Desde la portada misma del disco que muestra a un hombre de traje atravesando un desierto, se aprecia el carácter crudo y reflexivo del mismo. Ese hombre caminando a ningún lugar, exiliado desde su propio lugar “motu proprio” y escapando de sí mismo. Serán trece canciones (diez temas originales y tres covers) de fuerte contenido lírico, que vienen a plantear preguntas y llamar a la reflexión. Pero ojo, no desde un punto de vista pedagógico sino a partir de la pulsión punk de grito y rabia frente a problemáticas político-sociales que incluyen la ecología, la globalización y la sociedad capitalista.
El disco abre con la furiosa “Northwestern song” que retoma su comienzo cinematográfico para trazar un paralelo entre la conquista del oeste norteamericano y una actualidad de empresas monopólicas (“Eran los tiempos de colonización/Casi iguales a los de hoy/Tiempos de máquinas y aceleración/Otra sangrienta misión”). Subirá la apuesta con «Nonsanto», tema elegido como corte de difusión del álbum del que se filmó un muy buen video. La guitarra del Tucán Barauskas abre el juego del que será un clásico de la banda. Allí, Pil juega con la famosa expresión “non sancto” y el nombre de la tristemente célebre empresa multinacional estadounidense productora de agroquímicos y biotecnología, repudiada por ser contaminadora de todos los espacios en los que se asienta. Los riffs del Tucán calan hondo mientras Pil canta una de esas letras que conmueven por la certeza de lo descripto –alusiones bíblicas incluídas- y la bronca que se siente ante dicha situación. El tema cuenta con los coros de Hernán Valente, de Cadena Perpetua, que también participar en “Casa Roja”.
A esta altura de la escucha del álbum, es destacable no solo el sonido del mismo (se puede ser crudo y sonar muy bien al mismo tiempo) sino como se mantiene la mirada atenta y rebelde pero con plena conciencia acerca de donde ubicar cada letra. No hay slogans vacios sino un trabajo importante tanto en las letras como en las melodías que las acompañan. Pil conforma una muy buena dupla con Tucan Barauskas, siendo ellos los hacedores de la mayoría de las canciones al tiempo que Tomy Loiseau en bajo y Antulio Pozzio en batería conforman una base poderosa.
La mente del hombre forma parte de temas como “Dioses y faunos” y “Lenguas de fuego”. En el primero, Pil reflexiona sobre el paso del tiempo (“Ya no llego porque ya no voy/Hoy soy la mitad de ayer”), sus paliativos (“Hoy comenzó la cura del Valium”) y su deseo hecho palabra (“No puedo volver/a repetir la historia”). En cambio, un rock furioso –con piano de Tomy Loiseau incluido- da cuenta de “Lenguas de fuego” en el que se nombra al electroshock por su nombre como terapia poco sanadora, logrando el efecto contrario.
La política también forma parte de las letras de Pil. Un buen ejemplo es “Los nuevos cartoneros” que comienza con el excelente aporte de Federico Terranova en violín y Alfredo Zuccarelli en cello –miembros de la Orquesta Típica Fernández Fierro-. Con “Ciento x ciento” apela a la anomia de la sociedad a partir de la figura del Imperio (“La corona vota y desarrolla/nuestra monarquía parlamentaria”), la resistencia (“Hay que ser yunque para aguantar/hay que ser martillo para pegar”) y la búsqueda de opciones (“A tanto lastre decile no/si alternativa que salga de nos”). En “Casa roja” relata la cotidianidad de una casa de prostitución en la Patagonia. Prestando un poco de atención podría relacionarse con el episodio de “Las putas de San Julián”, que forma parte de “La Patagonia Rebelde” de Osvaldo Bayer en la que se describe la negativa de las prostitutas de “atender” a los soldados después que estos ejecutaron y enterraron en fosas comunes a los trabajadores en huelga.
El disco cierra con “Alas para la revolución socialista” que brinda esa dicotomía del guerrero (¿el propio Pil?) que ha visto todo y se ha decepcionado (“Estoy cansado, cansado de esperar/Estoy hastiado, de no poder llegar”) pero que no se resigna (“Yo lucho para sobrevivir/hoy vivo para luchar y sé/que se sufre y se vive para vencer”) y aún tiene alguna esperanza (Brindo porque va a llegar/ la lucha social y brindo/por la revolución/No es una amenaza es solo satisfacción”).
Tras el gran retorno de los Violadores en el que llenaron el Luna Park, Pil continúa con los Violadores de la Ley presentando “Último hombre”. Un disco de calidad por parte de una leyenda viviente del punk que reverdece sus laureles con su pluma precisa y contestataria, sin dejar de lado la esencia que lo hizo convertirse, al día de hoy, en una leyenda viviente.
A continuación, te dejamos las próximas fechas de Pil y Los Violadores de la Ley. No te cuelgues que es una excelente oportunidad de ver a esta gran banda, en vivo.
Viernes 28 de octubre en Escobar
Domingo 30 de octubre en Quilmes
Sábado 5 de noviembre en Tandil
Domingo 6 de noviembre en Ensenada
Jueves 10 de noviembre en Santa Rosa, La Pampa
Viernes 11 de noviembre en Neuquén
Sábado 12 de noviembre en Zapala
Domingo 13 de noviembre en Bariloche
Excelente nota me gustó . Solo que me hubiese gustado saber un poco de qué habla la letra de nuevos cartoneros … PIL un grande solo para entendidos…