Somos los que somos
De Jean-Luc Lagarce. Traducción: Laura Campodónico. Con Rafael Lavin, José Marquez, Leonardo Odierna, Galo Ontivero, Emma Luisa Rivera, María Laura Rojas, Walter Rosenzwit, Paloma Santos, Sylvia Tavcar y Lucia Lerendegui. Diseño de vestuario: Pia Drugueri. Diseño y realización de escenografía: Eduardo Spindola. Diseño de luces: Matías Sendón. Coreografía: Dalilah Spritz. Dirección musical: Sergio Klanfer. Producción ejecutiva y Dirección: Mónica Benavidez.
Teatro SHA. Sarmiento 2255. Domingos, 20 hs.
El backstage de un viaje de un grupo teatral. Una gira que no tiene nada de mágica pero si de misteriosa ante la inminencia de los cambios. El combo teatral tiene como cabeza de la compañía a una viuda que tiene a su cargo a su suegro y a sus tres hijos. También forman parte del elenco/familia, un matrimonio un tanto disfuncional, dos amigos -uno de los cuales se casará con la hija mayor de la viuda- y una secretaria.
La historia se ubica en Europa, momentos antes de la guerra. Este es un detalle no menor debido como se irá desarrollando el devenir de los acontecimientos. Estarán quienes vean el peligro de la guerra, quienes pensarán que su calidad de artistas atravesará el conflicto bélico y los que solo desean “ser”. Las particularidades de cada uno de los personajes serán fundamentales para el desarrollo de la puesta ya que reflejarán las contradicciones propias del ser humano. Sus deseos de amar, de trascender, de actuar, su egoísmo, su ingenuidad. Porque ese combo teatral puede ser fácilmente identificable con una sociedad en la que “el que no llora no mama y el que no afana es un gil”, con un toque de “no te metas!” y “¿Yo? Argentino!”.
Por otra parte, se aprecia una observación sobre la conducta de los artistas que discuten sobre arte cuando las bayonetas están golpeando las puertas de los teatros, sin discriminar el carácter artístico del actor en cuestión. Al respecto, el texto es riquísimo con sus palabras e ideas desperdigándose a lo largo de una puesta de alto nivel. La escenografía y el vestuario constituyen dos puntos relevantes en tanto son primordiales para que la puesta llegue a buen destino. La precisión de los momentos musicales constituye perlas de sentido, en si mismas.
El dinamismo de la puesta la hace atrapante hasta llegar a un final elocuente que dejará abierta la puerta a la reflexión y a la discusión en tanto a un futuro que llegó, sin pedir permiso ni explicaciones. No en vano resonaría en ese momento la sentencia de Brecht acerca que “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse tendrá que pasar al ataque”.
“Nosotros los héroes” atrapa, inquiere y llama la atención de situaciones que atraviesan a los individuos en sus más variados matices.