Recitales. Acorazado Potemkin en Caras y Caretas 2037

La gente fue llegando de a poco ya que el tiempo no acompañó mucho, con una noche pesada y lluviosa. A pesar de los contratiempos, el recinto se fue llenando y las butacas quedaron cubiertas en un 90 % de su capacidad. Un público heterogéneo, de distintas edades se hizo presente para disfrutar de una noche a puro rock and roll.

Abrió la noche Ete & los Problems, el cuarteto oriundo de Montevideo, Uruguay con una propuesta interesante, que fue muy bien recibida por quienes llegaron puntuales a la cita rockera en el Caras y Caretas 2037, ubicado en Sarmiento al 2000.
Eté –Ernesto Tavarez- en guitarra y voz, Santiago Peralta en guitarra y voz, Andrés Coutinho en batería y Marto Moreno en bajo, integrantes del combo charrúa, desarrollaron una performance que captó la atención del público presente.

Un sonido limpio y claro, que podrá desde momentos más épicos a un rock más poderoso en su volumen y caudal interpretativo, que alegró tanto a quienes fueron a descubrir a la banda como aquellos que ya la tenían oído o directamente, eran fans. Igualmente, el respeto del público fue absolutamente sincero para una banda de calidad, que merecería que su música sea más difundida y escuchada por todos aquellos que dicen/decimos que el nivel del rock es bajo al día de la fecha.

Tras unos pocos minutos de intermedio y una breve introducción llevada a cabo por Eduardo Fabregat,  fue el turno de Acorazado Potemkin. El trío conformado por Federico Gahzarossian en bajo, Juan Pablo Fernández en guitarra y voz y Luciano Esain en bateria y voz salió dispuesto a comerse el escenario con la simple y a la vez –según los tiempos que corren- difícil tarea de hacer música con dosis justas de buenas letras, un sonido tan puro como contundente y ajustada presencia. La vasta experiencia de sus integrantes es factor fundamental para descubrir los orígenes en la búsqueda de sonidos y nuevos rumbos. Fernández fue parte de Pequeña Orquesta Reincidentes, Esain pasó por Playmobil, Flopa-Manza-Minimal, Motorama y Valle de Muñecas y Ghazzarossian integró Don Cornelio y la Zona, Los Visitantes, Me darás mil hijos, Cardenal Dominguez Cuarteto y La Bagayera.

Abrieron con “Pintura interior”, de su segundo disco, el excelente “Remolino”. Power trío de sutiles arreglos que dan cuenta de su nivel. Guitarra, bajo y batería dibujando melodías entrelazadas para abrir un concierto excelente.
Serán los arreglos lo que marca la riqueza de la propuesta de Acorazado Potemkin. La contundencia es la que machaca el ritmo en “Desayuno” mientras que en “Desert” la guitarra marcará un riff contundente al tiempo que la voz tan personal de Fernandez para llegar al climax con esa cuasi verdad de parejas de “Sueño el mismo sueño, vos sabés/Que nos explota en las manos”. También hay un momento para “Semilla de piedra” de Lila Downs, en una versión absolutamente personal. 

El recital no da respiro. La remera de Luciano Esain pasó a mejor vida por la pasión puesta sobre el escenario. Suena “A lo mejor” y el sonido a pleno, arrasando con los oídos presentes, deseosos de puro rock. Será este tema, que abre el disco “Remolinos” el que nos pone frente a ese tipo de situaciones de las que uno termina salvándose, cuando uno menos lo espera. “Por todas las veces que dije “diosito si me salvo de esta”/a lo mejor me tengan que agarrar”.

Con “Cerca del sol”, el trío se acerca a un sonido más Clash mientras que con “El pan del facho”, el clima ominoso y tenso se corta con la visceralidad de las seis cuerdas. Pero será su letra la que cale profundo en quienes tengan fuerte conciencia política. Es un grito urgente que juega entre la metáfora (Con la harina de siempre el facho hace pan/El mejor que comiste y seguro/que le volvés a comprar) y los hechos llamados por su nombre (Te recuerda al de Ferrol/te habla de la subversión/y me vuelve el arma al cuerpo y quiero mas/¿cañoncitos tenés? ¿quemacoches tenés?). El frenesí baja un poco –no mucho- con “Sabes”, iniciando la parte final de una presentación memorable.

El final es a pura “mugre” con “Puma Thurman” y “Los Muertos”. Más allá de la obvia alusión a la bella actriz, y al visceral inicio del tema -“¡Pena de muerte a esas rubias teñidas!”-, la cadencia del tema es atrapante. Con “Los muertes”, la melodía con un guiño británico y coro épico, es el tema ideal para despedir una noche increíble. Algunos ya estaban parados, haciendo los coros de una letra sarcástica respecto de las bondades de no estar vivo.

Pasó Acorazado Potemkin con un recital caliente que, no solo hizo olvidar las inclemencias de un invierno complicado sino que dio cuenta de porqué es, sin ningún tipo de dudas, una de las mejores bandas de rock de la actualidad.