Aguafuertes porteñas: Marcha del 18F

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.


Siempre hemos tenido el tino de cubrir diversos acontecimientos desde otra perspectiva, diferente a la de los medios masivos, por el simple hecho del recorte que se hace del mismo. Un viejo refrán de los call center dice “Omitir no es mentir” pero si es formador de opinión. Por eso, decidimos ir a la marcha del silencio, convocada por nueve fiscales federales  en detrimento de más de 80 que se manifestaron en contra de la movilización. Tomamos el colectivo 5 desde Floresta para llegar a la esquina de Bartolomé Mitre y Junin, donde bajamos ya que se desviaba por Ayacucho. Apenas descendimos del 5, nos topamos con el diputado Néstor Pitrola que se dirigía presuroso por Mitre, con rumbo a la zona de Once. Con este pequeño dato de color, nos damos cuenta que parte de la izquierda cumplía su palabra de no participar de la convocatoria. Tampoco podemos dejar de destacar que, a nivel simbólico, la imagen de Pitrola yendo en dirección contraria al de una convocatoria de un alto número de personas, es fuerte.


Llegamos a la esquina de Callao y Bartolomé Mitre y vemos una buena cantidad de personas, con sus respectivos paraguas, girar a la izquierda con rumbo a Avenida de Mayo y encarar para la Plaza. Hombres y mujeres de mediana edad, contando para arriba se destacan en lo que sería un segmento clase media-alta. Seamos francos, por más que suene a chicana “clasista”, no había gente de clase baja. Buenas pilchas y cierto buen gusto para combinar las prendas separan a quien tiene ese ojo de quien…no. Antes que algun@ me cruce al respecto, no estoy diciendo que “no tienen derecho a marchar”. Obvio que lo tienen y está buenísimo que lo hagan! El problema es el motivo por el cual lo hacen, independientemente de la validez y las causas del mismo. Lo pongo como dato de color aunque no exento de alguna cuestión como que es gente que no está acostumbrada a marchas ni la dinámica de las mismas.


Desenfundamos la cámara de foto –las fotos son exclusivas de este portal- y el grabador y empezamos a captar todo lo que se podía debajo de una cortina de agua. En lo que sería el marco de una marcha del silencio, se apreciaba que, salvo algunas excepciones, parecía la entrada de un recital en tanto había gente abrazada, que charlaba entre si, sin conocerse pero bueno…De los pedidos de justicia por los muertos por los atentados de la AMIA y la Embajada, ni noticias. También estaban los que sacaban fotos a la marcha para subirlas al facebook y comentar lo que estaban haciendo. De hecho, cuando saqué algunas fotos al respecto, me preguntaron si las iba a subir al FB.


Tuve la suerte de escuchar comentarios de los devenidos “luchadores en defensa de la República” y eran para ponerlos en un marco.

-“Esto antes no pasaba. Los ricos se volvieron más pobres y los pobres pueden comprar cosas” (sic).

– Ahora si van a tener que escuchar! Este es el pueblo real manifestándose!

– Esto es salir a la calle y luchar contra esta dictadura

– ¿No podría aflojar un poco la lluvia asi podemos marchar tranquilos?


Al respecto, era muy contradictoria la cuestión de no poder comprender cual era el motivo por el cual se estaba marchando. El análisis de cada una de las frases mencionadas darían para un picnic tanto a nivel semiótico como, inclusive, psicológico pero lo dejaremos para otro momento.


Al llegar a la curva de Saenz Peña e Hipólito Yrigoyen, nos topamos con una colega periodista que le estaba haciendo una nota a Hermes Binner. A un metro de distancia, Roy “tengo siempre cara de enojado” Cortina lo esperaba. Apenas terminó la entrevista, ambos partieron. Enseguida, apareció Victoria Donda que también se prestó a la charla con la colega. Personalmente, no me interesó hacer la nota correspondiente porque ¿qué iban a decir acaso? Además, se los notaba demasiado sonrientes para una “marcha del silencio”. Después aparecieron fotos de Mauricio Macri, Patricia Bullrich o Luis Brandoni marchando con una sonrisa. Ok. Cada quien marcha como se le ocurre, con el sentimiento que lo atraviese en ese momento (no sea cuestión que me acusen de ser “discriminador”, ja!)


Había una gran cantidad de gente en la marcha. Era muy difícil caminar. El flujo era importante en tanto llegaba gente por el lado de Rivadavia donde se formaba un embudo en la esquina de Av de Mayo y Saenz Peña. Es imposible negar el importante número que obtuvo la convocatoria. De más está decir que se aplaude la participación ciudadana en todas sus manifestaciones. Negar el número de concurrentes sería incurrir en una soberbia que, a la larga, podría traer consecuencias en las elecciones aunque falta bastante tiempo. Prestar atención a lo que ha expresado parte de la población. Mucha o poca, es parte de la población y como tal, hay que escucharla en vez de ignorarla. Me dirán “¡para que vas a escuchar a gente que siempre estuvo en contra!”. Respondo, “porque es parte de la población y no todos los que fueron a la marcha son anti K. Si no se caería en la soberbia de quien cree tener el toro por las astas”. Y sorpresas….te da la vida. Asi que, a laburar, muchach@s.


En algunos momentos del lento caminar, se escuchó a la gente entonar las estrofas del Himno Nacional para continuar con el grito de “Argentina! Argentina!”. También se escuchó el “Nisman…presente!”. Suenan aplausos y el “Justicia!” retumba en el centro de la concentración.


De a poco, algunos carteles se hicieron presentes con las particularidades que suelen tener. Igualmente, a diferencia de otras marchas, no se vieron carteles con el nivel de agresividad de otras convocatorias. En algunos casos, la gente posó con los carteles mientras que en otros, los mismos tenían un contenido digno de análisis. Un “Bárbaros, los fiscales no se matan” era por demás elocuente. Se ven otros que dicen «Nisman-Justicia». Se aprecia que algunos carteles tenían cierta «producción» mientras que otros fueron concebidos de manera más artesanal por lo que, en algunos casos, pudieron soportar con distinta suerte las inclemencias del tiempo.
Lo que llama la atención son los predicadores religiosos que, no solo gritan con megáfono en mano, debajo de una bandera de importante tamaño sino que, con acento norteamericano, llaman a sumarse a las filas del Señor. En cambio, otro grupo de similares características, llamado «Comunión y Liberación» se encargó de «volantear» en la esquina de la Plaza Lorea. El mismo lo pueden ver aqui.


En la esquina de Av de Mayo y 9 de Julio, nos encontramos con el acampe de los Qom, el cual recibió muy poca cobertura de los medios de comunicación. Como no podía ser de otra manera, nos acercamos a charlar con Jorge (o Guarajaguira) y nos contó que “estoy aquí desde que el ‘qarashe’ Felix Diaz decidió venir a acampar. Después de mi trabajo, vengo a apoyarlo en las horas que puedo. Hay que sostener esta lucha, que viene desde hace muchos años. Estamos pidiendo que se respeten las leyes nacionales e internacionales que nos reconocen como pueblo preexistente con derecho a nuestra tierra y nuestros modos de vida”. 
Guarajaguira nos cuenta que la idea del acampe es “pedir que nos reciba la Presidente” pero aun “no hemos tenido respuesta”. Sobre si la gente de la marcha por el 18F se acercaba, fue contundente. “No. De la cantidad que está caminando, los que vienen a preguntar –muy pocos y les agradezco de corazón- es casi nada”. Consultado sobre si alguna autoridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se acercó también dijo que “no” y agregó que “la costumbre de los políticos es darte la mano y pedirle al fotógrafo que les saque la foto. Después, nunca más”.

Por su parte, también confirmó que “el caraye fue internado en el Hospital Argerich por una descompensación. Le hicieron los estudios y le recomendaron que haga reposo. Fue a la casa de una hermana para recuperarse”.


Seguimos camino por Av de Mayo y nos topamos con algunos personajes que creímos –inocentemente- no iban a hacer acto de presencia: los vendedores ambulantes. Uno de ellos vendía prendedores alusivos a Nisman (¡eso si es verle la veta al negocio!) por la módica suma de $ 10. Después, paraguas y pilotines se vendían en varios lugares pero lo que fue lo más paradojal fue la parrillita que se instaló en la esquina de Perú y Av de Mayo. ¡La pata peronista dijo presente bajo el diluvio! Ni hablar como salían los patys y los chori entre la gente.


Hasta las 20.30 hs, el caudal de gente era incesante pero, a dicha hora, pareciera que sonó el reloj de Cenicienta a la medianoche, y se procedió a una lenta desconcentración. Los bares se fueron llenando con rapidez por los manifestantes que buscaban refugio del agua. Esto se notó mucho en tanto que uno tomaba por Hipólito Yrigoyen se veía quienes dejaban la marcha para retomar por Piedras y, al llegar a Av de Mayo, que en ese momento, tenía la vereda libre. ¡La misma que, quince minutos antes, estaba atestada de gente!


Dicen que el agua purifica. ¿Será asi? Los pronósticos agoreros de “golpe blando” no han sido acallados del todo al tiempo que el Todopoderoso descargó su furia en forma líquida sobre manifestantes que tienen tanta “cancha” en esto de las “marchas” como Karina Jelinek en la Facultad de Filosofía y Letras.

Lo que no termina de convencer al respecto –más allá que el derecho a marchar estuvo absolutamente garantizado- es que los carteles que fueron vistos, todos hacían hincapié en Nisman, una figura que, mal que le pese a muchos, es discutida por quienes tendrían que haber apoyado en primer lugar esta marcha: los familiares de la AMIA. O sea, que hubo una gran cantidad de personas que marcharon en favor de quien es criticado por aquellos que deberían estar en primera fila para apoyarlo. Entonces, pareciera que poco importaba esto. La cuestión era….marchar, fogoneado siempre por los medios. Quien quiera negar esto, caería en la tan mentada sentencia que “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”.

Ahí está el punto de quiebre. Si bien la elección de cada ciudadano de marchar por lo que se le ocurra es absolutamente válida, no deja de sorprender el caudal de gente que vino a “esta” marcha pero que no participó en otras similares como por Kosteki-Santillán, Luciano Arruga, Cabezas, Julio López, Marita Verón o los aniversarios del 24 de marzo.

Hubo gente que «eligió» ir a esta marcha cuando en su vida fue a alguna similar y ni siquiera sabe cuantos muertos hubo en la AMIA. Al respecto, ¿no hace un poco de ruido compartir una misma marcha con gente como Biondini o Pando, por el hecho que te desagrade el gobierno de CFK?


Terminó el tan mentado #18F con una concentración de gente muy importante, que no puede ser negada de ninguna manera. Ahora, llega el tiempo de la reflexión, tanto para el Gobierno –mal que le pese y por más que el pacto CFK-San Pedro haya sido por demás efectivo- en tanto una gran cantidad de gente asistió a la marcha asi como para la oposición, si será capaz de canalizar este “descontento” en las urnas. Porque, es ahí donde se ve la voluntad popular para cambiar o no el sistema de gobierno y no a través de marchas atravesadas por caprichos de clase media, que se ofende y desea cambiar todo de un plumazo, como si fuera un niño al que se le negó una golosina.


Una multitud colmó las calles del centro porteño. La catarsis se llevó a cabo. Hoy es 19 de febrero y como diría una de las canciones de Los Violadores, “Y ahora que pasa…eh?”.

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