-Deborah, contame cómo surge tu corto “Cumpleaños”
-Durante el 2018 cursé el primer año de la carrera de Realización Cinematográfica en el Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC). Entonces, para la materia de guión teníamos que escribir alguna historia que nos gustara y fuera viable de contar. Así comencé a escribirla. Al ingresar a la carrera, sabía que quería aprender herramientas para filmar sobre temas que me atraviesan como, en este caso, la construcción de las niñeces desde una perspectiva de género.
– ¿Cuánto tiempo te llevó hacerlo?
-Para fin de 2018 tenía ya la estructura armada del guión. Pero la vida, a veces tiene otros tiempos. Dejé de cursar y no pude concluirlo. Al año siguiente, empecé a participar del Cluster de la Provincia de Buenos Aires. Ahí me incentivaron a sacar el guión del cajón. A partir de pensar -no sólo como guionista sino también como directora-, lo terminé de escribir. Entre los tiempos de preproducción, la filmación y la postproducción demoramos unos seis meses. La filmación fue durante un fin de semana. Pudimos cumplir todo el plan de rodaje a pesar que lo hicimos contrarreloj, por cuestiones climáticas. Lo que más demoro, al ser una producción independiente, fue la postproducción.
– ¿Hubo casting? ¿Dónde lo filmaste?
-Cuando escribía la historia ya tenía en mente quienes serían las dos protagonistas, es decir, la madre y la hija (Andrea Digorado y Alma Digorado) que lo son en la vida real. A ellas las conocía de otros rodajes del Cluster de la Provincia de Buenos Aires. Para el rol del padre íbamos a hacer casting, pero antes de lanzarlo, conocí a Juan Diego Ison y me pareció que cumplía con todo lo imaginado. Para el rol de la tía y del niño, ya conocía a quienes quería que lo realizaran.
– ¿Lo llegaste a presentar en festivales?
-No lo he presentado salvo en algunas instancias más cine comunitario, aún sin definición. Ya que mi intención con el cortometraje es que se distribuya en espacios de organizaciones sociales y espacios educativos a modo de servir de recurso para abordar los roles y estereotipos en las niñeces. Con lo cual, debido a la pandemia, eso quedó por el momento, postergado.
– ¿Camila es hija única?
-Sí, es única hija, pero comparte la vida con su primo Enzo. Una hija a la cual le depositan toda la atención, al punto de sobreprotegerla.
-¿Cuánto hay de Deborah en Camila?
-Cuando estábamos en el rodaje, nos divertíamos diciendo que íbamos a hacer un próximo cortometraje sobre la vida de ambas, dado el parecido físico con Alma, quien interpreta a Camila. Pero más allá de eso, Camila tiene mucho de mí y de Alma. Yo de chica, siempre estaba queriendo jugar con los varones. Me llamaban la atención por eso, ya que tenía que comportarme de una manera determinada para ser una buena “niña”. Lo de los colores es simplemente una excusa para ver hasta en detalles cómo esas construcciones son impuestas y binarias.
– ¿Cuando decidiste dejar la cámara de fotos para encarar esta etapa de documentalista/cineasta?
-A decir verdad, no voy a dejar nunca la cámara de fotos pero sí darle una nueva dirección como es lo audiovisual. Me importa poder contar historias mediante imágenes. Creo en lo documental como posibilidad de registrar memorias de modo colectivo y construir nuevas narrativas sobre las realidades. En ese sentido, tanto desde la fotografía como desde el cine, podemos crear nuevos mundos. Pero es cierto que la potencia de lo filmado trasciende cualquier frontera. Considero que recién ahora puedo empezar a dedicarme más porque tengo otros recursos que me lo van permitiendo. Aún el cine es un espacio muy elitista y hay que seguir apostando por una democratización efectiva.
La ESI, princesas y crianzas
– ¿De qué manera se puede trabajar la ESI (Educación Sexual Integral) en las escuelas primarias y con las familias?
-En primer lugar, desmitificando los discursos que hay sobre la misma. Es muy difícil comenzar a hablar desde el desconocimiento y los prejuicios que se conforman por tantos años de tabú. La ley es una gran oportunidad que tenemos para abrir el debate pero siempre desde la correcta información. Para eso se vuelve fundamental la formación desde el Estado para les actores que forman parte del sistema educativo y las demás instituciones del Sistema de Protección Integral. Tenemos que saber que la Educación Sexual Integral es un derecho humano.
– Hay muchos mandatos de los cuales nos tenemos que desligar. Una buena estrategia para obedecer las normas impuestas es hacer creer que tenemos que ser dóciles ante lo que no estamos de acuerdo para no generar grietas. Para mí, la buena educación radica en poder expresar nuestras propias ideas, respetando al otre, sabiendo que hay posiciones que jamás van a coincidir.
– La cuestión de género y el ideal de la “princesa” para las nenas (y la pelota de fútbol para los varones) se aprecia en buena parte de clase media/media-alta progre-universitaria. ¿Por qué?
-Considero que la deconstrucción es infinita y dichos sectores también son conservadores. ¿Cuánto estamos dispuestes a resignar de todo lo conocido? Vivimos entre muchas comodidades. Hay que dividir las prácticas de los discursos. En los círculos de militantes feministas y de movimientos de mujeres y disidencias, parece que estamos ganando la batalla cultural. Pero sabemos que no es tan así. En todas las luchas por la deconstrucción de un sistema patriarcal, las femineidades quedan en desventaja frente a las masculinidades hegemónicas, en las que imperan los binarismos, los roles y estereotipos. Las violencias siguen sometiendo a aquelles que no cumplen las normas heteropatriarcales, porque de dicha manera se sostiene un sistema de producción funcional a aquelles que detentan el poder capitalista.
Aborto, feminismo y hombres
– ¿Cuales son tus expectativas para la sanción de la IVE?
-Este año, cambiaron todas las preguntas a las respuestas que más o menos teníamos formuladas. Al no poder estar en las calles -principalmente de las capitales-, la presión por la sanción fue decreciendo. Es así que mis expectativas, también lo hicieron. Considero que es un derecho fundamental que las personas con cuerpos gestantes tenemos sobre los mismos. Pero también, hay que empezar -más en profundidad- a ver las causas que llevan a tener un embarazo no deseado. Tal vez por ahí, también salgamos más a luchar por otros derechos que hacen también a la vida digna. Hay mucha desigualdad en todo el territorio argentino. Debemos dejar de mirar sólo lo que ocurre en los grandes centros urbanos.
– Al día de hoy, ¿cómo ves al movimiento feminista?
-Lo mejor que veo es la diversidad del movimiento. Esa es la principal característica para que haya transformación. Cada una, a su tiempo, va tomando lo que más le resulta para su cotidiano. Es un gran aprendizaje para todes no construir idolatrías ni discursos cerrados. Tenemos que dejar de medir cuántos títulos tiene cada una para expresar sus ideas y sus sentires. Empezar a construir más desde los barrios, los pueblos y las naciones indígenas. En ese sentido, aún veo una gran tensión entre el academicismo y los territorios.
– ¿Viste alguna modificación en los hombres respecto al cambio de paradigma en torno al #NiUnaMenos? ¿De qué manera pueden acompañar esta lucha?
-Más que acompañar, deberían empezar a revisar sus prácticas. Igual entiendo que la lucha es de todes. Es clave la construcción de alianzas. Todes tenemos mucho por deconstruir, pero sabemos de las desventajas que padecemos las mujeres y disidencias respecto a los hombres cis heterosexuales. Lamentablemente, las cifras de violaciones y femicidios son cada vez más elevadas. No podemos cantar victoria. Hay una mayor conciencia y alerta pero no creo que sólo sea una cuestión de prácticas individuales. Debe haber una mayor inversión desde el Estado por políticas públicas para erradicar las violencias por género.
-Al respecto, ¿es “aceptable” el acompañamiento de los hombres?
-Apuesto a que los hombres no tomen los espacios ni las voces por las mujeres y disidencias. Las calles las ganamos entre todes, pero también hay que entender cuando las compañeras se sienten intimidadas por algunos.
Sobrevivir al Coronavirus
-Tengo que agradecer que tuve las posibilidades de ser atendida en tiempo y forma. Muchas veces naturalizamos nuestras posibilidades, pero viendo el contexto, me sentí privilegiada de la atención que tuve. Sabemos igual que la salud es un derecho de todes, pero que lamentablemente muches no acceden. Lo que más me afectó fue que también se contagiaron mis familiares aunque todes tuvimos síntomas relativamente leves. Estuve casi diez días internada, y luego más de 40 días cumpliendo cuarentena estricta porque tuve una recaída. Lo más difícil era la incertidumbre. Cada día amanecía con un síntoma distinto. Lo más importante para la recuperación fue la buena energía y predisposición de amigues, compañeres, familias para asistirme en todo lo necesario.
– Contame del artículo que escribiste para la Agencia Paco Urondo. ¿Fue una crónica o lo tomaste como una catarsis?
-Desde el primer día que estuve internada, comencé a escribir en mis redes sociales como postales de catarsis. Lo iba haciendo a modo de ir avisando mis evoluciones. La crónica lo pensé como un aporte para dar a conocer una experiencia real entre tantos discursos negacionistas. Hay aún mucha desinformación y además, estamos muy atravesades por las cifras y solemos perder dimensión de las personas que atraviesan el contagio.
Además de la crónica, realicé “Postales de otoño”, un cortometraje documental que narra mis días durante la internación y participó de dos festivales internacionales de cine en cuarentena.
-Si te presentan un formulario, ¿qué llenas donde dice “profesión”?
-La última vez que completé un formulario puse que era “Comunicadora audiovisual”. Mi carrera de base es Comunicación Social, y a partir de la misma, me desenvuelvo en los otros campos, como la fotografía y el cine. Siempre estoy pensando de qué maneras comunicar y seguir construyendo caminos para alfabetizar las miradas. El posibilitar que todas las voces sean escuchadas.
– Si te encontrases con la Deborah Ester Valado que recién terminaba el secundario, ¿qué le dirías?
-Le diría que no deje de apostar por todo lo que sueña. Ser fiel a las convicciones es un camino bastante más arduo, pero que en el andar, todo se vuelve más valioso.
Contacto: cumplecorto@gmail.com
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