Bafici 2017, XII. Lo que quedó pendiente II. Documentales.

Un punto a destacar en todas las ediciones del BAFICI, son los documentales. La calidad de algunos de ellos es indudable. Lamentablemente, en varios casos, quedan en la memoria de quienes tuvimos el placer de verlos y en la correspondiente recomendación al respecto, para la difusión del mismo.

Deseamos fervientemente que, en el caso de los mencionados, tengan la difusión que merecen trabajos de alta calidad, más allla de la obtención de algún premio o un nombre reconocible en su realización.

“Messenger on a White horse”

Guión y dirección: Jayson McNamara. Con Robert Cox, Andrew Graham-Yooll, Estela de Carlotto, Nora Cortiñas, Chicha Mariani. Dirección de Fotografía: Santiago Carrica, Agustina Gonzales Bonorino. Sonido: Santiago Capriglione y Gabriel Santamaria. Edición: Ernesto Doldán. Productor: Cabezón Films, Hecho en Claypole. País: Argentina Australia. Año: 2017. Idiomas: Inglés-Español. Formato: DCP . B&N+Color. 104 minutos.

Los documentales del Bafici siempre tienen alguna joya oculta, que merece mostrarse aún más de lo que se vea. Siempre será poca gente. Tal es el caso de “Messenger on a White horse”, que da cuenta de la pasión de Robert Cox, periodista británico, director del “Buenos Aires Herald”. ¿Qué tiene de particular esto? Que el periódico terminó transformándose en un vocero de aquello que la Dictadura hacia y los cómplices internos, de los medios de comunicación ocultaban, apañaban y exaltaban.

Con imágenes y documentos exclusivos, el documental va y viene entre la realidad vivida por Cox en paralelo con la historia de nuestro país. Al respecto, es por demás apreciable como fue cambiando su postura inicial frente a lo que vino después, con el Proceso de Reorganización Nacional.

El perfil de Cox aborda tanto su labor periodística como su calidad humana. La forma en que lo recuerdan tanto las Madres como Abuelas de Plaza de Mayo da cuenta de su compromiso con su tarea, poniendo en juego su propio pellejo. Los testimonios de algunos ex detenidos son la frutilla del postre en tanto permiten apreciar la forma en que su trabajo permitió salvar vidas

“¡Yallah! ¡Yallah!”

Guión y dirección: Fernando Romanazzo, Cristian Pirovano. Con Yosef Alazzah, Nabeel Hrob, Susan Shalabi, Abed Arar Fatah, Eyad Abu Garguood. Dirección de Fotografía: Martín Turnes. Sonido: Pablo Córdoba y David Zallocchi. Edición: Alejandro Rath. Productor: Aqueronte y Palestinian Football Association. Dirección de Arte: Fernando Romanazzo, Cristian Pirovano. País: Argentina y Palestina. Año: 2017. Idioma: Árabe. Formato: DCP. Color. 73 minutos.

Cuando se dice que el futbol es pasión de multitudes, se suele pensar que es exagerado. Pero no. Es asi. Tal como uno lo escucha. Pensemos que la FIFA tiene más miembros que la propia ONU. Pero volvamos a la palabra “pasión”.

Será ésta la que llevó a Fernando Romanazzo y Cristian Pirovano hasta Palestina para plasmar en el celuloide como el fútbol forma parte de la cultura del pueblo palestino, en medio del conflicto que tiene con Israel, como potencia ocupante de su territorio.

Un club, sus jugadores, los partidos, los sueños por un futuro mejor que va más allá de la libertad de su tierra como el poder ser parte del plantel de algún club importante del mundo. No en vano se ve a muchos de los chicos con la camiseta de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo.

Pero también da cuenta lo que es vivir en uno de los lugares más conflictivos del planeta. Se palpa, se ve la tensión. Los soldados y sus controles, los cacheos, la falta de respeto, la opresión. La cámara pone su ojo en el lugar adecuado para dar cuenta de la situación que va tanto del conflicto a nivel macro («el que sale por los diarios», por llamarlo de alguna manera) y el más casero y doméstico. Un jugado que no puede ir a competir porque participó de una marcha o fue arrestado. Esas cuestiones que, en algunos casos se «naturalizan» de tal manera, que asombra y no gratamente.

Con un documental rico y dinámico en su desarrollo, «Yallah, Yallah» es una muy buena forma de acercarse al conflicto israelí-palestino desde otro lado. Quizás más ameno y próximo en nuestra idiosincrasia pero igual de contundente en lo que plasma.

“Memoria de la sangre”

Guión y dirección: Marcelo Charras. Con Xavier De Mahieu, José Luis González, Antonio Las Heras, Miguel Ávila. Sonido: Mercedes Tennina. Dirección de Fotografía: Santiago Tróccoli. Edición: Marcelo Charras. Productor: Sociedad Secreta. Dirección de Arte: Fernando Charras. País: Argentina. Año: 2017. Idioma: Español. Formato: DCP. Color. 90 minutos.

Un libro perdido y un refugiado nazi. Dos puntos que, de antemano, no solo llaman la atención sino que captan a más de uno para mirar el documental que llevó a cabo Marcelo Charras.

A través de una ardua investigación, reconstruye la historia de Jacques De Mahieu, un olvidado científico francés que se refugió en Argentina, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial por sus simpatías con el nazismo. De hecho, colaboró con el régimen de Vichi al producirse la invasión de Francia por parte de las fuerzas alemanas.

La búsqueda de un libro junto con la presencia de De Mahieu iluminando la investigación, incluye un nazismo esotérico, el testimonio de los hijos del científico galo, residentes en nuestro país asi como las ideas de estos últimos. Todo forma un combo intrigante que cambia un tanto al manifestar De Charras su punto de vista sobre el personaje central en cuestión, en contraposición a la de los hijos. La opinión, que aparece en el documental, será la que corte al mismo, de raíz, en tanto el interés que despertará en la platea.

El ojo avisor cambia su foco para acentuar la ideología del científico. Lo marcamos esto no por simpatizar con la misma (nada más alejado de la realidad) sino por el cambio de 180 grados con respecto a la investigación en si. Es en ese momento en que los minutos se cuentan de otra manera, pesando un poco mas de lo habitual.

No obstante, esto no quita que el documental merezca verse. Por el contrario, es sacar a la luz una historia que estuvo fuera del ojo público durante muchísimo tiempo.

“Lai”

Guión: Rusi Millán Pastori. Con Alberto Laiseca, Selva Almada, Sebastián Pandolfelli, Julieta Laiseca. Dirección de Fotografía: Luisa Cavanagh, Rusi Millán Pastori. Sonido: Jorge Gutiérrez Jiménez. Edición: Marina Arruiz, Rusi Millán Pastori. Productor: La Compañía. Dirección de Arte: Laura Aguerrebehere. País: Argentina. Año: 2017. Idioma: Español. Formato: DCP. Color. 92 minutos.

Alberto Laiseca fue un escritor de culto. Mal que le pese a muchos, no era para todos y su literatura fue abordada a través del tiempo. Literatura atrapante que siempre bordeó con la marginalidad y el suspenso.

Pero necesitaba un documental acorde a semejante personaje. Que vaya más allá de su ciclo televisivo donde relataba cuentos. En este caso Rusi Millán Pastori –alumno dilecto de “Lai”, tal como se lo conoce-, llevó a cabo un documental atrapante que se sumerge en la vida del reconocido literato. Investiga pero no invasivo. Simplemente traza un retrato del hombre que escribió “Los Sorias”, “El gusano máximo de la vida misma” o “En sueños he llorado” y que tuvo su ciclo “Cuentos de terror” en I-Sat. Un hombre que ha sido muchos seres y ha cambiado a través del tiempo. Al respecto,  se relatan los cuentos “El gato negro”, “El jardín de las máquinas parlantes”, “Los santos” y “Gracias Chanchubelo”.

Es la radiografia de un escritor que combina sus fantasmas propios de la profesión, (el reconocimiento, una forma de vida y sus propios principios) con momentos emotivos como cuando relata “El gato negro”, el clásico de Edgar Allan Poe, frente a un auditorio conformado por alumnos del colegio primario.

Justo y sentido homenaje a quien supo escribir una literatura tan personal como particular y que merecería un reconocimiento aún mayor por su obra.

“Salvadora”

Guión y dirección: Daiana Rosenfeld. Con Berenice Gandullo, Sylvia Saítta, Alicia Villoldo Botana, Álvaro Abós. Sonido: Gaspar Scheuer. Edición, productor, dirección de Arte y de Fotografía: Daiana Rosenfeld. País: Argentina. Año: 2017. Idioma: Español. Formato: DCP. Color. 61 minutos.  

Salvadora Medina Onrubia es de esas mujeres tan interesantes de conocer que, por eso mismo, más se la oculta tras un manto de neblinas. Escritora de talento excelso y temperamento acorde a su pasión, encaró su vida con estas premisas con lo cual siempre hubo algo que le jugó en contra, en el marco de una sociedad pacata.

Daiana Rosenfeld se sumerge en la vida de Salvadora para dar una visión que hace justicia a semejante personaje en todas las aristas que tocó su vida. Su literatura, su relación con Natalio Botana y lo que es más importante, da cuenta de una personalidad avasallante y de avanzada frente a una coyuntura absolutamente desfavorable. Su carta al dictador José Uriburu se combina con su defensa de Simón Radowitsky para llevar a cabo su libertad.

Con un tratamiento cuidado de las imágenes y la concepción de momentos de profunda sensibilidad (como en la relación con su primer hijo), cada momento es una página atrapante que invita al descubrimiento constante de lo que se ve.

Los testimonios son exactos para enmarcar un documental delicioso que hace honor a una mujer valiente y única. Sus ideas y su sensibilidad no exenta de contradicciones y dudas se muestran con un trazo perfecto de planos y climas de sutil y acertada concepción.

En su momento, el teatro había retomado su obra con la magistral “Las Descentradas” que llevó adelante Adrián Canale. El cine se pone a tiro con el homenaje a la persona de Salvadora Medina Onrubia. Con “Salvadora”, Daiana Rosenfeld pone la piedra fundamental en lo que sería un homenaje exacto para quien merecería un reconocimiento y visibilidad aún mayor.

“El buen cristiano”

Guión y dirección: Izabel Acevedo. Con  Francisco Chávez Raymundo, Marta Chávez Raymundo. Dirección de Fotografía: Pamela Albarrán. Sonido: José Miguel Enriquez. Edición: Izabel Acevedo, Gabriel Adderley. Productor: Centro de Capacitación Cinematográfica. País: México. Año: 2016. Idioma: Español. Formato: DCP. Color. 100 minutos.

Los diversos dictadores que han formado parte –lamentablemente- del continente americano, tenían una particularidad, su firme creencia religiosa. Al respecto, lo ocurrido en Guatemala con José Efraín Ríos Montt es elocuente. Estaba brindado un sermón cuando un grupo de soldados se presentó en su escuela para pedirle que dirija un golpe de Estado en 1982.

Izabel Acevedo toma el juicio que se le realizó a Rios Montt en 2013 por genocidio para dar inicio a un documental que no solo será ilustrativo del período que le tocó dirigir los destinos del país sino un retrato del mismo, con el devenir de los años. Para tal fin, Acevedo contrapone la figura de Rios Montt con la de Fernando Chavez Raimundo, un joven ixil que sufrió las persecusiones del mesiánico mandatario  contra diversas etnias que habitaban el país. Victima y victimario se cruzan en el juicio en el que el primero es testigo contra el segundo.

La lente de Acevedo recrea el camino que hizo Chavez Raimundo junto con su hermana para escapar de la muerte. El relato es conmovedor y clarifica el impacto de las políticas llevadas a cabo por Rios Montt pero sin caer en golpes bajos. Lo acontecido es suficientemente fuerte como para recargar aún más las tintas. En contraposición, los testimonios recogidos en los abogados y camaradas de Rios Montt dan cuenta del complejo de “conciencia limpia” que tenían (y tienen). Eran los “cruzados” de la moral y las buenas costumbres, llamados a encarrilar el país. No en vano, el docente devenido dictador afirmó que era “soldado”, “siervo de Dios” y su finalidad, “ordenar al país”.

Para el ojo atento, no es necesario destacar la repetición de las consignas enarboladas en todos los golpes de estado en los países del continente. Siempre con el beneplácito de los Estados Unidos, la forma de construir los discursos que solventaron los golpes, socavando la democracia, son elocuentes. Planes de neoliberalismo extremo junto con la necesidad que Dios se haga presente en la Tierra para acomodar todo, sirvieron para cometer los mayores genocidios de nuestra región.

“El buen cristiano” es de esos documentales que dan cuenta de hechos que, si bien ocurrieron en un pasado no tan lejano, viene bien tenerlos frescos ante cualquier esbozo de “reconciliación” que borre el deseo de justicia

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