Romper el silencio en los márgenes
Dramaturgia y dirección: Natalia Villamil. Actuación: Belén Blanco. Asistencia artística: Manon Minetti. Música original e interpretación en vivo: Guadalupe Otheguy. Escenografía: Rodrigo González Garrillo. Iluminación: Matías Sendón. Vestuario: Paola Delgado. Duración: 55 minutos
Teatro General San Martín. Sala Cunill Cabanellas. Av. Corrientes 1530. Miércoles a domingos. A las 19.30 h. Hasta el domingo 29 de septiembre.
Por Mariana Turiaci (@turiaci.mariana)
Ella está sola. Con la inmensidad del campo como única compañía, los fantasmas la acechan en el silencio de esa noche en la que decide, precisamente, romperlo: contar su verdad. Esa que la carcome por dentro. Pero no será sencillo para Marta, la protagonista de «Clandestina», el nuevo unipersonal de Natalia Villamil interpretado por Belén Blanco.
Marta necesita hablar y…hablarse. Acostumbrada a ser narrada por otros, ahora quiere elevar su propia voz. ¿Decidió o actuó por desesperación? ¿Llevó a cabo su voluntad o prevaleció la falta de recursos y de información? Es que, en un entorno rural de tanta vulnerabilidad, como el que la rodea, la posibilidad de elegir se torna imposible. Sobre todo, si a esto se le añade la presencia de una madre violenta y la experiencia de una sexualidad forzada.
Aquí, Marta es una y muchas mujeres al mismo tiempo. ¿Cuántas han pasado por lo mismo? Inclusive, han muerto como consecuencia de la clandestinidad. Las condiciones de vida paupérrimas siguen siendo moneda corriente en la realidad de una importante cantidad de mujeres a las que se le suma la crueldad del machismo. Aún cuando se cuenta, desde el 2020, con una ley que posicionó a Argentina a la vanguardia dentro de los países latinoamericanos en estas luchas y temáticas.
El texto de Villamil pone así en evidencia una realidad compleja atravesada por múltiples variables porque la desigualdad de género se profundiza con aquellas sociales, económicas y culturales. Resulta interesante la forma en que los hechos y los personajes se van desplegando como capas, en un texto que se aleja por completo de lo lineal. Si bien podría sonar narrativo (peligro latente en todo unipersonal), es mucho más impactante la teatralidad que se logra, tanto por el trabajo actoral como por una dirección que sabe qué quiere transmitir, alejándose del mero relato de los acontecimientos. Al respecto, en sus últimos trabajos, Villamil ha indagado en universos marginales como en “Rota”, interpretada por Raquel Ameri y “Como vaca mirando un tren” llevada a escena por Laura Nevole.
Por otra parte, no resulta casual la elección de una sala como la Cunill Cabanellas del Teatro San Martín cuyo acceso implica bajar varios subsuelos. Ahí, bajo la tierra, se desarrolla una trama que sucede en los márgenes y cuya protagonista sufre las consecuencias de un abanico de agresiones poco sutiles.
La dirección que lleva a cabo la propia dramaturga se focaliza en todas las posibilidades expresivas de Blanco para construir distintos climas a medida que avanza la acción. Asimismo, elije darle un lugar de vital importancia a Guadalupe Otheguy, intérprete musical en escena, quien tiene a su cargo no solo el acompañamiento de las situaciones sino integrando, en ocasiones, la historia. Su voz y su guitarra guían a los espectadores tanto para ingresar en ese otro mundo como para ir saliendo paulatinamente de la ensoñación.
Párrafo aparte para el trabajo de Belén Blanco. Actriz multifacética, sabe ponerse en la piel de personajes tan complejos como diferentes entre sí. En esta oportunidad, su interpretación inquieta, interpela y emociona al espectador. Lo atraviesa con una potencia arrolladora muy habitada internamente que impacta desde la primera línea de texto. Dueña de un sinfín de recursos gestuales y vocales, logra ir desde el grito más desgarrador hasta la voz más suave en segundos. Además, la cantidad de matices que maneja, muestra la complejidad de una mujer sometida que busca ser escuchada.
“Clandestina” es una pieza dura, profunda y descarnada pero, por sobre todas las cosas, necesaria en estos tiempos de avance de discursos antiderechos que niegan la violencia machista.