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El Tole Tole, uno de los tantos teatros afectados por la cuarentena |
-Antes que nada, cuentenme cómo estuvo el FestiPIT de hace unos días
Nayla Pose: En medio de tanta desolación fue una aventura extraordinaria y una experiencia reveladora.
Victoria Roland: Fue muy hermoso en su calidad de encuentro, visibilización de nuestro sector y fuerza colectiva de toda la comunidad que conformamos docentes y alumnes en CABA, con una gran repercusión y acompañamiento. Te paso alguna data del Festival que elaboró PIT al finalizar el evento.
“Durante el festival se llevaron a cabo dos acontecimientos centrales: el desarrollo de un festival online y el lanzamiento del número cero de la revista Insomne de la agrupación. En líneas generales se cumplió con varios de los objetivos propuestos desde la agrupación:
– Visibilizar a gran escala a la colectiva PIT y la problemática del sector.
– Reconocer el trabajo sostenido por lxs profesorxs en el contexto crítico actual.
– Darle visibilidad a lxs alumnxs que acompañaron durante estos meses a muchxs profesorxs.
– Recaudar dinero para impulsar a la colectiva y apoyar acciones solidarias del sector.
Participaron aproximadamente 100 docentes, 800 alumnes y más de 2500 espectadores”.
Sebastián Mogordoy: Una fiesta que tuvo alrededor de 3.000 participantes, alumnxs, familiares, amigos, actores, profesores. Hubo charlas, talleres y muestras. Dos días de maratón en este formato de actuación por zoom. ¿Teatro? No. No lo reemplaza pero es bienvenido por el contexto. El festival produjo deseo, pensamiento, diversión, reflexión, encuentro e intercambio. Actuación en la más variada diversidad en pos de un objetivo cumplido. Dimos lo que tenemos, haciendo lo que sabemos, visibilizando nuestra problemática como colectiva al tiempo que recaudamos fondos para nuestra agrupación.
-¿Qué presentaron?
NP: Trabajos en proceso de mis estudiantes, todos filmados. La experiencia me llevo a replantearme muchas cosas. A principios de mayo me pidieron participar en un congreso de IAE ( Filo/UBA) y escribí algunas cosas sobre las clases online (El texto esta en el numero 0 de «Insomne», la revista de PIT). Pero las opiniones que fui armando cambian y crecen constantemente. Algo de eso me inquieta positivamente.
Con lxs estudiantxs venimos reflexionando activamente sobre los cuatro meses de experiencia y haciendo operatorias nuevas. Tengo nuevas miradas. Tomé clases online para investigar la experiencia de ser estudiante en este formato pero no romantizo esta situación, ni elijo las clases de esta manera. Igualmente, vi algo muy contundente: en lxs estudiantes hay una buena acumulación de aprendizaje, pasan cosas, nos emocionamos con el otrx actuando del otro lado de la pantalla. El FestiPIT viene a confirmar algo de eso con la mirada del público.
VR: En mi caso presenté la “Muestra de video-experimentos del Taller Anual de Actuación y Creación Escénica”. El taller comenzó su nuevo formato virtual en abril y continúa hasta diciembre. La idea era poder presentar y compartir estos videos realizados por les alumnes combinando una serie de consignas e investigaciones, desde la intimidad de sus casas. Todo a través de consignas via mail, encuentros virtuales y una elaboración muy profusa de materiales diversos (textos, videos, audios, etc).
Lo interesante, además de mostrar los videos, fue el intercambio con les espectadores donde pudimos abrir un poco todo lo que ha significado este cambio del formato presencial al virtual en este tiempo inédito para todes. Esto habilitó pruebas e investigaciones específicas que, de otro modo, no hubieran sucedido. Extremar la autonomía creadora de cada alumne, el abrir una investigación artística expandida (más allá de la actuación) y la investigación de una intimidad y una singularidad a la que nos hemos visto forzados. Tuvimos espectadores de Chile y México por lo que el intercambio fue muy rico.
SM: En el festival abrimos el entrenamiento, sin escenas, sin personajes, sin relatos temáticos. La coyuntura nos obligó a repesarnos y reinventarnos con esta herramienta así como encontrar un lenguaje -devenido de un fenómeno- que parecía imposible y del todo no lo fue. Sin reemplazar al teatro, a lo presencial, encontramos un lenguaje actoral que despliega una “poética” en sí misma. El zoom, la casa de cada uno, el contexto de confinamiento, el vivo, el público, mirarse a uno mismo al mismo tiempo que actúo. Trabajar con la imagen, construir el plano, el espacio, el vestuario, profundizar el «estado», la afectación, el detalle, el punto de vista (en este caso, la cámara). El relato es el actor, lo que él produce. Sus tonos, sus ritmos, su poética, su opinión que se despliega en una gran improvisación dirigida. El que mira elije que cuadradito mirar. El que actúa, sabe que está siendo mirado y lo da todo. También mostramos escenas que hicieron los alumnxs en sus casas, filmadas, siguiendo diferentes consignas o teniendo de referencia películas o audios de “gente rota”. Lo hicimos junto a Danae Cisneros, Nicolás Vivante e Iván Balsa. En www.tallerdeteatro.com cada uno tiene su espacio aunque los talleres los pensamos juntos y estamos los cuatro dándolos online.
-¿Cómo llegan a formar parte del PIT?
NP: Estoy en PIT desde sus orígenes. Al comienzo de la cuarentena algunxs compañerxs hablábamos por teléfono y hacíamos encuentros por zoom para charlar sobre como estábamos afrontando la situación a todo nivel. Un día me escribe Lore Vega diciéndome que había otro grupo que también estaba intercambiando. El primer gesto que recuerdo de PIT es que Lore armo una cadena de mails y un grupo de whatsapp. De repente, éramos muchísimos. Cada une fue convocando a colegas amiguxs. Se armo el nombre, hicimos asamblea y nos organizamos. Los primeros gestos fueron el Manifiesto, sumarnos a la redacción del protocolo que ya estaba haciendo Feldman, ver cuales eran nuestras necesidades y derechos para posicionarnos ante los ministerios y armar una comisión dedicada a optimizar el aprendizaje de cómo dar clases online. O sea, desde el comienzo pura potencia y amor a nuestro oficio. En un clima de mucho compañerismo.
SM: Me convocaron dos amigas con las que trabaje y nos conocemos de chicos: Lorena Vega y Maruja Bustamante. Éramos pocos pero, sin perder tiempo, comprendimos que teníamos que ponernos en marcha, y que la salida era en conjunto.
VR: Tras el surgimiento del PIT en los primeros meses de la cuarentena, fue evidente que había que reunirse para visibilizar un sector fundamental, el de formación independiente en la ciudad que mueve una comunidad enorme de docentes y alumnxs y de la que luego surgen los actores y actrices que pueblan el teatro independiente, comercial, oficial, etc. En una situación de emergencia como esta -todes vivimos en gran medida de nuestro laburo en las clases de manera independiente y de repente no podemos ejercer, además de que clases y práctica profesional están entrelazadas en nuestro país-, fue fundamental reunirnos y pensar estrategias colectivas juntes.
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Nayla Pose y su fiel China, luchan juntas desde El Brío |
-¿Y su evolución?
SM: Enorme. Intensa, sorprendente, firme, concreta. Como una gran improvisación, pero no por eso un “cualquier cosismo”. Hago analogías mentales entre el PIT y nuestra vocación/esencia. Pienso que la mayoría somos actores y como dice Raúl Serrano, uno de mis maestros, “Los actores son hacedores, no decidores”. En eso estamos, ¡haciendo! Estamos visibilizando la realidad de los profesorxs de teatro. Ponemos el cuerpo y tomamos decisiones políticas. Armamos una estructura que nos permite repensarnos y reorganizarnos. Tuvimos reuniones con funcionarios de la Ciudad y Nación, hicimos un censo por el que sabemos cuántos y quiénes somos así como dónde estamos, cuáles son las realidades particulares y de la colectiva. Descubrimos que somos más de 800 profesores sólo en CABA y más de 25000 alumnos. Estamos ayudando a los que más lo necesitan así como apoyando y recibiendo el apoyo de otras agrupaciones. La salida es colectiva. Nos constituimos como una agrupación que representa una gran parte de la cultura y la formación teatral que, además, tiene una gran responsabilidad social. Seguimos creciendo y pensándonos pero sobre todo, haciendo.
VR: Después del Manifiesto, el protocolo y la encuesta para recabar info real sobre el sector, contamos con una comisión de género y diversidad, de herramientas para compartir conocimientos de trabajo virtual, la creación de una revista, etc. Esta situación dejó al descubierto el nivel de precariedad que viene en aumento en los últimos años en todo el sector cultural. Ni qué decir de los años de macrismo en la ciudad.
– Al día de hoy, ¿están recibiendo algún tipo de ayuda por parte de Cultura Nación y CABA?
NP: Con el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, hay muy buen dialogo y proyecciones. Fuimos muy bien recibidxs y escuchadxs. Sabemos el desafío que representa este contexto para la gestión actual después de años de vaciamiento cultural pero al momento lamentablemente la respuesta no está a la altura de la emergencia. Por ahora hemos logrado la incorporación de la figura “Docente” en la beca Sostener Cultura, el INT promete bolsones de comida y una línea de ayuda acotada para lxs profesorxs en situación de mayor vulnerabilidad.
En relación al diálogo con el Ministerio de Cultura de la Ciudad no tuvimos el mismo grado de escucha. Aún estamos esperando respuesta a nuestros reclamos, a excepción de la dirección de Proteatro, que accedió a armar en la línea subsidios dentro de la línea de Proyectos Especiales haciendo hincapié en la figura “Docente”.
Mientras tanto nosotrxs seguimos trabajando en la declaración de la Emergencia Cultural
VR: Se estableció diálogo con todos los organismos estatales pero las respuestas son lentas e insuficientes. Se están haciendo cosas muy pequeñas y menores pero no se está teniendo en cuenta el valor social de nuestro sector. Se nos ha dejado como lo último, lo menos importante, como si no fuéramos trabajadores. Es tremendo. Al mismo tiempo que asistimos a una necesidad de consumo cultural enorme en esta cuarentena, pareciera que estamos demandados a entregar nuestro trabajo de manera gratuita. Como si ser artista no es ser trabajador y entrega su “arte” por amor y vocación. Es un tema muy complejo con concepciones muy delicadas que tenemos que revisar y repensar entre todxs como sociedad. Toda esta idea de las actividades esenciales y las que no, es muy compleja. Una idea de salud -muy limitada- que no incluye otro tipo de pensamiento en el que el arte juega un papel importante, es muy complicada. Esta crisis nos deja a todxs con muchas preguntas e inquietudes para pensar a futuro.
-Teniendo en cuenta que el teatro es hecho colectivo, social y presencial, ¿se puede hacer teatro por “streaming”?
NP: Es una obviedad decir que hay varias posturas. En principio, estoy saturada de la estimulación visual plana y de la falta de contenido. Elijo mucho que ver y/o escuchar.
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Victoria Roland, una creadora inquieta y talentosa |
No juzgo a nadie porque todxs estamos buscando generar recursos para la subsistencia pero habría que ponerle nombre a eso. Teatro por streaming es una contradicción. El teatro es en vivo, punto. No puedo verlo. Me repele. El teatro no puede ser filmado. Es el registro de una obra de teatro pero no es teatro. En todo caso me interesa la actuación en el formato streaming -que tampoco es cine-. Es otro lenguaje que se investiga para ese dispositivo. La actuación me atrapa e interpela en todos sus formatos. El otro dia vi “Todo lo que está a mi lado” de Fernando Rubio con la genial Andrea Nussembaum y me conmoví. La actuación es cercana, limpia, de una honestidad inmensa. Esa es la potencia del arte, la que a mi me convoca. Lo que hizo Rubio es de gran belleza en un lenguaje que es acorde al soporte.
VR: -Ya se vuelve un poco estéril la discusión. Parece que es lo único que podemos discutir. No sé. Es evidente que el teatro online no lo es en el sentido de la experiencia viva y esencial que propone el teatro. Hoy podemos ver algunas obras viejas que tienen un valor de archivo. Se ha vuelto a mirar atrás para reflexionar y estudiar. Nos ofrecieron mostrar “Beya” (N de R: sublime puesta de la que pueden leer aquí: https://bit.ly/31FVwEP y https://bit.ly/2DGyYvf) online pero no me pareció bien. Es una obra nueva, súper viva para nosotras. No es para mostrarla online porque no es un archivo. Ya la verán cuando se pueda…quienes vengan al ritual de la obra en vivo que es “la” obra. Pero bueno, hay momentos donde los formatos y los lenguajes se vuelven difusos por necesidad. También hay que escuchar lo que sucede con esos experimentos. El pensamiento purista me parece peligroso. Es muy conservador. Esto no quiere decir que no desee que vuelva ya el vivo y podamos reunirnos y tener nuestros rituales de presencia. Va a suceder y tiene que suceder y si no nos dejan, lo haremos suceder. Mientras tanto, me parece interesante ver que trae esta época de límites y restricciones. Ver que aprendemos de toda esta catástrofe. SM: -No es teatro, es otra cosa. Es actuación. Está la cámara, la imagen. Es difícil, pero nos permite sostenernos y seguir.
-¿Cómo ven el sistema “a la gorra”?
NP: Me parece bien.
VR: Es algo del orden de lo posible que se ha instalado y de algún modo funciona. Insisto en que nuestra precariedad económica dentro del sistema es escandalosa. Me preocupa cómo se la naturaliza. De parte del Estado, es terrible. Un desprecio directo hacia nosotrxs y nuestra forma de intervenir en la comunidad. Hay una idea de que nos autoexplotamos y eso se confunde con que nos autorealizamos por lo que hay un aprovechamiento de eso. Es una cuestión de conciencia. Hay cosas que no dudas un segundo en pagar. Tu cuota de Netflix, etc. ¿Por qué garroneas con los artistas independientes?
SM: Lo veo bien, otorga libertad en las posibilidades personales y dentro del contexto. Nos fue bien. Superó nuestras expectativas y estamos muy agradecidos con la gente que aporto a la agrupación.
-¿Los medios le están dando la visibilidad necesaria a la situación del teatro?
NP: No. Ni al teatro ni a la cultura en general.
VR: -Todo parece insuficiente. No sé bien que decirte.
SM: Salimos en algunos diarios. Dada la emergencia es poco pero mejor que nada.
-¿Y la enseñanza?
NP: Menos. Realmente me preocupa que se instale el tema del teletrabajo como algo habitual. Es momento de poner sobre la mesa cuestiones que son apremiantes. La lógica binaria salud-economía me saca. Esa lógica le quita espesura a la problemática. Ya es hora de instalar conversaciones sobre los estragos que el neoliberalismo ha hecho en la salud pública, en la acentuación de las diferencias sociales, en el impacto en la crisis climática y ecológica, en los valores nefastos que promueve. En términos éticos y estéticos el arte genera esfera social y me interesa reflexionar sobre el rol del artista dentro de esa implicancia. Me parece muy importante ver con qué preguntas y discusiones salimos de esta situación porque me preocupa mucho que se normalice esto. Tenemos la oportunidad de cuestionarnos profundamente nuestros modos de vida y desarrollo.
VR: Ha sido muy complejo y desestabilizante en principio pero me obligó a volver sobre toda mi práctica anterior. Repensar todos los procedimientos, forzarme a imaginar todas las posibilidades nuevas que trajeron estos límites que nos parecían insalvables. Este proceso fue sorprendente y emocionante. El taller está siendo un lugar de investigación muy potente. Descubrimos que nuestro conocimiento sobre el teatro es la forma de estar en el mundo. Apareció la necesidad humana primordial de lo cultural y lo artístico, más allá de los formatos. Eso ha sido muy valioso. Los límites, de algún modo, siempre son estímulos para los artistas. Aclaro que no soy inocente o naif. Es una tragedia lo que está sucediendo. No sabemos nada sobre el futuro y no hay mucho más que hacer que ir transitando este momento como cada uno pueda. Nosotrxs como artistas tenemos la obligación de reinventarnos continuamente. Estamos entrenados para eso, para imaginar más allá de los límites. Ahí está nuestra vitalidad.
SM: En un principio no lo veía posible. Pensaba que era ridículo y que todo estaba perdido. Nos costó mucho reorganizarnos. En diciembre nos avisaron que nos teníamos que ir del teatro en el que veníamos trabajando pero en dos meses encontramos cinco espacios (Teatro Beckett, No Avestruz, Espacio Sísmico, Estepario y Hasta Trilce) para repartir nuestros diez grupos de alumnxs. ¡Una proeza encontrar horarios! Dimos dos clases y todo se terminó. Estaba en Barcelona (había ido a sacar la ciudadanía y me agarró la cuarentena) y no sabíamos qué hacer con los profes. Nos juntamos y armamos una propuesta que se la mandamos a los alumnos. Empezamos a improvisar y conocer la herramienta del zoom. De a poco, la fuimos transformando en poética, por decirlo de alguna manera.
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Mogordoy: 10 años de Talleres de Teatro |
-¿Habrá modificaciones en los hábitos de concurrencia a los teatros?
NP: Si, sin duda y muy probablemente cambios estéticos en el hecho artístico en sí. El mundo entero cambió. Me inquieta saber qué perspectiva, qué tipo de discurso seremos capaces de visibilizar. El PIT planteó esto para articular entre el Ministerio de Cultura de la Nacion y el Ministerio de Salud.
VR: -Es imposible de saber todo esto. Tenemos la oportunidad de tomar conciencia y repensar nuestro vínculo con la práctica cultural en general (Estado y sociedad) pero si lo haremos o no, depende de muchos factores que se nos escapan. Mi deseo es que volvamos al encuentro. Que la adrenalina nos estalle por vernos en rituales comunitarios. Ojalá sea así.
SM: Ya hubo modificaciones en todos los hábitos. Caminar por la calle se hace insoportable con ese barbijo. Parece que estamos en el patio de un hospital. Todo cambió, no solo la concurrencia al teatro. Cuesta entender que, hasta no se encuentre una vacuna, (odio esa solución) sea la nueva realidad de la que hablan y que ya estamos viviendo.
-¿Va a cambiar la precarización que vive el ámbito cultural?
NP: La pandemia develo una precarización salvaje, imposible. Si la podremos cambiar, no tengo idea. Es difícil trazar perspectivas sin saber cuándo volveremos a trabajar. Vamos a hacer todo para cambiar nuestra precaria situación. Es angustiante ver espacios que cierran y compañerxs que no tienen para comer. Igual, la cultura esta despierta, solidaria, unida y organizada.
VR: Es lamentable la desprotección y la falta de interés por un sector, del que además se aprovechan porque es increíblemente vital y profuso en sus propuestas. La falta de inversión en subsidios y programas que fortalezcan nuestra actividad desde el Estado es alarmante. Las salas están cerrando. Por más esfuerzo que se haga y tengamos mucho training en crisis económicas -y de todo tipo- bordeamos lo imposible. Hay salas que tienen que pagar alquileres y están cerradas. Es terrible.
SM: Creo que se va a profundizar. Toda la sociedad va a sufrir mucho las consecuencias.
-¿En qué momento llega el Premio S2020 que recibieron la semana pasada?
NP: Es la primera vez que este premio es entregado a una colectiva. Lo recibimos con mucha emoción por el reconocimiento a la lucha y trabajo desarrollado. Llega en un momento en el que pudimos realizar muchas cosas a partir de nuestra “prepotencia de trabajo” como diría Arlt. Somos un enjambre laborioso y creativo con muchísimos logros por el trabajo en equipo. Bestiales en la autogestión que es parte de nuestra supervivencia. Nosotros tenemos un tiempo acorde a la urgencia. Lástima que el Estado tiene otro tiempo.
VR: Es un gran estímulo para suplir la falencia de las instituciones del Estado.
SM: Nos llega en el momento indicado, para festejar por lo hecho, y para seguir con todo lo que nos espera.
-¿Se imaginan el día después de la cuarentena?
NP: Aún no puedo imaginarlo. El miedo en el cuerpo me inquieta mucho. Toda mi vida afectiva, laboral, evolutiva, económica y social gira en torno al encuentro de los cuerpos. La verdad es que por momentos me parece que estoy adentro de un sueño. Mi vida esta íntima y estrechamente ligada al teatro. Percibo una extraña relación con el tiempo que sigue su curso, de manera salvaje mientras que algo de mi vida está suspendido.
SM: Ya lo viví. Estoy en un paréntesis extraño del verano europeo con barbijos y protocolos de convivencia, sin hacer mucho ni arriesgarse de más. Vivir el día a día, sin p proyectar el futuro. Pude participar de unos entrenamientos presenciales con un grupo de actores argentinos que viven aquí, en Barcelona. Volver a actuar y dirigir, hermoso. El detalle está en el texto “10 km” que salió en “Insomne”, la revista del PIT.
-Nayla, al día de hoy, ¿cómo está el Brío, más aún en relación con el tema “impuestos”?
NP: Vacio. Es extraño, estoy viviendo allí. O debería decir aquí, que es donde estoy escribiendo. El teatro es mi casa, en un amplio sentido. Todo está extrañamente silencioso, quieto. Entre horroroso, melancólico y poético. Con la China (mi perra) andamos juntas tratando de habitar ese silencio nuevo, a ver que tiene para devolvernos.
El Brio existe en un espacio que alquilo. Las cosas que hago para sostener el espacio son inauditas. A veces pienso en escribir sobre todo eso, el hacer posible el equilibrio entre la libertad y la sustentabilidad del espacio. La necesidad genera recursos extraordinarios.
El tema “impuestos” lo llevo mal. Pago internet y luz que es lo que necesito para las clases online. Debo mucho ABL, autónomos, la obra social y en breve voy a empezar a deber alquiler. Tengo pensado resistir pero le estoy buscando la vuelta al cómo junto a mis compañerxs de ESCENA, ARTEI, MECA, CLUMVI y por supuesto, PIT.
-Para terminar, ¿qué tienen para estrenar?
NP: Tenía dos proyectos hermosos como actriz, uno para julio y otro para diciembre. No sé si se harán en algún momento. Como la gran mayoría de los mortales, estoy “duelando” los proyectos de este año. En El Brio tengo para estrenar un trabajo con alumnxs que estuvimos investigando el año pasado en un taller de montaje “Arde la sombra de un fuego” y dos corproducciones, tambien de El Brío, ambas obras inéditas de Lisandro Outeda y Pablo D´ Elia.
VR: Por un lado estamos preparando el libro de “El mundo es más fuerte que yo”, la primera obra de la compañía La Mujer Mutante que tenemos con Juan Coulasso. Además va a incluir los “Diarios de la actriz”, que los escribí durante el proceso de creación de la obra. Por otro lado, seguramente volvamos con las dos obras que tenemos. La otra es “Una obra más real que la del mundo” que se desarrolla en el Cementerio de Chacarita. ¡No puedo imaginar cómo se va a resignificar después de todo esto! Ahora empezamos a imaginar y a flashear nuestro próximo proyecto. Vamos a seguir profundizando la investigación de La Mujer Mutante. La compañía es una trinchera fundamental, un refugio muy importante para enfrentar este futuro incierto.
SM: Me confirmaron para «La Bohemia» de Sergio Boris, en Cádiz por medio de audios con los actores de la obra. Con “Talleres de Teatro” estamos cumpliendo diez años en este 2020. Todo fue desmesura de amor, de crecimiento, de amistades, de teatralidad, de aprendizaje, tanto para mi como los alumnxs y profesorxs. Empecé con miedo, junto a Christian Garcia, un gran profesor y actor. Después cada uno siguió por separado y me junté con otras personas. No puedo creer aún todo lo que crecimos en todo sentido. Todas las personas que pasaron por las clases…. Fantaseo con un entrenamiento enorme, todos los grupos de estos diez años a la vez. Los alumnos suben fotos de los talleres presenciales y quieren volver a actuar “de verdad”. Creo que, cuando podamos hacerlo -si podemos-, va a ser increíble. Fui a España a ver si podíamos hacer crecer las clases y comenzar aquí, junto a Candelaria Sesín pero el COVID apareció como un paredón ante los sueños de todxs. Pero seguimos soñando. Seguimos imaginando un presente tan fuerte que un día, va a ser real.
+Info Agrupación PIT Profesorxs Independientes de Teatro :
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