En lo que a actores se refiere, el 2011 tuvo a varios –no muchos- que engalanaron dicha palabra actor. Al respecto, es notorio que haya habido mayor cantidad de actuaciones femeninas para destacar, al encarar las chicas el desafío de los unipersonales más que los hombres.
En los pocos unipersonales masculinos que hubo, destacaremos a Germán Rodríguez (foto derecha), Javier Medina y Emiliano Dionisi. Rodríguez es un reconocido actor que este año deslumbró tanto en el unipersonal “Rodeo”, donde su cowboy residente en la pampa argentina refresca ciertos comportamientos de las bien pensantes clase media y terrateniente de nuestro país, como en “Mujer armada, hombre dormido”, donde le pone el cuerpo y el alma a la vorágine creativa que Martín Flores Cárdenas logró dar a luz en esta puesta.
Por su parte, Javier Medina en la excelente «Terra» logró que su personaje fuese atravesado por la historia reciente argentina asi como por los tics de nuestra sociedad.
El tercer destacado es el hiperactivo Emiliano Dionisi que en la sublime “Perderte otra vez” (también participó en “Los invertidos” y “Se alquila, con una condición”), combina drama y comedia en un texto fantástico en el que la ausencia de palabras da cuenta de un trabajo sobresaliente. Dionisi retoma la frase de Gustavo Cerati en “La Ciudad de la furia” con lo de “un hombre alado/ prefiere la noche”, al utilizar el trapecio y las telas para desplazarse en un horario nocturno.
El año había comenzado con la excelente “Toc Toc” y allí, tanto Daniel Casablanca como Mauricio Dayub fueron de lo más destacado de un elenco sólido por donde se lo mire, en una obra que al dia de la fecha, está haciendo temporada en Mar del Plata, con éxito de público.
En este mismo elenco, Diego Gentile (foto izquierda) no solo participó con sapiencia sino que su propia inquietud lo llevó a transitar las vivencias de un asesino en “Matar cansa”. Allí, Gentile pone su humanidad a un ser tan controversial como peligrosamente familiar, con exactitud, sin caer en clichés, manteniendo la tensión durante la hora que dura la obra.
Si de personajes complejos se trata, tanto Luis Machín (“La Familia Argentina”) como Rodrigo De la Serna (“Lluvia constante”) lograron trabajos más que logrados. Machín (foto derecha) como ese hombre culto, inteligente, que trata de mantener una argumentación sólida y coherente para llevar a cabo su deseo: separarse de su esposa para convertirse en el marido de su hijastra.
En el caso de De la Serna (foto de abajo), construye a Dani, un policia corrupto, violento y, en un punto, querible, en un laberinto de sensaciones, que atrapa y en el que no derrapa en ningún momento, convirtiéndolo en un ser extensible a muchas aristas de nuestra sociedad. La forma en que De la Serna convierte el escenario en una selva de cemento denominada “ciudad”, de la cual es el Rey, es admirable.
Para el final, un grande como Lorenzo Quinteros que creo a Cesareo, en “Pezones Mariposa”, un viejo jugador de fútbol retirado que no se resigna a ser un testigo de cómo sus laureles se marchitan con el paso del tiempo y que va a apelar a lo que sea para que esto no ocurra.
Este fue un pequeño resumen de lo ocurrido en el 2011. Esperamos con alegría que el teatro se difunda de la manera en que se merece asi como que los actores y actrices tengan fuentes de trabajo en las cuales volcar el talento con el que cuentan.