Libro: “Un paseo por el infierno” de Marcela Camusso.



Un hombre acusado de un crimen que no cometió pero que, por torturas de la policía, terminó confesando. Esto que parece una película, no lo es. La realidad supera la ficción y en este caso, con el agravante de la participación por acción u omisión tanto del Poder Judicial como del poder político.

La periodista Marcela Camusso investigó con seriedad lo acontecido en San Luis, en 1989, cuando desaparece la joven Claudia Diaz. Se acusa a Nelson Madafs de su secuestro y posterior asesinato. También caen en desgracia la familia de Nelson como María Laura Godoy –amiga de Claudia-, su madre y la pareja de esta.
En lo que parecería una remake del tristemente célebre caso de María Soledad Morales, el de Claudia Diaz necesitaba imperiosamente de culpables. Lo peor de la situación es que Claudia no había muerto ni nada por el estilo. Estaba viva pero viviendo en pésimas condiciones. Apareció cinco años más tarde, en un estado deplorable y con hijos a su cargo.

Esto que hemos descripto en pocas líneas, Camusso lo explica con precisión quirúrgica. La manera amena y didáctica con que se encaró el libro, es un acierto ya que permite acercar el caso tanto profesionales de las leyes como a neófitos en la materia pero que quieren saber bien que ocurrió con el caso. De esta forma, con un lenguaje fácilmente comprensible y con la seriedad de una investigación realizada a consciencia. La misma que le faltó a las
autoridades puntanas para resolver el caso. Camusso saca a la palestra una red de corrupción que involucra tanto a la policía –por las torturas y apremios para con los detenidos, en especial, con Nelson Madafs, quien termina contrayendo HIV- como a algunos sectores de la Justicia de San Luis. Jueces y abogados no eran ajenos a que el caso estaba viciado de nulidad en muchos aspectos pero prefirieron mirar para otro lado ante la necesidad imperiosa de encontrar al culpable.
La política no estuvo ajena a estos pormenores ya que fue la que presionó al respecto, para que no se convirtiese el caso, en una nueva versión de María Soledad Morales y salpicase a los mandamás de la provincia.

El libro cuenta con testimonios ricos y descriptivos de varios de los protagonistas, los cuales permiten ver las condiciones en las cuales transcurrían los hechos. Un anexo de documentos acerca la información clasificada para que la misma se encuentre a disposición de un lector que entrará en una mezcla de bronca, indignación e impotencia a medida que lea hoja por hoja el texto.

“Un paseo por el infierno” refleja con precisión como una investigación concienzuda, con todas las pruebas y documentación que se requieren, en manos de una periodista seria como Marcela Camusso, puede ser, no solo llevada a un libro, sino contribuir para que, de una vez por todas, la Justicia diga “presente”, dicte su veredicto de una vez por todas y castigue a aquel que se lo merece, protegiendo al desamparado frente la corrupción del poder reinante en la época.

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