
Pero Riquelme entraba a la cancha y jugaba al tiempo que hacía jugar. El talento para el pase mágico, su pegada y sus gambetas y enganches quedarán siempre en el inconsciente colectivo de aquellos que amamos el futbol como arte y ciencia de lo impensable y de la inexactitud. Donde todo puede cambiar en un instante, conviviendo la alegría y la tristeza pero siempre con la posibilidad de revancha (en sentido pura y exclusivamente deportivo del termino). Porque un enganche es eso, arte y magia que van más allá del invento del “lanzador” –quiero ver a los lanzadores gambeteando o tirando caños en vez de agarrar la pelota y pelotazo para un “carrilero”-.
De esta manera, uno se vuelve hincha de jugadores. En mi caso, era hincha de Boca y de Riquelme, porque JR10 me hacía ver que lo lindo que es ver el futbol. Hasta le sale a uno decir “¡que fácil que es jugar!” pero eso es solo para los que tienen ese talento, esa sensibilidad a flor de piel como Román.

No le faltaba razón a Don Horacio. Porque Riquelme ha trascendido su remera. ¿Acaso por ser hincha de Boca, debería caer en la necedad de negar o privarme de disfrutar de talentos riverplatenses como lo fueron Aimar, Gallardo, Ortega, Saviola o Francescoli? Más aún porque Román siempre jugó bien los clásicos y tuvo participaciones decisivas. El hecho que sea parte del folklore llamarlo “pecho frío” y cosas por el estilo, queda solo en eso. En un folklore que se termina cuando empieza a rodar el esférico. ¿Es pecho frío un tipo que siempre quiso jugar? ¿Tener “huevo” es meter un patadón? En fin…
En el caso de Román, las postales de sus firuletes y diabluras son y serán eternas. El caño a Yepes; la vez que se llevó a pasear a Geremi, Guti, y demás consagrados del Real Madrid, contra la línea de mitad de campo sin que le puedan sacar la pelota; el taco a Rosario Central; la actuación en Brasil frente al Palmeiras, la Libertadores del 2007……

Me acuerdo de la forma en que se retiró Zidane y ahora la de Riquelme, ambos con un dejo de tristeza por no haber conseguido el objetivo de ganar un trofeo importante y no puedo evitar la bronca. ¡Que lindo hubiese sido ver a Zizou levantando la copa frente a la amarreta Italia, creadora del catenaccio antifutbol! ¡O Román, frente al equipo brasilero menos brasilero de todos! ¿Sera que el destino metió la cola para que volvamos a emocionarnos con lo que han hecho estos dos monstruos del balompié? (Pido poner en You Tube ver la forma en que Zidane le ganó a España y a Brasil en el Mundial de Alemania. Sublime!)

Uno recuerda jugadores como Maradona, Ruggeri, Passarella –el jugador, no el presidente de River-, Batistuta, Redondo, Caniggia… ¿y ahora?
Se va JR10, el último de una especie que ha engalanado el futbol. ¡Que seas felíz Román con tu nueva vida! ¡Gracias por habernos hecho felíz con tu talento!