Se le da una vuelta de tuerca que incluye cine y música, con lo cual se llena lugares que, para algún purista, estaría destinado a la dramaturgia. Más aún porque esos audiovisuales allanarían el camino a la creación personal de cada espectador. Sería como hacer un blues con orquesta sinfónica en tanto y en cuanto, si hay material dramatúrgico sólido y solvente, el camino de la tecnología allana el proceso del descubrimiento debido a que se brinda todo envasado y con moñito para consumo rápido y efectivo.
El diseño de la escenografía y del espacio es muy bueno al igual que una iluminación que guía las distintas situaciones por las cuales atraviesan los personajes. Esa iluminación es la que posibilita algunos desnudos muy sutiles y bien cuidados aunque, a decir verdad, tampoco le aportan mucho a la obra. Muy buenas actuaciones de un elenco sólido y emotivo 100%. Excelentes Chela Cardalda como Ramona, esa vieja rezongona pero querible, Emiliano Dionisi, gran actor y ahora diez puntos físicamente para estar a la altura de las circunstancias referidas a la danza, y la siempre exacta Estela Garelli que ya había aportado su granito de arena con su excelente participación en “Es inevitable”, de la cual, muchos de los recursos se exacerban en esta puesta. La inclusión del relator es parte fundamental de la puesta aunque a veces, no sea muy acertada su participación o sus palabras. La música es otro hilo conductor de la puesta, que puede estar excelentemente ubicada en algunos momentos asi como en otros, se transforma en un videoclip en vivo.
Multimediaticamente emotiva, “Se alquila con una condición” tiene sus puntos fuertes en actuaciones de calidad y todo un back up en la puesta que dividirá aguas por su concepción general.