El fín del camino
De Ernesto Sábato. Adaptación y actuación: Roberto Ibáñez. Diseño gráfico: Pedro Flores Maldonado. Asistencia de dirección: Santiago García Ibáñez. Diseño de espacio, de luces y dirección: Andrés Bazzalo
El Tinglado Teatro. Mario Bravo 948. Domingos, 20.30 hs.
El hombre está solo y espera. Habla y se desangra internamente por lo acontecido. Juan Pablo Castel es un pintor que confiesa el asesinato de su amada pero esto no es lo importante para el desarrollo de la obra porque lo dice en los primeros minutos. Allí está todo en su lugar. El atril del pintor perturbado y los distintos escenarios que irá transitando su ser gracias a una iluminación acertada en la creación de climas y situaciones.
El desarrollo, el «como», «el know how» es el nudo de una historia atrapante en la que Roberto Ibañez deja todo en el escenario. Es quien se carga al hombro la adaptación de la novela de Sábato, para darle vida al perturbado Castel pero sin caer en ningún exceso. Para esto, la dirección de Andrés Bazzalo ha sido fundamental para llevar la puesta a buen puerto.
El pesimismo existencialista de la obra se corresponde con su original en texto. Cada palabra dicha por Castel es exacta y toca al espectador, abriendo el juicio de que tan lejos uno puede estar de una situación similar. Amor, odio, celos, y la fina frontera que la locura y la necesidad pueden atravesarse en un santiamén.
La actuación de Ibañez es excelente. No ahorra sentir ni expresividad para un personaje difícil de interpretar. Donde un exceso, por más mínimo que sea, lo ubicaría al borde de la parodia.
“El Tunel” atrapa desde un unipersonal fuerte, donde cada palabra está ubicada en su lugar, permitiendo expandir la obra de Sábato a otras geografías, igual de enriquecedoras.