Disco: “From one Charlie”, de Charlie Watts.


Como veníamos en esta edición de El Caleidoscopio con un bajista y un guitarrista, pensamos que nos faltaba un baterista para completar la base del power trío. Que mejor entonces que recordar el excelente disco que grabó Charlie Watts en 1991, para homenajear al gran Charlie Parker, a quien admira desde siempre. Cuenta la leyenda que, desde la edad de trece años, Charlie Watts quiso ser el baterista de Charlie Parker. Es más, todavía lo desea, aún cuando sus años han casi doblado aquellos que transcurrió “Bird” en la tierra de los vivos.

En este caso, el disco cuenta con siete temas que duraran un poquito menos de media hora pero que serán de escucha atenta y grata para todo aquél que pueda llegar a tener el disco/CD entres sus manos. Los músicos que forman parte del quinteto de Charlie Watts, son Peter King en Saxo Alto, Gerard Presencer en Trompeta, Brian Lemon en Piano y Davd Green en Bajo.
No obstante, la inspiración para este proyecto data de 1964, año en que Charlie Watts saca un libro para niños, llamado “Ode to a High Flying Bird”, un título con una obvia alusión al apodo de Charlie Parker, “Bird”. La historia del cuento habla de un pájaro que podía silbar desde lo más profundo de su corazón, pero que tiene algunos problemas personales. El libro no se lo volvió a reditar y es considerado una pieza de culto, tanto para los fans de Charlie Parker como de los Rolling Stones.

Desde el mismo comienzo del disco, con el primer tema, se nota el deseo de homenajear a Charlie Parker, retomando su impronta pero sin coartar el vuelo interpretativo de la Charlie Watts Jazz Band, lejos de caer en la mera imitación. Suena “Practising, Practising, Just Great”, que presenta credenciales de lo que se va a venir.

Alegre pero sin jolgorio (“Blackbird, White chicks”), melancólico pero no triste (Going, going, going, gone”), estas son aguas en las que pueden nadar las siete canciones que forman parte del disco. Exquisito es un buen calificativo para este CD que cuenta con excelentes versiones de clásicos de Bird, como “Bluebird” y “Relaxing at Camarillo”. 
A lo largo del disco, la banda destila ese bebop que caracterizó a Parker de manera fresca y depurada, lo cual lo hace disfrutable de principio a fin. Tal es el caso de “Badseeds – Rye Drinks” o “Going, going, going, gone”. En cambio,“Terra de pájaro” cuenta con arreglos de cuerdas de muy buen gusto, con oboe, arpa, cello y dos violines. El clima relajado de la pieza se contrapone muy bien con las cuerdas que suenan, dándole una atmósfera más “caribeña”, por llamarla de alguna manera.

Sutil, con la sabia tranquilidad de aquél que hace camino al andar, (lo cual es ilustrativo de su personalidad), Charlie Watts rinde pleitesía con buen gusto a través de un disco genial, al inolvidable Charlie Parker. 

  

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