones maldicen a la curiosidad. Seguimos repitiendo la misma historia”) como a la libertad a la elección sexual (“No me siento culpable. No importa lo que digan. No me sentiré sucia ni me voy a comprar mi propia miseria. No me avergüenzo porque creo que el amor es libre. Te carga el corazón y el sexo no es el enemigo”)

Los riffs de guitarra que tiran Eriksson y Marker son sublimes y crean una atmósfera acorde a cada canción. Pasan de guitarras furiosas a un acompañamiento acorde a esos climas tan oníricos y densos que son marca registrada de Garbage. Saltan a los teclados con gran versatilidad los cuales participan con certeza y precisión, creando variadas melodías sobre la solidez indestructible de la dupla de bajo-batería que sostiene todo.

Esto se aprecia en “Blackout”, con las luces bajando y la figura subyugante de Shirley, cantando en el medio del escenario. Lo mismo ocurre con “Magnetized”. Ambos temas, de “Strange Little birds”, dan cuenta de la densidad del disco en el que se apuesta más a los climas y a los ritmos más que a la melodía. Aquí es donde también se aprecia que la voz de Shirley Manson está en un momento de excelencia. Madura y sensible, sigue siendo una de las frontwoman más importantes de la escena rockera de los últimos veinte años. En este sentido, cuando suena “Special” hace un pequeño giro/guiño a Chrissie Hynde, con el verso “We’re the talk of the town”, tomando la línea del tema “Talk of the town”, de The Pretenders.


Una (muy buena) particularidad que tiene Garbage es que, cuando sale de gira a presentar un disco, lo presenta. Cinco temas de su último y aclamado “Strange like birds” forman parte del repertorio pero también hay espacio para alguna perla. Tal es el caso de esa gema oculta llamada “#1 Crush”, lado B del simple “Vow”, remixada para ser utilizada en la película “Romeo y Julieta” protagonizada por Leonardo Di Caprio y Claire Danes. Párrafo aparte para “Even though our love is doomed”, cuyo clima y letra es contundente en tanto apunta al paso del tiempo de lo que sería una relación de pareja (“A pesar de que nuestro amor está condenado. A pesar de que lo echamos a perder. Todavía esperamos por mañana, todavía nos duele el mañana”) como el devenir de uno como individuo (Puedes amarme por lo que me he convertido/Amame por lo que dije que no me convertiría). La conclusión de “Eres la única cosa por la que vale la pena luchar/Eres la única cosa digna por la cual morir” es una hecatombe. 

Es en este instante en el que uno también no solo siente sino que reflexiona sobre lo que se ha visto. Garbage es una banda de más de veinte años y su vigencia sigue intacta. Se mantiene fresca, sin caer en cliches o patinadas al estilo Peter Pan para atrapar nuevos públicos. Con una identidad bien definida y el paso del tiempo manifestandose en letras más profundas y reflexivas, Garbage reverdece sus laureles de manera constante. 

Shirley habló bastante y se dio el tiempo para enojarse con una situación ocurrida en el campo. En medio de “Why do you love me”, decía “¡Stop!” y miraba a un sector del campo. Al parecer había una pelea y Shirley decidió tomar el toro por las astas. Retó públicamente a los que se estaban peleando (“Por este tipo de cosas tenemos el mundo que tenemos”) asi como a una señora que tenía a una nena ahí cerca. El clima se cortó un poco pero Shirley es una mujer de armas tomar. No se calla nada y lo dice. Por eso, su reacción de leona protectora fue recibida por aplausos del público. También dijo “Podes tener un pito largo, una buenas tetas pero…es el maldito sistema en el que vivimos”. Recordemos que es una ferviente militante por los derechos de la mujer y la diversidad sexual, entre tantas inquietudes políticas y sociales. Al respecto, había manifestado su solidaridad por #NiUnaMenos desde su cuenta de Twitter, “En memoria de Lucía Pérez, hoy me sumo a los cientos de miles de argentinos que protestan contra la misoginia y la violencia sexual. Sinceramente espero que el gobierno argentino aplique el mayor de los castigos a los tres perpetradores de este crimen verdaderamente atroz y repugnante. Sometiero a una hermosa chica de 16 años a una tortura tan despiadada como imperdonable, tras la cual le quitaron la vida. No merecen piedad alguna. #MiercolesNegro

 El incidente cae justo para uno de los momentos introspectivos del recital. Suena “Night drive loneliness” y “Bleed like me” con lo que el clima fue volviendo a su curso normal.


Para la parte final, no podía menos que terminar a pleno, bien arriba. Con “Shut your mouth” se encara la última curva de un recital de alta calidad. Se vuelve a los 90 con “Vow”, “Only happy when it rains” y “Push it”.


¿Ya terminó todo? ¿Es posible? Vuelve Garbage al rato para cerrar su show con dos clásicos y uno con “destino de” –si ya no lo es-. Bajan las luces y “Queer” atraviesa todo el Luna. Suben las luces y el público vuelve a saltar con “Empty”, un tema con una melodía tan pegadiza como una letra reflexiva con respecto al paso del tiempo y las expectativas de vida que se ha tenido (“Todos parecen saber exactamente lo que quieren/Pasan a mi lado y me sonríen/Trato de ser paciente/Lo bueno llega para aquellos que esperan/Al menos eso es lo que dicen”)


La fiesta llega a su punto final con “Cherry lips” y una amplia sonrisa nos acompaña. Hemos presenciado un recital propio de una banda como Garbage en el que pasó de todo, con momentos de diversa índole.

Paralelamente, uno se da cuenta de la vigencia y riqueza de la carrera de la banda a partir de enumerar varios temas que faltaron (“Milk”, “You look so fine”, “Run baby run”, “Androgyny”, “Breaking up the girl”, “Medication”, “When I grow up” por decir algunos) en relación con el muy buen repertorio elegido.


Pasó Garbage nuevamente por Argentina. Un gran concierto a cargo de una gran banda que se mantiene vigente con un sonido e identidad propia pero con inquietudes varias a flor de piel. Su último disco “Strange Little birds” lo demuestra asi como una carrera tan prolífica como excitante. 

  

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