Ya desde el primer verso de “El día crucial”, se aprecia esta nueva etapa cuando su voz dice “Saldré a la estepa, saldré sin vos”. Más aún con el arte del disco con Frenkel –asi, a secas, sin el “Diego”-, en la tapa, caminando de espaldas hacia un bosque, y la contratapa, de frente pero con el bosque detrás. “Olvidame” es el corte de difusión del disco. Bien logrado, con una melodía épica, un estribillo que se hace fácil al oído y versos poéticos de ruptura como “Me has perdido/Solo queda un esqueleto/que dormita en las cenizas/de otro tiempo”. El disco mantiene una cadencia y un concepto a través de las diez canciones que lo hace disfrutable de principio a fin.
“Sabado lunar” mantiene la atmósfera de la sutileza por sobre todas las cosas, yendo al meollo de la canción al igual que con “Sigue tu instinto” y un ritmo esperanzador que acompaña con coros y un “Muevete y baila conmigo” que refresca al oído. “Entre tus huesos” es el único tema del disco realizado en co-autoría, en este caso, con Lisandro Aristimuño. Un tema acústico que también cuenta con arreglos de cuerda y realización a dos voces. “Balanceandonos” entrecruza guitarras eléctricas y acústicas en una canción inquietante, previa a los dos temas finales, que son “La carne y el verbo”, con el ukelele llevando la melodía y “Vi caer de pie”, una letra poéticamente universal, la batería metronómicamente exacta de Samalea y una guitarra que antecede los pasos en retirada, a través del campo, para atravesar ese bosque plagado de buena música en forma de disco y relanzamiento de la carrera solista de Diego Frenkel.