Aguafuertes porteñas: Viggo y Mujeres contra la trata

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.
Viggo y la poesía.
El miércoles pasado, el actor Viggo Mortensen estuvo dando vueltas por Capital, ya que estuvo presentando “Canciones de invierno”, libro de fotografías y poemas de su autoría y “Las pequeñas grandes cosas”, una antología del poeta argentino Talo Kejner. Ambos libros son dos nuevas publicaciones de la editorial Perceval Press, un pequeño sello independiente estadounidense fundado por el hincha de San Lorenzo más famoso de Hollywood (¿Ver a Scarlett Johansson con la azul y oro, es mucho pedir, no?).
 La presentación se realizó en CCEBA San Telmo con Viggo, Talo y Gustavo López, que le dio el puntapié inicial al evento.  
Hacía mucho calor y la humedad hacia estragos en los presentes. No obstante, tanto el público como los autores le pusieron el pecho a las balas. Solo en un instante, Viggo perdió un poco (un poquito) de su característico buen humor: cuando quería empezar a leer los poemas y los fotógrafos le descargaron sus flashes.
Después, fue todo un muy ameno con Viggo leyendo los poemas –hermosos- de Talo Kejner junto con Reina Carranza. Si no hubiese sido por un endémico problema que tengo con los grabadores, les pasaría alguna de las poesías que tienen dosificada de manera exacta el testimonio y la sensibilidad ya que retoman problemáticas de la vida cotidiana asi como el exilio que sufrió Talo en la época de la dictadura. A posteriori, los autores contestaron las preguntas del público. Una chica le preguntó a Viggo sobre el significado de volver a leer y escribir en castellano, teniendo en cuenta su infancia en nuestro país y posterior vuelta a Estados Unidos. Viggo respondió que había empezado a “escribir poemas aquí, en Argentina pero que después, lo fue dejando un poco al idioma porque con mis hermanos y mi mamá nos fuimos a vivir a un lado donde nadie hablaba castellano”. Ahí recordó que se había llevado de aquí “los comics, las figuritas de futbol –las redondas- y Patoruzú”. Con respecto a cómo conoció a Talo, recordó que fue a través del hijo de Talo, que trabajaba en un estudio de filmación. Por esas cosas de la vida, los mandaron a los dos a Latinoamérica a filmar unos documentales y se hicieron amigos. Ahí es donde, recuerda Viggo, que le dijo “mi papá es poeta, ¿te gustaría leer uno de sus poemas?”. Le dijo que si y “me encantó! Le pedí que me mandara más –porque no sabía si era una persona que ya escribía o solo tenía un par de poemas- y me mandó una cantidad enorme de poesías que eran maravillosas. Ahí se me ocurrió hacer la selección, editarlas y publicarlas”. Un exiliado chileno le preguntó a Talo por los exilios políticos y un exilio económico, “cuando el país no le da trabajo a sus habitantes”. La respuesta de Talo fue corta y sabia: “El exilio es uno solo y puede ser por miles de razones. Política, trabajo o inclusive por amor. Todos los exilios tienen el mismo significado y se sufren con la misma intensidad”. La última pregunta fue para Viggo (no recuerdo bien pero un muchacho, cuando le hizo una pregunta, hizo la gran Bambino Veira y lo llamó Guido), de una señorade la capilla de San Lorenzo y le preguntó cuando se iba, porque lo iban a invitar a armar el arbolito de Navidad, el 8, con bolas rojas y azules.
Terminaron las preguntas y se hizo una larga cola para que los autores firmen los libros. Cámaras y celulares eran herramientas adecuadas para congelar el momento con Viggo. Clemente Cancela, de CQC, esperaba su turno para hacerle algunas preguntas mientras Maruja Bustamante daba vueltas por ahí. Antes se había asomado Daniel Gómez Rinaldi. 
Viggo firma con paciencia y buena onda. A él le queda un buen rato para terminar; a mi, me espera el colectivo 8 que me depositará en mi hogar en una hora aproximadamente.
Contra el sistema prostituyente
Caminaba por Perú, bajando por esta calle hasta llegar a la estación homónima del subte línea A. Justo antes de entrar, me acordé de un mail que había recibido con respecto a una marcha en relación a que el día 2 de diciembre es el “Día de la abolición del sistema prostituyente”. Volví sobre mis pasos hasta la Legislatura y vi a cuatro mujeres repartiendo unos volantes. Leí los mismos y me interioricé con respecto al reclamo. La primera parte dice asi:
“El  2 de diciembre de 1949 se firmó el “Convenio para la represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena”. Esta Convención establece que toda forma de explotación de la prostitución ajena es punible, sin importar el consentimiento de la víctima. Prohíbe el establecimiento de prostíbulos y la reglamentación de la prostitución; plantea la prevención de la prostitución y la trata,  la protección de las víctimas y el control de las agencias de empleo. No divide entre Prostitución y Trata porque las hace, expresamente, a  una consecuencia de la otra. Se trata de una Convención claramente abolicionista, que ha sido ratificada por nuestro país y se encuentra vigente, aunque no se respete, como lo demuestran la actual ley contra la trata de personas; la persecución de las personas en situación de prostitución a través de los Códigos Contravencionales y de Faltas en todo el país; la proliferación de los prostíbulos bajo diversos nombres whiskerías, saunas, bares, casa de masajes, etc.);  la promoción de la prostitución en medios de comunicación, publicidades, Internet, avisos rubro 59, teléfonos celulares, propaganda callejera que garantiza la apropiación del cuerpo de las mujeres como objetos reales y simbólicos de dominación; la complicidad  de los poderes públicos que garantiza  la impunidad de los proxenetas, rufianes y todos los implicados; el abordaje de la temática sólo desde la parcialidad “de la trata” permitiendo el ocultamiento de todas las violencia sobre nuestros  cuerpos prostituidos:  violaciones, tortura, maltratos, raptos  y asesinatos; algunos posicionamientos políticos que  denominan  a la prostitución “trabajo”, defendiendo el “negocio” de la explotación sexual. Este conjunto de variables que incumplen la Convención del 49 constituyen el SISTEMA PROSTITUYENTE”.
Muy interesante todo esto, ¿no? Bueno, me quedé charlando un buen rato con Marcela, de “Campaña Abolicionista “Ni una Mujer más víctima de las redes de prostitución”. Me contó todo lo que estaban haciendo y que ese día, iban a marchar hasta Plaza Congreso por Av. de Mayo, arrancando  papelitos de propaganda de prostíbulos y explotación sexual y en su lugar pegarían stickers o harían algún grafiti y todo terminaría en una radio abierta, frente al Congreso. Un tipo con acento extranjero dice “¿saben los intereses que están tocando con su pedido?”. Al tiempo que charlaba con Marcela, un grupo de adolescentes (15 años aprox) leía el volante. Una chica le puso cara de “¿de qué habla este papel?” a su amiga pero lo guardó en su mochila. Esta ya es una pequeña victoria. La concientización de la gente es fundamental en estos menesteres. Un pequeño grupo de personas reciben los volantes. Marcela y las otras  chicas emprenden la caminata con destino a Congreso. Quedan muchos papeles por sacar de las cabinas de teléfono.  

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