Vida y obra
De Marco Canale. ConRamona Escalante, Adelaida Franco, Marta Giménez, Marta Huarachi, Candelaria Ospina, Roberta Reloj, María Rojas, Paula Severi, Flora Solano, Beatriz Spitta, y Francisca Vedia. Diseño de escenografía y asesoría de vestuario: Micaela Sleigh. Composición musical: Juan Bayá. Diseño y realización sonora: Luciano Giambastiani. Músico cesionista: José Tolaba. Asistencia de sonido: Rosa María Nolly. Diseño de iluminación: Ricardo Sica. Dirección: Marco Canale y Javier Swedzky.
Teatro Cervantes. Libertad 815. Jueves a domingos, 20 h. Ultima función: 12 de febrero.
Hay puestas que van más allá de lo que se presenta sobre tablas por el impacto sobre los espectadores como en los propios protagonistas. Este es el caso de “Los nacimientos”, de Marco Canale y Javier Swedzky. Aquí, la dupla creativa convoca a un grupo de mujeres entre 70 y 80 años, que viven en la Villa 31 para protagonizar una obra de teatro. Tal como es esperable, ese deseo primario se expande a distintas latitudes y objetivos que incluyen la historia de la propia villa, las políticas para erradicarlas y sus deseos y añoranzas personales.
El respeto con que Canale y Swedzky tomaron los relatos de las mujeres y los llevaron adelante es destacable. Pone en primer plano (literalmente hablando) esos rostros llenos de historias -en mayor cantidad- trágicas. El texto muestra, ilustra y también denuncia. No hay banalización ni deseo de ser “políticamente comprometido”. Es arte en línea directa con una coyuntura extremadamente dura. El deseo de realizar una obra para personas mayores, termina siendo un alegato político y social, no exento de sensibilidad. Las actrices van y vienen a través del tiempo, en sus recuerdos y vivencias. María quiere realizar su propia “gira mágica y misteriosa” en busca de su madre, en un micro que la lleve a Bolivia. Sus amigas podrán acompañarla con paradas en sus lugares de origen, como Perú o Paraguay. Es imposible no cerrar los ojos e imaginarse esa travesía a las venas abiertas de América Latina. Inclusive, ¿por qué no pensar esa excursión en clave personal hacia un destino solo conocido por uno?
El cine se mete en el escenario y se dispara la creatividad. Las imágenes devuelven la génesis y actualidad de la 31. Desde su origen en 1930 a la actualidad, pasando por las demoliciones promovidas por la dictadura y las topadoras del intendente Domínguez durante el menemato. Aqui es cuando el diálogo de los espectadores con lo visto, logra su mayor impacto, en tanto la influencia de los medios y la “educación” recibida. Prejuicios y creencias potenciadas por la construcción de un “sentido común”.
A través de las pequeñas memorias y las ansias de curar heridas se reconstruyen relatos personales y colectivos. La entrada del “paco” y sus efectos demoledores se encuentran en la voz de una abuela que llora a su nieto. Momentos como el “pan de los muertos” quedan en la retina de los sentimientos en tanto tributo y ofrenda a aquellos que no están en esta tierra y merecen un recuerdo y respeto eternos.
La utilización del espacio es acertada, junto con la iluminación y los diversos objetos que sirven para la creación de sentido que se propone. La pantalla, ubicada en el centro del escenario, ayuda y enriquece. Los mismos Canale y Swedzky contribuyen al desarrollo, entrando y saliendo de escena. Es pura calidad artesanal, cimentada en palabras que combinan sensatez y sentimientos junto con la magia de sus actrices. Con algunos minutos menos, se obtendría una contundencia aún mayor.
La puesta pergeñada por Marco Canale se linkea de inmediato con la excelente “La velocidad de la luz”, presentada en el FIBA 2017 dentro de la misma villa, en la iglesia del Padre Mugica, con las mujeres siendo parte de un taller de teatro. Hoy, inaugurando la temporada 2023 del Teatro Cervantes, se retoman algunos aspectos para crear la inteligente y emotiva “Los nacimientos”, de visión obligatoria, tanto para conmoverse como para debatir al respecto.