El vivo vive del zonzo….
Guión: Micaela Amaro, Lula Fenomenoide, Magrio González, Marcos Krivocapich, Teo López Puccio, Donna Tefa. Actúan: Lula Fenomenoide, Vero Gerez, Andres Granier, Javier Marra, Carolina Saade, Donna Tefa y Tomás Wicz. Escenografía y dirección de arte: Endi Ruiz. Diseño de vestuario: Endi Ruiz, Ivana Zima. Diseño de luces: Alejandro Velazquez. Músicos en Escena: Cuki López, Teo López Puccio, Camilo Santella. Producción general: Micaela Amaro, Florencia Schrott. Colaboración autoral: Pablo Viotti. Coordinación artística: Micaela Amaro. Diseño de movimientos: Fioreya. Dirección musical: Teo López Puccio y Dino Pérez. Dirección general: Marcos Krivocapich, Milva Leonardi. Diseño sonoro y composición musical: Teo López Puccio. Duración: 75 minutos
El Galpón de Guevara. Guevara 326, CABA. Martes a las 21hs

La frase “La realidad supera la ficción” es tan conocida y, lamentablemente vigente que deja de tener efecto. Esto, en un contexto de posverdad extrema que hace todo lo posible para que la vorágine de la realidad sea de un avasallamiento constante.
Igualmente, el arte es un refugio con sus propios tiempos e identidades. Más aún, cuando el humor y la ironía forman parte del objeto artístico. Tal es el caso de “Piramidal”, musical que se resignifica constantemente desde su estreno, al día de hoy, por los hechos de público conocimiento, Cositorto y $Libra de por medio.
Aquí, el coach Ludovico Sitorrazo hace uso y abuso de su carisma y verborragia para captar la atención de diversas personas para que inviertan en un emprendimiento que les podría dar ganancias importantes. En tiempos de “libre mercado” y “relativismo terraplanista”, el “sálvese quien pueda” va de la mano de un egoísmo visceral que, a diferencia de otros tiempos, ahora se exhibe y verbaliza. Inclusive, se lo presume.
Con una puesta multicolor y rítmo vertiginoso, el show está en su plenitud. Canciones y alegría artificial comparable a un orgasmo o un viaje de drogas, la atmósfera se percibe con “ojos de animé”. Pero, como no podía ser de otra manera, tiene que haber una contraparte. Es cuando Beta, una creadora de contenido, buscará mostrar a los presentes, el “lado B” de las promesas. Al fín y al cabo, nunca dejan de serlo ya que no llegan a transformarse en “realidad” o en una “certeza”. Inclusive, es más que obvio el devenir de la inversión realizada…
La música concebida por Teo López Puccio es certera y creativa, extendiéndose a la interpretación en vivo por parte de un trío –compuesto por el mismo López Puccio, Cuki López y Camilo Santella- de calidad. Como buen musical, la instrumentación es parte fundamental al igual que el sonido, el cual debe estar a la altura de las circunstancias. De ahí, la importancia de las letras que, en ocasiones, se pierden en el torbellino de emociones planteado. Quizás, la utilización de un subtitulado contribuiría aún más en la construcción de sentido que se busca.
Esto es fundamental porque allí radica la riqueza (y las preguntas incómodas) del espectáculo. Primeramente, el dibujo de los personajes, en tanto su “credulidad” a las propuestas recibidas y la actitud frente a lo acontecido. A esta altura del partido, ¿cuánto hay de “inocencia” o de un “si pasa, pasa”? La pregunta surge a partir que nadie se hace cargo de lo acontecido más allá del llanto y el pedido de “justicia”. Es esa oscilación entre que va y viene entre la sociedad devenida en «secta» porque, por otra parte, nadie admite error alguno, aún cuando hayan perdido hasta el último centavo.
En segundo término, la ácidez del planteo del musical pone la lupa –por fín- en el colectivo denominado “gente” en tanto su toma de decisiones -que son horribles-. Como diría una publicidad, “cortemosla con tanta dulzura” y comprensión eterna a los horrores del «soberano». Se equivoca, ¡y no está mal decirlo! ¡Ah! Esto recuerda a algunos/as que votaron al verdugo y siguen “apoyándolo” porque tienen “esperanza”. ¡Je!
El elenco es por demás sólido. Párrafo aparte para Javier Marra y un “phisique du rol” mas que obvio y elocuente y para Tomas Wicz –a quien habíamos visto en la excelente “Precoz”-, que da cuenta de su versatilidad artística.
“Piramidal” pone la lupa en lugares por demás incómodos para “la gente” que carece de autocrítica. Salta a la platea para tomar a la realidad y exponerla salvajemente –como el capitalismo que nos rodea- sin anestesia alguna.