Hace un par de semanas, vinieron mis suegros a visitarme a casa. En un momento, mi suegro, alarmado por la falta de calefacción de los chicos de las escuelas secundarias, preguntó ¿Por qué no hacen algo?
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Si los chicos (o quien sea –no hay excepción alguna-), corta la calle, lo primero que van a decir los medios es “Protesta de alumnos corta la calle tanto”, «No venga, la calle es un caos» y demás mensajes como si estuviese viniendo el Apocalipsis. Gracias a todos los medios, termina siendo una medida contraproducente. Si cortás la calle para protestar que no hay calefacción en las aulas, que te mataron a un familiar, por los desaparecidos o por lo que sea, va a salir alguna cabecita de algún colectivo o auto que te grite “Andá a laburar, la puta que te parió”. Les recuerdo a los lectores que, cuando fue el tema del campo, el diario La Nación hizo una encuesta respecto a «¿Como le afecta a usted la marcha de D’Elía por la Av Rivadavia»? Lamentablemente, no hizo la misma encuesta cuando la gente del campo se reunió en el Monumento a los Españoles. ¿O acaso tendría que pensar que se justifica a unos y critica a otros cuando la acción es la misma? Algo más para reflexionar, ¿no?
Cuando cortaron el agua por varios días en mi casa, en el verano, por las tormentas -mejor dicho, por la falta de previsión e inversión de la empresa que proveé dicho servicio- los vecinos cortaron la avenida Rivadavia por este motivo. Una vecina indignada porque un coche violó el corte, exclamó “¡Que poca solidaridad!” a lo que le respondí “La misma que tiene usted cuando toma un colectivo y tiene que parar porque la calle está cortada por una marcha”. No dijo nada pero el tema es el egoísmo de gran parte de la población en tanto y en cuanto no le afecte directamente.
En mi época de trabajador en “empresas de servicio”, discutí mucho con gente que putea al que corta la calle porque “llega tarde al trabajo” y “pierde el presentismo” y esas cosas. Entiendo el tema de la guita pero alguien pensó que estás colaborando con empresas que se encargan de estafar a la gente. Si trabajo en las empresas de servicios como el agua, el teléfono o ahora de internet y demás, ¿puedo tener el caradurismo de decirle a alguien “andá a laburar” cuando trabajo para aquél por el cual se están quejando? Esto me hace recordar a esos «chicos de call center» que estaban protestando por «el cierre de su fuente de trabajo» por el tema de las AFJP. Lo indignante de estos chicos fue que se quejaban porque les cerraban su fuente de trabajo….basada en estafar gente con jubilaciones a futuro para obtener una miserable comisión. Conozco bien lo que hacen en los call center con los «speech» para «vender los servicios» y sé perfectamente que, por ganar una comisión, eran capaces de vender a su madre. ¡Patético! ¡Priorizaban su «comisión» (y el lucro por parte de la empresa de la cual participaban solo en el salario mensual… aunque los directivos digan eramos todos una «familia») más que a la estafa que estaban realizando!
Cuando la taba cae del otro lado y el que está arriba del colectivo, está abajo, no le gusta que lo insulten por lo que hace. Asi que, ¿en qué quedamos?
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Terminó la charla con mi suegro y se quedó pensando. Algo es algo y la próxima vez que vea una marcha, averiguará (espero) los motivos de la misma.
A todo esto, ¿alguien recuerda que en diciembre del 2001 se cantaba “Piquete y cacerola, la lucha es una sola”?
¡Bienvenidos al Caleidoscopio!
jjaja muy bueno tu punto de vista !!! abrazo Nico