
Bajo el título “Influencias de los festivales de teatro en Córdoba en la concepción del espacio escénico-escenográfico”, se llevó a cabo una mesa rica en su propuesta y picante en algún intercambio.
Con la coordinación de Santiago Pérez, participaron del convite Rafael Reyeros, Giulia Petrucci, Lilian Mendizabal y Rafael Rodriguez.
Abrió el juego Reyeros que dio algunos datos respecto a la concepción de “Aguirre el marañon”. Recordó la forma en que concibió el escenario para dicha obra, en la cual tenía “bolsas de agua para lograr que llueva” durante la puesta. La claridad de sus conceptos y su simpatía para el intercambio lograron que el público siguiese con atención su desarrollo. Además, contó con la ayuda de algunas fotos que pudieron verse en una pantalla, ayudando a la comprensión de sus ideas.
Otro tanto ocurrió con Giulia Petrucci que afirmó que su “Stefano contaba con un escenario que era un puerto con una casa fragmentada, amarrada a un barco”. La creación de este espacio, sumado la creación de sentido que proponía lograban un efecto contundente. También retomó algunas ideas esbozadas en su Opera Rock, que se desarrolló en el Edificio del Centro Cultural General Paz. “Llevó más de cuatro años de preparación y se presentó durante cuatro años consecutivos.
En el caso de Lilian Mendizabal, primero sentó precedentes respecto de su lugar de origen. “Soy del teatro independiente y la primera vez que vi teatro fue en el primer Festival”. Destacó que “el Festival aportó formas de pensar y crecer en el pensamiento por ver todo el teatro del mundo”. Hizo hincapié en la “formación constante” siendo este “un espacio que hay que defender”.
Rafael Rodriguez afirmó que es un actor “que se enmascara en el rol de la iluminación” al tiempo que cree que “con la escenografía, cuando se concibe, se parte de cero” y que este es un conocimiento que “se cortó”.
En algún momento de las preguntas corrió la idea de la “necesidad” de un teatro comercial cordobés. Esta idea motivó un intercambio con los periodistas de Buenos Aires con respecto a la definición de lo que sería el “teatro comercial”. Los capitalinos afirmaron que el teatro comercial no es garantía de calidad ya que en la “calle Corrientes no todas son obras de calidad sino todo lo contrario”, amén que “el teatro comercial no es una panacea”. Al respecto, Rodriguez dijo que “no es que sea una panacea pero abriría otros espacios”. Seguramente es cierto pero no siempre la ecuación es tan lineal ya que no significa que, estos nuevos espacios sean ocupados por los especialistas reales que requiere el ciclo.
En otro intercambio, Reyeros habló de la necesidad de inversión y apoyo de las autoridades. “Hay una necesidad de políticas al respecto. No existe continuidad en los teatros como en las políticas de esta índole”. Fue muy categórico al decir que “no se tira abajo un teatro sin que se reconstruye y se invierte para los jóvenes”.
Siempre es bueno el intercambio de ideas en el marco de un Festival rico en propuestas, que se abre a nuevas ideas y expresiones artísticas en sus más variadas combinaciones. Tal es el caso de «Golgota» y «Damiana» de quienes hablaremos a la brevedad.