Qué tristeza inmensa! ¿Podría iniciar alguna frase sin decir lo que siento? Imposible. Me seco las lágrimas. Se fue el Flaco. Por Dios…que difícil que escribir.
Abrí la compu para trabajar y leo que EL no está, que partió. Juro que grité “No es posible”. ¿Cómo se puede morir “El Flaco”? Un hombre digno, un músico con mayúsculas, que ya no esté. Me siento niño, indefenso, desprotegido. Con bronca y odio ante aquello que nos va a llegar a todos, con noticias que nos hacen doler el alma y llorar. Porque El Flaco es de esos tipos que uno no cree que pueda “no estar”, como esos héroes eternos u oráculos a los cuales apelar en momentos de confusión.
Luis Alberto combinaba misterio y sabiduría. Marcó con su poesía no solo el espectro de la música de la cual será, sin dudas, uno de los músicos más importantes de la historia argentina, sino también el de la cultura toda. Su influencia es reconocida por artistas de las más vastas disciplinas.
No puedo dejar de recordar cuando lo fui a ver con las Bandas Eternas. Temblaba como un crio. ¡Por fín iba a ver Pescado Rabioso! Y el hermoso placer de Invisible, que sonó como si nunca se hubiera separado. Cuanta emoción…y ahora, un momento inolvidable, que se resignifica por esta actualidad perversa, es cuando él y su hijo pródigo, un tal Gustavo Cerati, cantaron “Bajan”.
Allá lejos, por el 96, fue otro momento sublime, el verlo con los Socios del Desierto y más aún, cuando me mandaron unos amigos, un cassette por correo mientras deambulaba por otros lares. Todo un flash escuchar temas como “Cheques” en Jerusalén, o emocionarme con “Bosnia”, mientras daba vueltas con una mochila por Berlín.
Hay artistas que, a través de sus obras, terminan siendo la banda de sonido de uno. Luis Alberto fue uno de los de la mía. Más de una vez, soñé con alguna señorita que sea merecedora de “Seguir viviendo sin tu amor”, o inclusive conocer a alguna que se llame Ludmila para dedicarle el tema homónimo. Cursilerías todas que uno tiene para ese tipo de momentos.
Son las 19.30 y todos los medios se hacen eco de lo ocurrido. Parece que TN tiene un poco de sentido común y hace callar a Mariana Mactas –que tiene tanto rock, como futbol la revista Cosmopolitan- para pasar la música del Flaco sin ningún tipo de testimonio. Otros canales hablan con distintas personalidades de la música para ver que opinaban sobre lo ocurrido.
También aparecieron los “buitres” como bien dijo Luis Alberto, como el insufrible de Mauro Viale esbozando una explicación sobre el fenómeno del rock -movimiento que, dice «no entender» («lo mio siempre fue más para el lado ‘testimonial’, como Serrat» -sic-) o Crónica, como de costumbre, en ese universo paralelo en el que habita, con Anabela Ascar y un concierto de armónicas de distintos tamaños. Me gustaría saber que estará pensando Fontevecchia y la revista Caras para realizar la cobertura…
Escribo estas líneas y me siento errático. Empiezo a escribir, paro y vuelvo a retomar. Lo necesito como catarsis frente a la tristeza de una pérdida irreparable. Siento que el faro se apagó pero que su luz iluminará por siempre, con esa mueca de brillantez que nunca pasará de moda.
¿Qué puedo decir? Gracias Flaco querido, por habernos iluminado por tu música y tu poesía. Tu legado nunca será olvidado…tal como nunca lo serás vos…..Gracias, Eterno Flaco, Luis Alberto Spinetta.
El Caleidoscopio agradece a la artista Jackie Miasnik por sus ilustraciones y su colaboración para esta nota. Jackie, ¡sos grossa!
Gracias Dani, q linda nota! Y sí, q tristeza la noticia de la semana. Así como t decía, el dolor es tal porq no solo es una pérdida de un ser tan admirado (q ya es mucho); son los recuerdos, las personas, los momentos… ligados al Flaco de manera tan estrecha, q de alguna manera uno siente q se van con él. Es dificil. Un beso!
Muy buena la nota Daniel, sentimos lo mismo.