A 25 años de «3° arco», el disco que consagró a Los Piojos.


El pasado 31 de agosto se cumplieron 25 años del lanzamiento de “3° arco”, para muchos, el mejor disco de Los Piojos, de su carrera.
No en vano suele decirse que el tercer disco de la carrera de una banda sea clave. Lo dice la historia con ejemplos como “Signos” de Soda Stereo, “Agujero interior” de Virus, “Un baion para el ojo idiota” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en tanto su salto a la popularidad/masividad (amén de su calidad) o “Bicicleta” de Seru Giran, con la madurez que desarrolló su propuesta.
“3° arco” de Los Piojos no iba a ser la excepción. A caballo de los primeros dos discos que fueron cimentando un público fiel y efusivo en recitales inolvidables, en el contexto de explosión del “rock chabón” (polémica denominación de un fenómeno que dividió aguas), 1996 parecía ser “el año” para el despegue definitivo de la banda.
En ese momento, la banda estaba compuesta por Andrés Ciro Martínez en voz, armónica, guitarra y coros, Daniel “Piti” Fernández en guitarras y coros, Gustavo “Tavo” Kupinski en guitarras, bandoneón, bajo y coros, Miguel “Micky” Rodríguez en bajo y coros y Dani Buira en batería, percusión y coros.
 
El disco iba a ser un cambio considerable en la forma de abordar la grabación e interpretación de las canciones así como la relación que se estableció con el estudio y sus técnicas. Piti Fernández recuerda que “las canciones de ‘3° arco’ habían tenido su origen en la sala de ensayo durante las zapadas –por eso figuramos en los créditos-. Por lo general, Andrés cantaba melodías sin letra y luego se trabajaba sobre eso. Otras canciones las traía desde su casa. Hasta ese entonces, yo no componía. Además había temas que iban quedando fuera del repertorio como ‘Eternametente tarde –blues de San Martín-‘, ‘Linda nena’ y ‘Ay que maravilla!’. (1)
Sobre el estudio, la consola y sus posibilidades, Micky Rodríguez afirma que “para ‘3° Arco ya comenzábamos a conocer los berretines de una grabación. Terminó siendo un disco de quiebre que permitió a la banda dar un salto de popularidad importante. Refleja todo el crecimiento y maduración que veníamos experimentando, escalón por escalón”. (1)
Dani Buira retoma la función del productor. “Aconsejados por Gustavo Gauvry, se presentó en la sala el productor Alfredo Toth. La primera vez que lo ví, pensé ‘¿Y este quién es?’. Parecía un turista que venía a sacarnos fotos. De entrada empezó a darme indicaciones sobre la batería. ‘Mira Daniel, yo vengo acá a trabajar…!’. Otras veces te decía 
‘está buenísimo pero….no’. La sensación de estar tocando y que se sentara un ratito al lado de cada uno de los músicos y terminara diciendo ‘no’ con la cabeza… Cuando te tocaba el hombro, era para matarlo. Éramos todavía muy pendejos y, entre peleas, llantos y puteadas, nos resistíamos fuertemente a ciertos cambios. Quiso hacer algo en ‘Ay, ay, ay’ que no pudo pero si lo hizo ‘3° arco’, que fue grabado por Adrián Bilbao en los estudios Del Cielito. Nos cambió a los golpes. No crecimos nosotros, él nos hizo crecer. Le debemos buena parte del éxito de Los Piojos» (1)
 
Con respecto a los temas y sus referencias, en la esquina de Libertad y Palazzo hay una placita en la que Los Piojos ensayaban todas las tardes “Verano del 92”. Afirma Buira que “Esquina Libertad tiene algo escondido. Es como una especie de zamba-reggae argentino, muy rockeado. ‘Ay ay ay y ´3° arco’ son los discos más percusivos de los Piojos. Todos los temas tienen un gusto más africano. Fijate que ‘Al atardecer’ por ejemplo, es un candombe, que si no hubiese sido porque “Ando ganas” funcionó, entraba a la popularidad. En realidad, es la mezcla de dos temas. Es un candombe caprichoso, provocador” (2)
Justamente, el disco abre con “Esquina Libertad”, que contiene alusiones al Che Guevara y al truco. Buira hace memoria y dice que “Esa parte de la letra es mia. ‘Guevara Guevara en mi remera de Dior/el Che era Argentino/y murió en Vietnam’. Estábamos Andrés, Micky y yo y entre los tres veíamos quien lo escribía más rápido. Salimos y Andrés lo armó”.(1)

Cuenta Buira que “El Farolito” es de Andrés. Es de todos pero ahí es cuando un poco aprendimos a hacer un tema disco. Fue tremendo. El primer tema que pasaron las radios fue “Verano” y después “Farolito”. Cuando grabamos “Verano” sabíamos que iba a ser un quilombo bárbaro. Solo estaba “Matador”, que era brasilera y a mi no me gustaba. Medio que me metí a ver como componer un ritmo que sea milonguero, tanguero, murguero. Está desafinado porque quería sacar el ritmo del barrio, ¿viste? Escuchas ‘Matador’ y es todo perfecto. Está buenísimo pero no…Ese era el miedo de Andrés, de hacer un “Matador” y le decía ‘Olvidate, esto es Piojos’. Salió con una llamada medio brasilera pero es bien argentina. Tiene pifies. Cuando puse los bata, no pude ir más a ningún bar donde había cubanos porque me odiaron todos; con “Verano del 92” no podía ir a ningún lugar brasilero porque me odiaban todos. Después vuelven todos pero no podía ir, por ejemplo, a Maluco Beleza –N de R: boliche brasilero que está en Sarmiento y Rodriguez Peña-, que me decían ‘¿qué grabaste? Eso no es samba-reggae’. ¡Mejor!. En cambio, ‘Don’t say tomorrow’ tiene una base llamada “afrobeat”. Tiene una voz distorsionada que Andrés hacía con un megáfono».
 

“Shup shup” tiene su historia. Según Buira “es un tema medio Rolling Stones. Es viejísimo, de la época de Arpegios. Bueno, en Arpegios, se acordaba una chica, que en Navidad, estábamos en el escenario y servíamos sidra. Habremos comprado sidra y en la puerta, te daban los vasitos. ‘Shup shup’, era el último resquicio de Arpegios. Terminábamos con una batucada. Empezabamos con un tema africano y al final, también la gente subía al escenario. Una vez, Andrés se enojó muchísimo porque lo dejaron tocando solo”.

El clima de época y el cambio que implicó el disco en relación con los fans, es otro punto que recuerda Buira. “Los fans de la época, los de 22 ponele, se agarraban con los de 15. ¡Y los que habrán quedado en el camino….! Muchisimo. La época de Menem la viví posta. Un tipo iba y prendía una bengala allá y todo el mundo se ponía loco. Era como si hubiera logrado algo. Era ‘pertenecer’ A nosotros se nos ponía la piel de gallina. Vos veías un hormiguero y de repente, una cara riéndose. Ese era el momento en el que la veías a la persona cantando y todo el mundo, alrededor saltándole. Una vez, en Atlanta, tiraron una bengala y me cayó en la panza (N de R: sobre este episodio, Eduardo Fabregat lo describe con precisión aqui:


Sobre “Maradó”, Buira destaca que “empieza con un tambor de batá, que es un tambor religioso. Tuve que pedir permiso a Cuba, a la religión y a los oráculos a ver si podía tocarlo. Ese tambor no se había grabado nunca, salvo en Cuba. Es un tambor religioso y no es muy contemporáneo. Hasta antes de la Revolución, era un tambor prohibido y perseguido. Estaba en el monte y recién bajó en los 60. Al día de hoy que, si lo vas a tocar, tenes que ser religioso. Entonces, no me animaba a grabar una base que es para un santo, asi de la nada”.(1)

El paso a la masividad lo recuerda Buira de manera reflexiva. “En un momento, se dio un paso de estar en la plaza de Libertad y Palacios, comiendo arroz a tener un palo y medio. Era como que nos “sacaban” la banda. Esa era la sensación. Te sacaban lo tuyo, lo que es de uno. El poder decir y hacer lo que queremos. Esa época eran los 90, una época tremenda. Menem había sacado la Ley Federal de Educación, que arruinó la escuela y la educación. Entonces, los pibes iban a los shows a participar, a un baldío a fumar y no más. No había más nada”. (2)

La veta tanquera dijo “presente” con la inclusión de “Gris”, Buira recuerda que “era bastante arriesgado. Es de Andrés, letra y música. No entiendo como Alfredo nos dejó hacer eso! (risas) Era un capo Alfredo. Entendimos todo y fue como que cambió la música. Empezó la seriedad y dejó de ser under la banda. Perdió ‘lo chistoso’ y ganó ‘lo grande’. Se pasó del ‘mirá, que lindo!’ a ‘mirá que grande!’, con un estudio más grande, caro y más plata. Ya entendimos que era lo que quería. Él, muy inteligentemente, transó. ‘3° arco’ es un disco recontra serio. Fue el disco con el que menos relación tuvimos con la lista de la compañía. Delegamos bastante”. (2)

Alfredo Toth tiene algo para decir sobre el disco. “Está buenísimo. La primera etapa consistió en ‘descubrir cosas de los ensayos’, armar los temas y llegar a su estructura. La siguiente fase: meterse en el estudio y con el audio en particular…¡Es tremendo, es mi vida! Todos aportaron en ‘3° arco’. Tavo también, un violero muy groso. La idea de incluir el bandoneón en ‘Gris’ surgió durante una prueba; algo similar con la parte percusiva de ‘Verano del 92’. El corte del disco fue ‘El farolito’ que está bárbaro. Para ese track, sugerí triggear la batería de Dani y ellos se engancharon con la idea. Por primera vez, los Piojos se engancharon con esa sonoridad”. (1)
 


A nivel musical, la incorporación de la percusión fue importante para el disco. La influencia de Buira fue fundamental. “Recuerdo a los tambores de La Chilinga, grabando. ‘Verano del 92’ era un tema viejísimo, del 92. Había quedado postergado porque era un reggae lento, horrible y aburrido. No pasaba nada y Andres se va de viaje a Inglaterra. Entonces, me los llevo a Pity, Miky y Tavo a la placita de Parque Rivadavia a ensayar una marcha-campeón, que es un ritmo rioplatense, para que, cuando llegue Andres convencerlo de esta manera. Cuando volvió Andrés había cuatro tambores. Un día, estaba mirando un video de La Chilinga -donde vivíamos todos juntos- y justo llega Alfredo Toth que pregunta ‘¿Qué es eso?’. Entonces, de cinco tambores pasaron a ser treinta”. (1)
Buira recuerda el video de “Verano del 92” con honestidad brutal y un relato atrapante. “Fue uno de los fracasos más grandes de la historia. La gruta a la cual fuimos, fue una idea mia, que está cerca de la casa de mis abuelos que viven en San Luis. No tomamos en cuenta que era casi imposible llegar a esa gruta con un micro. Se llega con auto medio resbalando. En la gruta hacía 10 grados bajo cero. Un frío de cagarse y nosotros en bolas. Eran las seis de la mañana y se había acabado todo. Las drogas, el alcohol, todo. Nos quedamos sin nafta. Se apagó el generador en medio de la nada. Se fueron con un auto a San Luis a buscar nafta. Nos cagamos de frío. Si ves mi cara en el video, te vas a dar cuenta que no estaba contento. El día anterior, habíamos hecho lo del ombú en Pilar, en uno de los días de más calor del año, con 38°. La producción llevó naranja y agua pero a la media hora estaba todo caliente. Además el ombú estaba lleno de avispas. Las imágenes de la noche, en una calle, es Morón. Después ya nos fuimos para San Luis. Yo ya estaba enojado con todo”. (2)
 

En relación a la tapa del disco, Buira afirma que “es de Diego Rota. No me acuerdo como surgió. Creo que fue una especie de casting entre un par de amigos que querían hacerla. Les dijimos que la hagan y la de Diego nos sorprendió. Ahí lo conocimos a Diego, recién en ese disco. Un chico llamado Waldo, que lo conocía, lo trajo una vez a la sala con sus dibujos, que era alumno mio de batería. Vimos sus dibujos y le dijimos que haga la tapa”. Sobre el nombre del disco, afirma que “es la continuación de “Arco dos”. La imagen que hace el dibujante es como una especie de brazos abiertos….El dibujo es muy bueno. No me acuerdo adentro de la tapa. Había fotos a los costados”.(2)
Todo tenía que ver con todo. Inclusive el logo de la banda. Silvio Squillari hace historia al respecto. “Para el piojo de ‘3° arco’ había preparado unos bocetos pero Micky y Andrés me pidieron que el personaje tuviera una expresión más feliz con una postura aguerrida: tras haber luchado (Ay, ay, ay) y triunfado….De allí los colmillos en señal de defensa. Pese a que mi logotipo del piojo no aparece en la portada de ‘3° Arco’ creo yo que es el más representativo. Con el paso de los años, continuó mutando y alterando su posición. El niño de la contratapa de ‘3° Arco’ es Micky con nueve años”. (1)


La relación con Andrés Ciro Martínez tiene un capítulo especial en Buira. “Con Andrés nos peleábamos todos los días pero por una idea, por creatividad y constructividad. Eran peleas artísticas. Cuando uno ganaba, se respetaba a full. No nos enojábamos. Los otros casi no participaban. Yo con Andrés, era asi, y no, va a asi. Era todo el tiempo, rock contra tambores. Por momentos, yo aflojaba y en otros, él. La primera base de tumbadoras se la llevé y me dijo “¡vos sos puto!” por tener que tocar las tumbadoras. “Sos puto, no sos rockero”. Los otros calmaban todo. Eso fue en “A veces”. Después, cuando las pibas se le empezaron a subir a cocochito, no importaba nada. Y dale para adelante. Nos peleábamos con Andrés todos los días y hoy es con quien tengo más amistad. Hablamos mucho de esto. Nos dimos cuenta que nos peleábamos por el amor que le teníamos a la banda. Los otros solo detenían las peleas. (2)
 
Todos los temas fueron escritos por Andrés Ciro Martínez salvo “Esquina Libertad”.
 
1- Esquina Libertad (Martínez, Rodríguez, Buira). Música: Los Piojos. 4:37
2- Taxi Boy: Música: Los Piojos. 4:05
3- El Farolito. Música: Los Piojos. 4:13
4- Shup – Shup. Música: Los Piojos  3:26
5- Al Atardecer. Música: Andrés Ciro Martínez. 4:43
6- Qué Decís. Música: Los Piojos. 4:21
7- Don’t Say Tomorrow. Música: Andrés Ciro Martínez y Miguel Á. Rodríguez   3:37
8- Todo Pasa. Música: Los Piojos. 5:33
9- Intro Maradó. Música: Andrés Ciro Martínez. 0:46
10- Maradó. Música: Andrés Ciro Martínez 3:58
11- Gris. Música: Andrés Ciro Martínez y Gustavo Kupinski         5:05
12- Muévelo. Música: Los Piojos. 4:16
13- Verano del ’92. Música: Andrés Ciro Martínez  7:11
 
Como invitados figuran Noel Schajris de Sin Bandera, aportando teclados a “Todo Pasa”, Alejandro Brítez pone su acordeón a disposición de “Don’t Say Tomorrow” y “Todo Pasa”, la mencionada Chilinga con percusión y coros en “Verano del 92” y Carolina de la Presa, coros en “Shup – Shup”.


1- Testimonios que forman parte del libro #50AñosRock -Lado B-, de Dente-Gaguine-Recis
2- Testimonio «crudo» de Dani Buira para #50AñosRock -Lado B-.

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