Dramaturgia: Eduardo Rovner. Con María Viau. Diseño de vestuario, de espacio y luces: Herminia Jensezian. Fotografía: Tato Borounián. Ilustrador: Laura Laspiur. Diseño gráfico: Pablo González. Producción ejecutiva: Pablo Mascareño. Puesta en escena y Dirección: Herminia Jensezian
Florencia está en el living de su casa. Espera al tiempo que dialoga consigo misma con respecto a su deseo de llevar a cabo lo que plantea el título de la obra. Será ese diálogo interno hecho palabra hacia afuera el que mantendrá la tensión de la obra. Reproches y deudas pendientes, con un padre muerto en el medio, conforman un menú de fuertes ideas entre dos mujeres que la vida las ha puesto en lugares similares pero con ideas enfrentadas.La relación madre-hija es tratada en esta nueva versión del texto de Rovner con altura y sabiduría. Hace tres años, Mercedes Funes había llevado a las tablas este texto dotándolo de tensión y dramatismo, dando cuenta de su versatilidad como actriz, alejándose de los personajes que había encarado en televisión.
En esta ocasión, la dirección recae en Herminia Jensezian y la actuación en María Viau quienes resignifican el camino transitado anteriormente, con una visión nueva y enriquecedora.
María Viau dota al texto de frescura. Cambia el eje en el que había trabajado Mercedes Funes, del melodrama y la fuerza dramática y lo ubica entre la ironía y el humor. La joven actriz de cabellos color fuego viaja a través del tiempo, en su desarrollo como mujer. Es niña, adolescente y adulta. Florencia es todas ellas en la búsqueda de llevar a cabo su cometido. Al respecto, la actuación de Viau es cautivante. Cada movimiento, palabra o silencio es llevado a su tono exacto a lo requerido por el texto y la dirección pero con una personalidad avasallante.
La puesta en escena pergeñada por la propia Jensezian permite abordarla desde varios lugares gracias a una disposición abierta al público, que puede sentarse a los costados de donde se desarrollan los acontecimientos. De esta manera, tendrá otra perspectiva de ese living que será tanto un purgatorio como un juzgado en tanto los lugares en que se ubiquen los personajes (porque la madre está….).
“Te voy a matar, mamá” pone sobre el tapete la tan mentada (y conflictiva/conflictuada) relación entre madres e hijas con una puesta de nivel donde la reflexión se realiza a través de un mix exacto de humor e ironía.