Johnny Allon: “Vivo de la música desde los catorce años”

Se lo ve por la tele desde hace unos cuantos años pero no tiene muchas notas. Colectivo 96 mediante, llegamos hasta Radio Planeta para hablar con quien se define como “un rockero de ley” y critica a los que le hicieron fama de “grasa” y “mufa”. Bienvenidos al mundo de Johnny Allon.

– Si una persona pregunta, quién es Johnny Allon, ¿cómo lo definirías?

– Un busca con un gran sentimiento por la música.

– ¿Empezaste con los Tammys?

– Empecé con los Happy Boys y hacíamos rock and roll como se debe, no como el que se hace acá. Hacíamos el de Bill Haley, Elvis Presley. El rock and roll de verdad, el de Estados Unidos.

– ¿Te considerás un precursor en el movimiento de la cumbia y la bailanta?

– No. Nada que ver. Amo el rock and roll. Empecé con el rock y mi vida era esto. Me recorrí el país y Latinoamérica un montón de veces, cantando rock and roll en castellano. Siempre pensé y me fijé lo que necesita y qué le gusta la gente. Recorrí tantas veces el país y ví que lo más importante en el interior, para que la gente se divierta, es la cumbia, pero no la que hay ahora. Te digo la de los Wawanco, una cumbia en serio, con músicos profesionales y demás. Los Wawancó, Bovea y sus Ballenatos o el trío Rubí, los cinco del Ritmo. Cuando iba y cantaba rock and roll, la gente miraba. Como tenía algunos temas metidos en castellano, me daban bola pero cuando ponía la cumbia, mataba.

-Gustos diferentes…

– También comenzó lo que se llamó la invasión de la gente del interior a Buenos Aires y al Gran Buenos Aires. Estaban de moda las discos y a la gente del interior, en un 90% no la dejaban ingresar porque eran «cabecitas negras». Era la vieja historia de la marginación y esta gente estaba marginada. Estuve cuatro años diciéndole a la gente de Canal 2 -en el que estuve veintitrés años-, de hacer un programa de música popular, no de cumbia. En esa época, trabajaba para CBS, la compañía de discos -que ahora es Sony Music- y lo popular eran Las Primas, el Paz Martínez -cuando se separó del Trío San Javier-, o de otras compañías, Fernando de Madariaga.

– Eran populares.

– Exacto. Entonces comencé con un programa llamado “El Super Baile” con Brizuela Mendez y dos chicas. Comencé haciendo algo popular pero no era de cumbia aunque llevábamos grupos de cumbia que trabajaban mayormente en el interior. Ahí es cuando me escrachan de «bailantero», hermano.

– Te pusieron la etiqueta…

– Dos personas me pusieron el mote, la etiqueta de bailantero, Gerardo Sofovich y la señora Mirtha Legrand. Después otros dos señores -uno que hace poco se fue-, me pusieron el de “grasa”. Siempre digo, y sin resentimiento -porque éste es un estado de ignorancia, que no la tengo-, que hay cuarenta millones de grasas, hermano. Todo el mundo consume cumbia. No tiene un contenido de letras, ni nada. Es un ritmo alegre para bailar, para un cumpleaños de quince, un casamiento y que Dios los bendiga cuando se casan! (risas). Es divertimento…y bueno, comencé con eso y ¡me escracharon! Después me dieron, me dieron y me dieron…

-¿Te afectaron esas críticas?

– Me perjudicaron muchísimo porque nadie me quería. Ni en la televisión ni en ningún lado. Seguí un montón de tiempo en Canal 2. Después vendieron el canal y me echaron. Aparecieron dos productores imitando todo lo que yo hacía. Creo que uno se llamaba Fontana y el otro Serantoni, los dos fallecieron pero ahora están los hijos de Serantoni. Así fue. Tomé todo esto como un laburo y traté de darle a la gente lo que quiere, que es alegría. Siempre fui criticado y polémico.

– ¿Hoy también?

– Si pero sigo adelante. Tengo éxito con lo que hago. Tengo boliches para gente grande. Cuando comencé con esto, me dijeron “¿a dónde vas a ir con esto?”, “la gente grande no sale a bailar” y convoco cuarenta, cuarenta y cinco mil personas por mes entre los tres boliches. Entonces, no hay que imitar, hay que pensar.

– Me acuerdo cuando tenías el programa en Canal 2 y pasabas videos. Todavía no había MTV pero si Música Total Videos.

– Fui dueño de Música Total con un socio, con Oria Cantilo. Después Miguel Angel Llobet compró los derechos. Fui el primer tipo que puso videos porque en esa época no había sino películas, de los Rolling Stones, los Beatles. Hice conocer en la Argentina a Michael Jackson, Rod Stewart, Kool and the Gang y a Earth, Wind and Fire, que no los conocía nadie. Amo esa música. Unos me dicen precursor, otros me dicen..no se…Cada uno a su forma, vivo de esto de hace cincuenta y dos años. Vivo bien y cómodo. Tengo una bendición de Dios y de la vida. Me gano la vida con lo que me gusta. Es un privilegio. Amo a la música y siempre viví de esto. Desde los catorce años, que comencé cantando en un cabaret en Mataderos que se llamaba “Grisbi”. ¡Sigo igual hoy!

– ¿Eras amigo de Perón y de Piazzolla?

– De Perón, si; de Piazzolla, no. Bueno, amigo de Perón…Existía la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) donde Perón hizo un predio tremendo en Republiquetas y Libertador, ahora tiene otro nombre. Era un club enorme para que todos los estudiantes secundarios hagan ejercicio. Y bueno, yo era el delegado del Comercial 12 de Lugano. Como todas las cosas que hacía Perón, eran bien égrandes. Había importado una moto, la Siambretta y él tenía una. Todos los delegados de las escuelas secundarios de la Capital ibamos, hacíamos una cola y nos llevaba a dar una vuelta, por adentro. Yo siempre fui atorrante y entrador y este hombre tenía conmigo una afinidad muy especial. Me contaba cosas y yo le contaba cosas a él. Los domingos al mediodía, se sentaba a comer conmigo un sándwich de jamón crudo y queso.

– ¿En serio?

– Te cuento una anécdota de cholulo, que es importante porque era Perón. Yo vivía en Lugano y él fue a inaugurar el Autódromo que se llamaba 17 de octubre. Vino con su caballo manchado, desde la residencia de Olivos por la General Paz. Lo esperé a que pasara, como todo el mundo. Cuando pasó, le grité “Chau, mi General!” y me saludó con la mano. Al otro domingo, cuando voy a la UES, estábamos tomando algo y le dije “Mi General! El domingo, cuando fue al Autódromo, lo ví y lo saludé”. Me respondió “Si, pibe, yo te ví”. No sé si me vió pero bueno, son esas cosas. Yo sigo igual y no cambié. Mi forma de ser es “desde ahora, desde este momento en adelante”. Hace cinco minutos, fue. Nunca vivo de los recuerdos. Es lo que me mantiene vital. No me agarra el viejerío…

– El motor siempre haciendo chispa…

– ¡A muerte! Ahora, ¡con motor electrónico! (risas), Pero es así…

– ¿Es cierto que Charly García dijo que vos eras mufa?

– Si. Trabajaba en CBS y tenía armado un móvil de exteriores importantísimo. Hacía los comerciales de televisión. En esa época, trabajaba con los artistas de CBS. Le hice uno que está en un bote a Julio Iglesias, a los Pimpinela, los Enanitos Verdes. Charly se había peleado con Grinbank y fue a grabar a CBS. Un día, vino a firmar el contrato y el presidente y el gerente general, que se llamaban Tejero y López, le dijeron “Ahora, cuando editemos el disco, Johnny te va hacer un musical, un video”. Ahí Charly saltó con “Este que va a hacer si este es un grasa”.

-No….

– Le dije “Mirá, que vos no quieras que te lo haga me parece espectacular pero no me ofendas”. Y él seguía con lo de “sos un grasa, sos un grasa”. La verdad, me da lástima porque es un talento impresionante. Sin querer, le dí un cachetazo y se cayó por la escalera. Al otro día, fue a Rock and Pop y habló muy mal de Grinbank y de mí, de que yo era mufa. Un pelotudo pero bueno, esa es la verdadera historia.

– ¿Esto te jorobó mucho?

– No tanto. No me agarro los huevos cuando nombran a uno. Es un estado de ignorancia. En la vida, sos bien o mal parido y yo me considero “bien parido”. Nada más. Si convoco gente y sigo igual con sesenta y siete años, hay algo. Marco casi cuatro puntos en un cable. No preciso una barbaridad. Es un horario dificilísimo, peleando con TyC, HBO y con el mundo, los sábados 19 hs y después a las tres o cuatro de la mañana más las repeticiones.

– Escuché que ibas a sacar un disco. La otra vez que hablamos, me dijiste que estabas grabando…

– El disco ya lo saqué. Es de boleros y se llama “Canciones al corazón”. Lo grabé para Miami y los Angeles. En Miami no pasó nada pero en Los Angeles anduvo una barbaridad. Son boleros al estilo de los de antes, con un gran autor, que es amigo mío. Lo hice para jugar. Aca no le dí importancia. Es una producción mía y logré que lo editen en México. Esto es como una cosa espiritual. Lo hice porque me gustó, para entretenerme. Siempre busco algo nuevo para hacer. Soy un rompebolas…(risas). ¡¡Adrenalina a full! Para seguir viviendo felíz. Ni me dí cuenta de los años que tengo. No tengo cirugías ni cosas por el estilo.

– Cuando venía para acá, el colectivero me pidió que te mande saludos. ¿Cómo es la relación con la gente?

– ¡Muy buena! Fui a la cancha ya que soy de River. Me dicen “Cambiame la música” o “cambiame a fulano de tal”. No soy alcahuete. Te lo digo así de frente. La gente siempre tuvo muy buena onda. Son muchos años. La cara mía, este “lope”, que no me entrego y le doy para adelante siempre. Eso llama la atención.

– ¿Como tomaste que, en su momento, “Duro De Domar” haya tomado tu latiguillo?

– Son amigos. Está todo bien. Son buena gente. Lo que no me gusta es que lo digan otros como González Oro que me choreó “Dale Gas” y esas cosas, pero si ponen mi voz, me parece genial. Les agradezco infinitamente ya que es una forma de alabarme. Me siento halagado. Ahora, si cualquier boludo dice “Cambiame la música” o “Dale power” y todas esas pavadas que digo yo, me duele, porque me está choreando.

– La última, si vos tuvieras la chance de ver hacia atrás y hablar con el pequeño Johnny que recién empezaba y era Antonio, ¿qué le dirías?

– Que haga lo mismo que hizo hasta ahora. Traté de equivocarme lo menos posible y cuando me equivoqué, lo pagué caro. Son cosas muy personales mías. Creo mucho en Dios. Sé que existe y cuando le pido, siempre me concede. Empecé a amar a Dios. Un día me dije que tengo que creer porque las cosas que pido, se me dan todas. Lo único que pido para mi mujer, mis hijos, mi ex-mujer, mis viejos desde el cielo y toda la gente que quiero y que amo, es salud. No pido plata ni lujos, sino salud. Una vez estuve internado en un hospital. Después cuatro meses depresivos tras una operación me di cuenta que, sin salud, no sos nadie. Si amas a la vida y tenés gente para amar, tenés que pedir salud. Si no, no servís para nada.

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