Carla Conte: «No me arrepiento de las decisiones que tomé»

Es una de las morochas populares y bellas del país. Pasó por Call TV, Bailando por un sueño, y “Este es el show”, de donde se fue, dando una lección de dignidad. Tras el nacimiento de su hija Mora, resignificó su carrera y sus propios deseos. Ahora, conduce “Vivo en Argentina” en Canal 7. Carla Conte abre su corazón y sus ideas a ECDL.

– Carla, ¿cómo llegas a formar parte de “Vivo en Argentina”?

– Me llamó, en su momento, Marcelo Fernández, un productor que conocí hace diez años. Marcelo laburaba en Promofilm y me hizo conductora. El primer programa que hice fue «Tienes una cita» en Cosmopolitan. Esto fue antes de hacer tele de aire y todo. En realidad, lo conozco de antes porque había bailado en un programa llamado “La Cajita Social Show”, de los Borensztein, que salía en Canal 13 y él era el productor. O sea, me conoce desde que soy bailarina, desde hace muuuuchos años (risas). Quince al menos. Me llamó en ese período en el que estaba hibernando con mi hija. Había dejado la tele y llevaba ocho meses sin laburar. Tuvimos una primera reunión en la que tenía este proyecto para hacer en la Televisión Pública y me encantó.

-¡Se venía tu vuelta…!

-Si. También estaba Andres Stivel en ese momento y ellos lo iban a producir. Se habló de Clemente Cancela como conductor del programa. Eso fue a finales del 2010…¡Uh! ¡Pasó mucho tiempo ya! El programa empezó recién en julio del 2011. Desde que tuvimos la primera charla hasta que arrancó pasó bastante tiempo, pero bueno, iban ocurriendo cosas. Clemente dejó de estar en el proyecto y después apareció Lalo. Esto fue “¡Guau!”. No lo podía creer. Así que hubo mucha previa. A mi me vino bien porque ya estaba con muchas ganas. Cuando arrancó, estaba a full, con muchas ganas de laburar. Mi hija ya tenía dos años por lo que estaba perfecta para volver.

–Te cayó justito entonces.

– La verdad que si. Fue maravilloso. La verdad, no me motivaba tanto hacer un programa todos los días en vivo. Si bien la mayoría de los laburos que tuve en tele fueron así, son muy quemadores. Laburé de madrugada, tarde y mañana. Lo último que había hecho era diario, en una tele muy combativa. Pero sabía que acá iba a ser distinto. Me imaginaba algo y no paré de sorprenderme con semejante tranquilidad para laburar. Todavía estaba subida al caballo de la energía, las pilas y todo y, de repente, acá era todo a velocidad crucero. Siempre me acuerdo del arranque del primer programa que estaba al palo, todo para arriba y Lalo, que viene de la radio y no habíamos ensayado ni nada, me decía “esto es distinto”, con un tono calmo. Al principio, me costó pero ahora…¿sabes que? Soy una tortuga conduciendo y me encanta serlo. (risas)

–Se te nota muy cómoda y tranquila.

– Es un placer. Un nivel de comodidad que es maravilloso. He llegado a llorar de la emoción de no poder creer que se podía hacer tele de esta manera. Además estoy haciendo un curso de todos los días porque sentía que no estaba muy capacitada cuando arrancó aunque tenía las herramientas técnicas de la televisión. En ese sentido me sentía super cómoda y sé manejarme. Soy resolutiva porque lo vengo haciendo desde hace varios años. Pero de ahí a sentarme a hablar con un científico, un historiador, o una primera figura de la actuación, es otra cosa. Era mucho lo que tenía -y tengo- que laburar porque no creía estar capacitada para todo. Todos los días hay que estudiar para lo que se viene y para pasarla bien. Es un entrenamiento constante.

-También se aprende de esa manera.

– Seguro. Se aprende muchísimo. Igual, los primeros meses con Lalo, como te imaginarás, era mirarlo a él. Observarlo y aprender. Fue un placer. Además, al principio, no me animaba a hablar. Es que…estaba Lalo al lado, ¿qué iba a decir si estaba él? Hasta que logré perderle un poco el “respeto” y decir que podía aportar algo. Al principio me re-costó pero fui yo la que se ponía en ese lugar. Lalo es lo más.

–Si te trajesen un formulario y dice “Carla Conte, profesión:”, ¿qué ponés?

– “Bailarina”. A mi hija la anotamos como mamá bailarina y papá músico. Pongo bailarina porque es lo que soy. y me siento de esa manera si bien no esté ejerciendo ni nada. Ahora pongo más “conductora de TV” pero no hace mucho que empecé a cambiar esto. Igual me resulta un poco extraño. Se que este es mi laburo y lo vivo como tal. Lo disfruto e hice todo lo posible para que sea disfrutable y pasarla bien. Yo “provoqué” mi laburo. Lo busqué. No me quedé en los lugares que no quise quedarme. Esto no lo digo por el último programa que hice (N de R: hace referencia a “Este es el show”, de Canal 13) sino que cada espacio donde encontré algo que no me hacía sentir cómoda, le busqué la vuelta. Fui buscando mi salida. Ahora, siento que encontré este espacio que es genial.

-Mucha gente se sorprendió por el cambio abrupto…¿te lo siguen diciendo?

– (Rie con timidez) Si! Ayer me tomé un taxi y me tocó un personaje divino. Un militante kirchnerista que me hizo reir mucho. Me decía “Y vos, ¡lo que hiciste fue impresionante!”. Estaba muy contento y emocionado. Que se yo. Lo viví en ese momento, como lo único posible. No había otra posibilidad. Entiendo como funciona el medio. Hay gente capaz de cualquier cosa con tal de “estar”. O porque tenes un sueldo que está buenísimo, crees que podes laburar de cualquier cosa. No me sentía así. No me alcanzaba para sentirme bien y no lo digo a nivel económico. La balanza no me daba positivo por ningún lado. Era una persona particular en ese ambiente pero la verdad, estoy super contenta. No me arrepiento de las decisiones que he tomado. De hecho, lamento haber llegado al límite porque cuando tomé la decisión, estaba desbordadísima. Tendría que haber sido antes.

-Como si fuese una cuestión de sanidad. 

– Si y también por como es cada uno. Hay gente que le pone todo al laburo. Su vida, ¡todo! En mi caso, el trabajo es mi trabajo y mi vida va por fuera. Me encanta pasarla bien en mi laburo que es muy afortunado. Tampoco soy una desubicada que va a decir “Nah, este laburo de mierda”. Entiendo que es un lugar y un espacio agraciado pero también hay que saber manejarlo. Esta cosa que todo el mundo piensa que es maravilloso, uno puede elegir también. Por más que sea super maravilloso, capaz que no me termina de convencer o de gustar.

– No te cierra.

– ¡Claro! Por ahí, necesito algo menos maravilloso a la vista del resto para ser feliz. Además el hecho de ser mamá. Fueron cosas que se dieron. Volví a laburar a las dos semanas y fue algo muy fuerte, muy violento. No me daba la cabeza para volver a laburar. Volví y tanto la cabeza como el cuerpo me pasaron factura.

-Por eso te decía de la sanidad.

– Exacto! Además, sanidad para una y también para todo el resto porque era infumable. En toda mi vida, me llevé recontra bien con los compañeros de laburo. Me divierto, la paso bien. Soy cero conflictiva y no tengo esa cosa de “exigencias” que tiene mucha gente que labura en este ambiente. ¡Tengo otros problemitas! (risas). De hecho soy medio irresponsable ya que no soy de las que están en el detalle en un 100%. Bueno, en ese momento era una persona insufrible. Cuestionaba absolutamente todo. Me parecía que todo estaba mal. No quería hacer nada y me peleaba con la gente en vivo, afuera del aire. La verdad es que también les hice un bien a todos al irme!. Era insoportable. (risas)

– Me encantó la anécdota del taxista. Pero mucha gente cambia también…

– Si pero también hay mucha gente que no quiere cambiar como que se ha corrido por decisión propia. No lo ves más y parece que desaparecieron o no los llamaron más pero puede ser que sean artistas que decidieron correrse por algún motivo. Sea por una cuestión de sanidad o lo que sea. Se eligen los caminos a tomar. Hay gente que me pregunta “¿Cuando volvés a la tele?” y les digo “Hacé zapping”. Hay más canales que Telefé y el 13. La gente que mira la Televisión Pública es raro que mire el resto de los programas y viceversa. Si estás en el otro palo, ni te enteras quien está en la Televisión pública.

Intermedio: Termina “Vivo en Argentina” y nos quedamos con Carla en el estudio 4. Está feliz. Se la nota serena y alegre al tiempo que asentada y reflexiva. Se refiere tanto al pasado pisado como a un presente soñado. Convencida del camino elegido, habla con sinceridad y sin cassette sobre todos los temas que salen en la conversación. Después posa para las fotos con naturalidad y simpatía.  

-¿Te arrepentís de haber participado en el Bailando?

– No. Cuando me metí en la tele, dejé de laburar como bailarina. Había perdido todo eso y disfruté mucho volver a bailar. Ahora, a la distancia, me preguntó por qué no lo disfruté más ya que también lo sufría. Es un estado de stress importante. Hay mucha exposición y energía que poner. Si fuera solamente ir, ensayar y presentar una coreografía, lo podría hacer pero no es solo eso. Es ir, ponerte una coraza y batallar contra la humanidad. Ya no tengo esa energía. De hecho, en esas épocas, dejaba cuerpo y alma. La vida. Por más que era cero conflictiva y no me metía en ningún quilombo, igual me indignaba. Odiaba a todos y quería ganar. Era super tranquila. ¡Imaginate si me cebaba! (risas). Es mucha exposición y poner mucho el cuerpo. Para ese momento, estuvo bien. Después fue querer apagar todo y echarme a dormir por dos meses.

– Se que diste a luz a tu hija Mora en tu casa. ¿Cómo fue la experiencia? Más que nada por el proyecto de ley que hay con respecto a las parteras….

– Si. Un proyecto de ley que, por suerte, se detuvo gracias a la movilización de las parteras y madres, para defender el derecho de parir en la casa. Decía que las parteras solamente podían atender en las instituciones habilitadas, dejando afuera a los domicilios. Nadie me va a poder prohibir parir porque es un acto fisiológico. Hay mujeres que paren en un taxi, un supermercado o cualquier lado. No me pueden prohibir parir en mi casa. Si no habilitan a la partera a que me atienda, me están inhabilitando a que tenga una persona capacitada para eso, que me esté acompañando. Ahí hubo mucha movilización y de hecho, el proyecto cambió. Ahora sigue circulando pero con un anexo para parto domiciliario que sería con la reglamentación de la Organización Mundial de la Salud. Hubo una movida muy grande al respecto.

– ¿Participaste directamente de esto?

– Si, en un principio pero después pasó que la diputada Chieno, la impulsora de este proyecto de ley, en muchas notas, empezó a decir que “el parto en casa es una modita de famosas” y cosas así. Parí a mi hija Mora en el living de mi casa y en el 95% de las veces que me pusieron un micrófono delante, hablé del parto de mi hija porque me partió la cabeza. Descubrí un mundo nuevo. Vi la violencia obstétrica y conocí una Ley de Parto Respetado que no está reglamentada. Entendí que es un tema prohibido en los medios lo cual me indigna…..

-Es cierto…

-Además, esta mujer no paraba de decir que era una “modita de famosas”, hizo que me corriera un poco. Pero estas mujeres, que no son famosas ni nada por el estilo, lo lograron. Pensé que si estaba, ya iba a haber escrúpulos de antemano. Bueno o malo, pero iba a haber una idea previa. “Es la loca que parió en su casa” o lo que sea. Ya hay un prejuicio. En cambio, si escuchas a una mujer común y corriente, que habla y cuenta su historia, es distinto y funcionó. 

-Apoyaste desde afuera.

– ¡Obvio! Acá, siempre que pude, lo dije. Siempre estoy metida y es algo que hablo constantemente porque me apasiona. También es mi lucha. Pero sentía que si era una de las caras visibles, en algún punto, podía ser contraproducente. Sobre todo, por las barbaridades que decía esta diputada, con lo de “las con plata” o “hippies con plata”. Entonces, no quise sumar de ese lado. Asi aparecieron mujeres parteras, enormes que pelearon y consiguieron lo que querían conseguir.

-Recién hablaste de los prejuicios…¿los sufriste?

– Siempre hay prejuicios…Digo, como un juicio anterior, previo, no con la connotación negativa del término. Y si, conmigo lo he notado.

-¿Lo notas más ahora o antes?

– Siempre. Era “la tetona de la noche” o lo que sea…Tampoco lo veo mal porque es algo imposible de sacártelo. A esta altura, ya con ocho años laburando en la tele, hay gente que me quiere y que no; a la que le gustó lo del parto y quien está podrida de escucharme; que detesta que me haya metido en la televisión pública o que le encanta. Con cada paso, está el que te quiere y te odia. Yo trato de ser lo más coherente conmigo misma. Soy un ser humano que cambia de opiniones ya que no soy la misma mujer que conducía «Call TV». Hay algo de la esencia que es la misma pero hubo un desarrollo y un crecimiento a nivel laboral y personal muy grande. La verdad, estoy muy contenta con eso.

-¿Sos de googlearte?

– Si. Tengo un alerta de Google que me avisa si se subió algo de mi.

-¿Te sorprende lo que se sube?

– Si, hubo días en los que me sorprendió lo que subieron. Pensé que no me podía sorprender pero si, me sigo sorprendiendo. Cada tanto, me sorprenden con algo, pero es en un punto, gracioso verme hace ocho años, esplendida, en bolas, por todos lados. Me divierte más que nada. Un par de domingos atrás, estaba en casa de una amiga, que la conozco del grupo de embarazo –un palo completamente distinto- y me dijo “sabés que nunca te vi bailar?”. Me googleó y me vió, medio que no lo podía creer ella. Yo tampoco,eh! Las cosas que hacía…jajajajajajaja. 

–Si por esta puerta del estudio 4 de Canal 7, entrase la Carla Conte que recién empezaba a tomar clases de baile….

-…me vas a hacer llorar….jajajaja

-….jajaja, ¿qué le dirías?

– Le diría que siga estudiando. Que estudie mucha danza, que siga bailando y no deje por nada. Hoy vino Marisol Otero al canal y el musical de “La bella y la bestia” que protagonizaba, fue el primer musical megagrande que vi. Sacamos la cuenta juntas y fue hace trece años. Tenía 22. Cuando vi eso, lloré a cantaros porque ya tenía 22 años. Vi como bailaban las minas y no podía hacerlo porque ellas habían empezado a bailar a los 8 o 10 años. Me dio una depresión en ese momento…Asi y todo, empecé a bailar, estudié comedia musical, y en un momento, me metí en ese mundo.

-¡Que bueno!

-Si! Laburaba como bailarina. Obviamente no iba a ser Marisol Otero o no se…Si le hubiese puesto todísima la garra quizás hubiese llegado a algo. Pero cuando empecé con la tele, dejé de bailar y trabajar como bailarina. Por eso, a la Carla esa le diría que no deje nunca de bailar. Es mi pasión.

-¿Le darías algún consejo?

– La verdad…que confíe y siga para adelante…¡Creo que hizo lo que pudo! (risas). 

“Vivo en Argentina”. Canal 7. Lunes a viernes, 14 hs.

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