Tras disolver a La Portuaria, su emblemática banda, Diego Frenkel retoma con la fuerza de la sutileza acústica, su carrera solista con la edición de su segundo disco en esta condición, llamado “El día después”. Frenkel hace hincapié en lo que sería el concepto puro de la canción basada en la guitarra como punta de lanza de cada una de ellas. Con una ambientación folk y un tanto campestre, el disco se inicia con las pisadas de Frenkel caminando a través del campo para entonar la primera de las diez canciones que conforman este nuevo trabajo.
Ya desde el primer verso de “El día crucial”, se aprecia esta nueva etapa cuando su voz dice “Saldré a la estepa, saldré sin vos”. Más aún con el arte del disco con Frenkel –asi, a secas, sin el “Diego”-, en la tapa, caminando de espaldas hacia un bosque, y la contratapa, de frente pero con el bosque detrás. “Olvidame” es el corte de difusión del disco. Bien logrado, con una melodía épica, un estribillo que se hace fácil al oído y versos poéticos de ruptura como “Me has perdido/Solo queda un esqueleto/que dormita en las cenizas/de otro tiempo”. El disco mantiene una cadencia y un concepto a través de las diez canciones que lo hace disfrutable de principio a fin.
La voz de Frenkel suena fresca, con ese registro que es su marca distintiva acompañado siempre por su guitarra. Al respecto, digamos que realizó la producción del disco y tocó casi todos los instrumentos salvo algunas percusiones aportadas por Fernando Samalea, la mencionada participación de Aristimuño, el bajo de Lara Pedrosa en “Asi pasa el tiempo” y “Sigue tu instinto”, Pablo Agri en violín y María Eugenia Castro en cello.
“Te estoy soñando” cuenta con un arreglo de cuerdas que le brinda emotividad a la acústica de una canción excelente y melancólica. Aquí es donde se puede establecer un cierto paralelismo con el genial primer disco solista de George Harrison, “All things must pass”, por su ambientación tanto en las canciones como en su sonido.
“Sabado lunar” mantiene la atmósfera de la sutileza por sobre todas las cosas, yendo al meollo de la canción al igual que con “Sigue tu instinto” y un ritmo esperanzador que acompaña con coros y un “Muevete y baila conmigo” que refresca al oído. “Entre tus huesos” es el único tema del disco realizado en co-autoría, en este caso, con Lisandro Aristimuño. Un tema acústico que también cuenta con arreglos de cuerda y realización a dos voces. “Balanceandonos” entrecruza guitarras eléctricas y acústicas en una canción inquietante, previa a los dos temas finales, que son “La carne y el verbo”, con el ukelele llevando la melodía y “Vi caer de pie”, una letra poéticamente universal, la batería metronómicamente exacta de Samalea y una guitarra que antecede los pasos en retirada, a través del campo, para atravesar ese bosque plagado de buena música en forma de disco y relanzamiento de la carrera solista de Diego Frenkel.
“Sabado lunar” mantiene la atmósfera de la sutileza por sobre todas las cosas, yendo al meollo de la canción al igual que con “Sigue tu instinto” y un ritmo esperanzador que acompaña con coros y un “Muevete y baila conmigo” que refresca al oído. “Entre tus huesos” es el único tema del disco realizado en co-autoría, en este caso, con Lisandro Aristimuño. Un tema acústico que también cuenta con arreglos de cuerda y realización a dos voces. “Balanceandonos” entrecruza guitarras eléctricas y acústicas en una canción inquietante, previa a los dos temas finales, que son “La carne y el verbo”, con el ukelele llevando la melodía y “Vi caer de pie”, una letra poéticamente universal, la batería metronómicamente exacta de Samalea y una guitarra que antecede los pasos en retirada, a través del campo, para atravesar ese bosque plagado de buena música en forma de disco y relanzamiento de la carrera solista de Diego Frenkel.
“El día después” es un disco de calidad, en el cual no se inventa nada nuevo pero reformula y expande los límites de la canción con muy buen gusto e interpretación.