En lo que a actores se refiere, el 2021 tuvo la sorpresa de contar con un buen número de unipersonales masculinos de calidad al tiempo que hubo puestas con actuaciones sumamente destacables.
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Habitación Macbeth, única e irrepetible |
Para comenzar, hay un nombre que se impone en este tipo de resúmenes: Pompeyo Audivert. Su “Habitación Macbeth” fue uno de los imperdibles del año, en el que hace todos los personajes del clásico shakespereano. Con todo su talento a flor de piel, brinda una puesta única. El centro está puesto en las palabras y la actuación como hecho artístico, a disposición de una obra literaria que, con 415 años de su concepción, mantiene su vigencia, apelando a distintas formas del ser humano. La reconocida obra escocesa logra en el cuerpo y alma de Pompeyo Audivert un punto de excelencia que combina la austeridad del formato de un único actor en escena –con la participación de Claudio Peña, encargado de la música en vivo- y la sutil riqueza de los diversos aspectos técnicos. El uso de varios objetos, ubicados en tiempo y ubicación precisos, construyen ese espacio donde se desarrollan los acontecimientos. La dupla que conforma con la iluminación es fundamental para dar cuenta de un marco espectacular para el lucimiento de Audivert.
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Horacio Roca, experiencia y talento para «Tibio». |
Otro gran unipersonal fue “Tibio”. Allí Horacio Roca lleva adelante un relato centrado en la figura del profesor de literatura Rodriguez Janssen que vive para su trabajo y no acepta otro tipo de injerencia en el mismo. Siempre con Miguel de Unamuno como referencia para todo.
La actuación de Roca fue sublime. Dota con matices exactos cada decisión que toma. Sus temores y deseos de “salir del agujero interior” pero…¿podrá?. Más que nada porque esa indecisión lo puede llevar a un «sin querer, queriendo» de profundas consecuencias. No en vano se escucha esa advertencia acerca de si tanta literatura fuera la excusa para andar ciegos. Su carácter, tan apegado a las reglas y corrección a prueba de balas (esa «buena persona» que Hannah Arendt pone en otro lugar en su «banalidad del mal») inquirirá a una platea tensa y atenta que, al término de la función, será de intercambio y debate obligatorio con todo lo que esto implica. ¿Cuantos Rodriguez Janssen conocemos en nuestras vidas? ¿No seremos como él?
En el caso de “Nicolás anda” lo tiene a Nicolas Stupenengo como protagonista. Es aquél que “anda”. Ingresa al escenario junto a Sofía, su fiel compañera. El actor y director sufrió un grave accidente el último día del 2006 por el cual transita su vida en una silla de ruedas. Stupenengo construyó un viaje a través de su vida –junto al director Nahuel Martínez Cantó- que aborda diversos puntos a considerar como el amor, el sexo, el trabajo, los amigos y la familia. La descripción de estos ítems está desarrollada de manera precisa, con el buen gusto de quien sabe dónde poner el acento sin caer en golpes bajo ni en sensiblería inconducente, privilegiando un relato atrapante y conmovedor.
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«Dos» y la curiosidad teatral de Diego Starosta. |
Por su parte, Diego Starosta presentó “Dos/Un elogio escénico del amor” que continúa la trilogía escénica basada en textos de Alain Badiou, iniciada con “El Immitador de Demmostenes”. Allí, indaga en el “Elogio del amor” del filósofo francés para dar cuenta de la poética de su palabra y llevar adelante una puesta tan reflexiva como poderosa. A partir de la construcción de los dos payasos que ocupan el centro de la escena, comienzan a desgranarse conceptos e ideas que tocaran las fibras mismas de la definición de la palabra “amor” –y sus implicancias- sin quitar el cuerpo a las preguntas propias al respecto. Dos que podrán ser tanto un ying y un yang de las personalidades de quien ama y la satisfacción de ese deseo, con todo lo que esto incluye.
Siempre se le ha destacado a Starosta su búsqueda artística constante a partir de materiales que no son escritos para la escena. Un creador que pone la curiosidad y el riesgo en un primer plano con el estudio y la formación como pilares de su talento investigador.
Para finalizar con los unipersonales masculinos destacados del año, no nos olvidamos de Marcelo Savignone en “Cuerpo” donde fusiona su arte con la filosofía de Baruj Spinoza, un pensador tan profundo como ponzoñoso con respecto a la precisión de sus ideas y conceptos. Es la dualidad del ser humano, tal como las dos caras del teatro. Ahí es donde Spinoza mete la cola con sus planteos y preguntas. “¿Por qué una religión que propone el amor se encarga de generar tantas discordias?”, “¿Por qué nos cuesta tanto aceptar nuestra libertad?”. El talento de Savignone está a la altura de las circunstancias. Baila y canta, cae y se levanta sin perder ritmo ni timing. Rompe la denominada cuarta pared en tanto llevar adelante lo concebido. La risa y los afectos -en la concepción de Spinoza– juegan una partida importante en tanto su función dentro de los seres humanos como en la puesta.
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Carlos Ledrag, música y actuación para «La Falcón» |
Desde estas líneas hemos destacado puestas como “La Falcón” y “Los secretos” en las actuaciones femeninas. Lo mismo ocurre con las masculinas. En el caso de la primera de las mencionadas, Carlos Ledrag es un Francisco Canaro exacto que representa a la perfección al hombre de esa época, que se debate entre la música y sus dos mujeres aunque sabiendo siempre cual sería la decisión respecto de este último dilema.
Por su parte, desde “Los secretos”, Ivan Moschner vuelve a ratificar que es uno de los mejores actores que se pueden ver a partir de su versatilidad interpretativa. Aquí, creó un ser con luces y sombras que busca salir de su cárcel interna y una relación por demás polémica con su madre. También participó en “La comedia es peligrosa” con un virrey Juan José Vertiz hilarante y muchos pecados por ocultar. No escatima algunos guiños a la actualidad asi como el reconocimiento al teatro y sus años.
La dupla conformada por Edgardo Moreira y Enrique Dumont dotan a “El Fixer” de frescura y dinamismo a partir de sendas actuaciones. Dos personajes opuestos (¿) dialogan sobre sucesos reales y fábulas de la política argentina frente la atenta mirada de un público que quiere seguir cada uno de los pasos de los protagonistas y por qué no, entablar algún tipo de complicidad.
La próxima entrega será un mix sobre lo que pasó este año a nivel teatral y lo que vendrá para el 2022.