Estrenada originalmente en el ciclo Proyecto Manual del C. C. Ricardo Rojas en el 2011, basada en la “Guía Práctica Ilustrada para el Horticultor Autosuficiente”, de John Seymour, la puesta plantea una situación a partir de la cual, las interpretaciones se expanden como esquirlas después del impacto inicial. Ingrid, una joven socióloga se va al campo para crear una huerta orgánica. Allí es donde conoce a Pablo, el jardinero que se encargará de la huerta propiamente dicha. Esto que parece muy sencillo, esconde no solo la relación probable que pueda entablarse entre ambos protagonistas, ambos viniendo de mundos diferentes aunque uno “invadiendo” el territorio del otro. La mujer de ciudad y el hombre de campo, ¿civilización y barbarie?
Ambos personajes dialogan, intercambian pareceres e ideas, desde las más “progres” de ella a las más “limitadas” de él, pero siempre con la tensión de quien tiene el “saber” en sus manos y si este es “académico” y “práctico”. Todo desarrollado en el marco de una huerta excelentemente creada por la escenografía de Alicia Leloutre, que no traza líneas divisorias entre lo interno y lo externo sino que lo hace un todo inclusivo, extensible a las personalidades de Ingrid y Pablo. La iluminación desarrollada por Matías Sendon brindan el marco de sutileza para los climas requeridos por la dirección y la dramaturgia.