«La memoria de Federico» (Teatro)

Margarita, más allá de los recuerdos.

Texto y dirección: Etelvino Vázquez. Con Cecilia Hopkins.

Celcit. Moreno 431. Sábado, 20 hs.

En el marco del Ciclo “Agosto Poético”, iniciado el 4 de agosto hasta fines de dicho mes, se puede presenciar una de esas gemas de la escena teatral de visión obligatoria. Nos referimos a “La memoria de Federico”, el magnífico unipersonal que lleva a cabo Cecilia Hopkins.

En este caso, Hopkins le pone el cuerpo y el corazón a la actriz española Margarita Xirgu que recorre la relación de amistad que la unía con Federico García Lorca. El texto realizado por Etelvino Vázquez tiene un mix de poesía y sensibilidad en cantidades exactas lo cual permite percibirlo a través de todos los sentidos, con el correspondiente disfrute.

Ataviada con un vestido negro, Hopkins da cuenta de su presencia escénica al ocupar el centro del espacio. Ella se sienta y saca un abanico. La dama se encuentra en pleno dominio de la escena. Muta en su atuendo al tiempo que su voz cautiva a partir de su excepcional trabajo en los acentos de los protagonistas. Cada palabra está en su justo lugar al tiempo que Hopkins da vida tanto a la mencionada Xirgu como a un Federico García Lorca joven, que se acerca a la reconocida actriz un texto de su autoría para que lo lleve adelante en el teatro. Hete aqui, el estudio pormenorizado de cada detalle. Ese estudio no implica frialdad. Por el contrario, su carisma llevará cada verso y cada palabra al lugar preciso.

El trabajo minucioso en la composición de Margarita Xirgu es fantástico. Recuerda tanto el primer encuentro como ese momento del adiós que es tal, cortesía de la persecución franquista al poeta granadino.

Su destreza física se extiende a través las palabras y las coreografías que realiza, donde su plasticidad y gracia llenan el espacio. La música y danza se fusionan con el cuerpo en plena armonía, llevando de viaje al espectador. No es casual ver alguien sentado, con los ojos cerrados y esbozando una sonrisa de placer ante lo oído. Se escucha, se siente y también se viaja a esos destinos tan personales que solo la poesía permite estas licencias. De sus labios saldrán Mariana Pineda, Doña Rosita y Yerma para referirse a esa España que tanto amaban Margarita y Federico asi como del dolor por los caminos del odio que había tomado en 1936.

Una valija abrirá sus fauces para traer fotos y cartas de varios momentos de la vida de ambos. Margarita habla y recuerda a Federico al tiempo que la esencia del oriundo de Granada se va fundiendo en su ser desde que ella se radica en Buenos Aires, por el dolor causado por el destino del poeta. Ella vive en la memoria de esos textos ocultos en España pero que en el continente americano se publicaban, con todo el reconocimiento merecido, tras su paso a la inmortalidad.

“La memoria de Federico” es de esas puestas que hay que sentir. Dejar que el corazón haga su trabajo y conmoverse en lo más profundo. Si siente que, eventualmente, una lágrima pugna por salir de la órbita del ojo, no la prive de su cometido. Es que la emoción está en su punto justo. Simplemente, puro teatro de calidad.

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