Ese grotesco será incrementado por la ambientación mexicana, y la música de Gloria Trevi, Chavela Vargas y Paquita la del Barrio, entre otras. Justamente, es por el aura de las telenovelas mexicanas, con ese dramatismo exacerbado, que aquí se lo resignifica hacia un costado más ligado a la ironía y al verse a si misma con humor y también fuerte crítica. Porque si bien pueden ser muy diferentes, tendrán mucho más en común de lo que imaginan. Es en ese punto donde se puede apreciar la crítica más ácida, porque todo decantaría en un embudo social de lo que “está bien” para una mujer.
Las distintas intervenciones de las actrices se sostendrán en su capacidad para llevar adelante palabras y sentimientos que denotan lo dicho anteriormente, asi como el efecto que cause entre los presentes. Las palabras que salgan de las tres actrices en escena, que le ponen todo el cuerpo a los monólogos y situaciones fácilmente reconocibles, harán centro no solo en las mujeres sino también en los hombres. Si bien las actuaciones y textos son parejos y nivel, también dependerá del nivel de empatía que establezca el espectador en si, con el personaje en cuestión y con la forma en que se lo inquiere. Una mujer superada no tiene la misma “llegada” que una madre abnegada por más que la primera sea mucho más realista y sincera que la segunda.