Los personajes son estupendamente resueltos ya que Sebastián Mogordoy dota a su cabo Ordoñez de una querible torpeza mientras que Lorena Vega, construye a través de su cuerpo y habla, a la sargento Fernanda Valentín, con sapiencia y exactitud. Laura Nevole realiza una personal composición de la agente Marcela Gallo, frágil e inestable y será quien dará los puntos de quiebre en una puesta que cuenta con mucho humor e ironía en sus palabras. Todo desarrollándose en un ambiente pequeño y ominoso, donde la iluminación y la escenografía brillan por su exactitud.
El ritmo de la puesta no da tregua ya que atrapa al espectador y lo mete de lleno en las situaciones que se viven en un escenario de pequeñas dimensiones y conflictos latentes. Las situaciones, si bien son cómicas, tienen el trasfondo de una oscura intensidad y familiaridad, que después de la carcajada, permite una fina reflexión.