Discos: “Flaming pie” de Paul Mc Cartney.

Allá lejos y hace tiempo, en 1997, había algún tipo de expectativa frente a la publicación del inminente nuevo disco de Paul Mc Cartney. El proyecto “Antologhy” -que lo volvió a reunir con sus compadres de Liverpool-, lo había revitalizado en su carrera solista. Disuelve la banda con la que había grabado “Flowers in the dirt” y “Off the ground” -disco que lo trajo por primera vez a Argentina en 1993- para encarar el proyecto que terminaría siendo el excelente “Flaming pie”, con Steve Miller como coequiper y la ayuda de Ringo Starr. Paralelamente, dentro de su vida personal, su esposa Linda contraía un cáncer que tendrá consecuencias irreversibles al año siguiente.

La lista de temas de “Flaming pie” es un compendio del estilo Mc Cartney pero con un trabajo a conciencia de lo que se estaba realizando. Se grabó en tiempo y forma sin dejar nada librado al azar.

El disco abre con “The songs we were singing” en la que realiza una toma de posición importante al retomar “esas canciones que solíamos cantar”, reconciliándose de una vez por todas con su pasado beatle. Al respecto, el nombre del disco alude a un viejo chiste que había hecho John Lennon sobre el nombre de la banda. Según lo declarado en su momento, al Mersey Beat, John decía que “Llegó en una visión. Un hombre apareció en una tarta en llamas y nos dijo: “Desde hoy son los Beatles con una A”.

Con “The world tonight” y “If you wanna”, vemos que Macca está en un buen momento compositivo. Lo que antes –probablemente- hubiese tenido menos elaboración y hubiese salido, ahora sonaba fresco. Al respecto, es menester recordar que Paul buscaba un sonido limpio y sencillo para un disco que, se fue haciendo como “sin querer…queriendo”.

El director Geoff Wonfor documenta la grabación del disco siendo quien dirige algunos de los videos que sirven como difusión del mismo. Wonfor ya había formado parte de los “Anthology”.

El corte de difusión fue “Young boy”, un tema bien del estilo de Paul, con esas melodías pegadisas que uno mira con cierta desconfianza pero termina cantando como si nada. Paul se encarga de tocar todos los instrumentos y cuenta con un solo de guitarra bien rockero, que lo vuelve a ubicar en una posición en la que no estaba desde hacía tiempo.

“Really love you” y “Used to be bad” son dos zapadas hechas canción que cuadran con el concepto que buscaba Paul referido a la sencillez. Para algunos serán los puntos flojos del disco pero no desentonan teniendo en cuenta lo dicho.

La parte acústica está muy bien representada con “Calico skies” y “Little willow”. En cambio, “Heaven on Sunday”, con su carácter bucólico, lo ubica como uno de los mejores temas del disco.

Los arreglos de “Souvenir” son delicados con sus coros celestiales entrelazándose con la guitarra. Las baladas son realmente buenas y no cae en esa sensación “empalagosa” tan propio de su cosecha, que le ha costado muchas críticas. Con “Little willow”, realiza un homenaje a Maureen Starr, la ex de Ringo que había fallecido recientemente.

En “Beautiful night” podría decirse que se condensa todo el concepto del disco. Desde los arreglos orquestales que le brindan épica a la canción junto con la coda que levanta el espíritu de todo aquél que este escuchando para poner su voz a disposición de los coros. El mix de jovenes tocando con Paul y Ringo marcando el ritmo desde la batería es por demás elocuente. La dirección del video correspondió a Julien Temple, que ya había trabajado con Keith Richards y los Rolling Stones.

El disco cierra con “Great Day”, que le da el correcto punto final a poco más de cincuenta minutos de música de gran nivel.

La producción musical corrió por cuenta del propio Paul junto con George Martin y Jeff Lynne que, a la postre, termina siendo fundamental para el resultado final del disco. Si bien es un fiel seguidor de las enseñanzas “beatle”, es el ex lider de la ELO quien refresca el sonido de Paul. En un punto, realizó el mismo trabajo que había hecho con George Harrison en 1987 cuando vuelve a la vista del ojo musical con su laureadísimo disco “Cloud 9”. Esto fue el punto que devino en la colaboración entre ambos y fue el puntapié inicial para la creación de ese combo maravilloso que fueron los Travelling Wilbuyrs.

Hace 25 años, Paul Mc Cartney volvía a grabar un disco de real calidad, con críticas realmente positivas. Era “el mismo de siempre” pero renovado. Consciente de lo que fue, lo que es y con ganas de mirar al futuro con expectativas. Lo ubicó nuevamente en el lugar que le correspondía, lejos de ese aura de “músico de antes” que, por más venerable que sea, no dejaba de ser de “otra época”. A partir de allí, seguiría una una serie de discos por demás ricos e importantes. Tal fue el caso de “New“, “Egypt Station” y el excelente “Chaos and creation in the backyard”.Pero estas son otras historias que recomendamos descubrir y disfrutar…..después de darle una escucha placentera a “Flaming pie”.

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