El comienzo de todo. A 60 años de “Please, please me” de los Beatles.

Parece que fue ayer pero no. El tiempo pasó y muchas de las canciones de ese disco siguen vigentes tras haberse convertido en momentos inolvidables para más de una generación, llegando a nuestros días con la frescura de la primera vez.

El frío dato numérico dice que el 22 de marzo de 1963 salió “Please, please me”, primer disco de los Beatles, banda oriunda de Liverpool, Inglaterra, integrada por John Lennon (voz y guitarra rítmica), Paul Mc Cartney (bajo y voz), George Harrison (primera guitarra y voz) y Ringo Starr (batería y voz).

La grabación del disco se desarrolló durante los días 11 de septiembre y 26 de noviembre de 1962 y 11 y 20 de febrero de 1963. Cuatro sesiones alumbraron el primer disco de los Beatles que fue antecedido por la publicación de dos simples que, a la postre, terminarían siendo clásicos de la música popular. Love me do/P.S I love you salió el 6 de octubre de 1962 y Please, please me/Ask me why, el 11 de enero de 1963. Diremos al respecto que el simple Love me do entró en las listas inglesas, tal como dice la leyenda, por obra y gracia de Brian Epstein -manager de los Beatles- que mandó a comprar la cantidad necesaria de discos para figurar en los rankings.

Fue en ese septiembre de 1962 que, tras el retorno de los Beatles de Hamburgo, después de unas fechas en el Star Club, pusieron primera hacia Londres para grabar su primer simple, para Parlaphone, a las órdenes del productor George Martin. Parlaphone era un sello subsidiario de EMI, cuyos otros dos (Columbia y HMV) ya los había rechazado. Previamente, ya habían sido rechazados por la Decca que, con ojo clínico y visión de futuro, consideraba que los grupos de guitarras estaban “pasados de moda”.

La grabación iba a estar a cargo de George Martin, un productor musical con refinado oído pero que, hasta ese momento, solo había “éxito” al grabar diálogos humorísticos de figuras como los actores Peter Ustinov y Peter Sellers. No tenía conocimiento de aquello que se hacía llamar “rock and roll”. Es más, no le gustaba ni el género ni el sonido que habían popularizado, en su momento, los Shadows. Frente a este panorama, Martin escuchó con atención a los cuatro músicos y creía que su repertorio de covers era correcto. No obstante, traían algunos temas propios bajo la manga y los consideraba “originales”. Nadie solía componer y cantar sus composiciones… hasta la conformación de la dupla Lennon-Mc Cartney.

Las diversas influencias que tenían los Beatles se apreciaban en la forma de tocar sus propios temas. Hacían temas de Chuck Berry pero a dos y tres voces, algo que sorprendía pero que enriquecía cada canción, llevándola a otro nivel. Tal como ocurría con aquellas de Buddy Holly (referencia ineludible para Paul), Carl Perkins (ídem para George) hasta clásicos como When the saints go marching in o Besame mucho, que se pueden escuchar en diversos “piratas” o navegando en la web. Eran una coctelera musical que iba desde el sonido de Motown hasta Elvis Presley pasando por Roy Orbison y Smokey Robinson y grupos vocales como los Isley Brothers o The Shirelles.

Please, please me iba a retomar los simples ya editados más una serie de temas que oscilaban entre covers y propios. La duración sería de 32.16 minutos y catorce temas. Ciertamente, los Beatles que ingresaron a los estudios de EMI por primera vez a grabar, no eran los mismos de un tiempo antes. Su carácter salvaje, que caracterizaba sus actuaciones en vivo, habían quedado en el recuerdo, gracias a la intervención de Brian Epstein, en pos de grabar en algún sello discográfico. Había que considerar que el mercado nacional era más numeroso y menos tolerante al delirio de las presentaciones protopunks en Hamburgo. El sempiterno atuendo de cuero negro fue reemplazado por unos trajes que terminaron siendo su atuendo característico…por tres años aproximadamente.  

La selección de temas es un perfecto rompecabezas que une las distintas partes que conformaban la esencia de la banda. El orden de las canciones da cuenta de un trabajo –uno de los tantos- que empezarían los Beatles a dejar como legado. Todo se inicia con un conteo y una guitarra sonando en primerísimo primer plano. Iniciar su disco debut con I saw her standing there es salir a la cancha ganando 2-0 desde los vestuarios. Un rock and roll antológico, cortesía de Paul Mc Cartney que, al día de hoy, sigue formando parte del repertorio de Macca. La formación clásica de dos guitarras, bajo y batería, con la voz en primer plano y la estructura de “estrofa-puente-estribillo”, es indestructible con este clásico. Es el mix exacto de espontaneidad y trabajo en estudio, con George metiendo un solo de calidad.

El frenesí del comienzo es seguido por el remanso que planteaba Misery, un tema que puede parecer sencillo en su musicalidad pero que cuenta con un excelente dúo de voces –que parece una sola- que llevan adelante la canción. En Anna (Go to him) dan cuenta de su repertorio clásico en el que suena un arreglo de cuerdas por demás interesante que se funde con las guitarras, creando una atmósfera clara pero no ascética. John se hace cargo de la voz solista con Paul y George en coros. Las influencias de la música negra son más que claras pero adaptadas al estilo del cuarteto de Liverpool que lo terminará convirtiendo en una de sus marcas de fábrica.

Algo similar ocurre con Chains en tanto su estructura con Misery. La diferencia es que la voz que se “corta sola” es la de George, en un trabajo vocal triple.  La armónica de John hace acto de presencia constituyendo un punto alto del tema. Lo mismo ocurrirá con Love me do para iniciar el lado B.

Con Boys, es el turno de Ringo para hacerse cargo de la primera voz. Es de lo más “básico” del disco en cuanto a arreglos y dificultades en su interpretación, pero es la canción que le permite al recién llegado baterista, dar cuenta de su personalidad y carisma.

El lado A finaliza con Ask me why y Please, please me. La primera tiene un muy buen trabajo vocal con Paul y George alternando armonías y coros mientras John lideraba la interpretación. El oído meticuloso prestará atención a la rítmica del tema, con aires latinos y una cadencia atrapante. Casi sería un bolero rápido. La segunda es el segundo simple (de éxito) de la banda que había surgido tras la propuesta de Martin de grabar How do you do it que, según sus propias palabras, era un “éxito seguro”. Los Beatles no estaban conformes y ante la pregunta del productor de si “tenían algo mejor”, fue Lennon que mostró Please, please me. Otro gol al ángulo. A diferencia de la original, la que terminaron grabando era más larga y rápida. Se aceleró el ritmo y se le agregó una estrofa, que no era más que la repetición de la primera.

Termina la primera parte del disco con cuatro temas propios y tres covers, incluyendo uno de los simples publicados pero ubicados al final. Definitivamente, no es el trabajo de un grupo que tiene solo un tema como la gente y el resto del disco, con canciones de relleno, tal como solía ocurrir por esa época. Es el deseo hecho álbum de cuatro músicos que querían ser dueños de su propio destino y de crecer constantemente tanto en la interpretación como en la composición.

El piano de George Martin realiza apariciones tan sutiles como precisas, siendo la frutilla del postre de varios temas. Su rol en la producción termina siendo el de dar el toque final, el pulir aquellas ideas que tenía la banda respecto a tal o cual tema.

Comienza el lado B y ahí entra seguido el primer simple completo, con Love me do y P.S. I love you. La primera se inicia con una armónica de aire blusero, a cargo de John que también será la voz líder aunque contará con la ayuda de Paul para darle mayor armonía. En la versión del simple, tocó Andy White la batería ya que, ante el despido de Pete Best y el arribo de Ringo, Martin no quería correr riesgos respecto al talento de quien iba a batir los parches. Contrató a un sesionista para tal fín. En el dísco, fue Ringo el que tocó, sin que hubiese algún tipo de diferencia entre ambos.

En cambio, P.S. I love you es más convencional al tiempo que mostraba rasgos de lo que iba a ser una constante de su carrera: la audacia en la toma de decisiones musicales. El bajo ya suena más personal mientras Paul y John se reparten la interpretación vocal. La batería del simple es de White y tiene un pulso ritmico bien pronunciado. El sonido es cristalino sin que esto implique que quede ascético.

Baby it’s you, de Burt Bacharach, es una especie de prolongación de “Anna” aunque un poco más tranquila, más “vals”. Mantiene los mismos registros vocales aunque en la instrumentación se aprecia el ensamblaje que tiene la banda. La guitarra rítmica de Lennon construye una base indestructible junto con la batería de Ringo mientras que Paul dibuja algunas frases a lo largo de los 2.35 mins de duración del tema.

En Do you want to know a secret?, es el turno de George para llevar las riendas de la canción. Cuenta con un bonito arreglo de cuerdas para guitarra y bajo con John y Paul apoyando a Harrison en su primer tema para un disco. George llega al falsete que pide el tema y crea su primer momento destacado dentro de la banda a nivel solista.

A taste of honey cuenta con un efecto bastante particular para ese momento que es el de desdoblar la voz solista para obtener mayor volumen vocal. Otro ritmo de vals que deriva en una primera parte en la que se aprecia el trabajo de las guitarras y de Ringo para dar paso a un ritmo de cuatro tiempos, con la banda sonando absolutamente frescas.

El final del disco tiene que ser a pura potencia. There’s a place es un bellísimo tema que es, sin duda, de lo mejor del debut en vinilo. Nuevamente abre la armónica con una potencia similar a Please please me para después bajar decibeles en medio de un tema que debería estar mucho más arriba en la consideración general.

Pero será Twist and shout el que ponga un punto final acorde a un disco debut de gran calidad. Escrita por la dupla Medley-Russell, los Beatles mejoraron la versión original -algo que iban a hacer en varias ocasiones-. La grabaron un día inolvidable, el 11 de enero de 1963, en que registraron diez canciones en trece horas, con el consabido desgaste de la garganta de John, el encargado de cerrar el disco. Lennon venía mal de la voz por un resfrío que lo aquejaba por lo que Martin decide que sea la última canción que grabarían ese día. Se hicieron dos tomas eligiéndose la primera porque se había quedado sin voz. El tema es tan bueno que, ni siquiera su uso compulsivo como cortina de ese adefesio televisivo llamado Showmatch, logró quemarlo.

La tapa del disco los muestra sonrientes, mirando hacia abajo, desde el balcón de lo que parecía ser un complejo de viviendas pero, en realidad, era el edificio de EMI en el West End londinense. El atuendo de saco y camisa contrastaba con su actitud ante la lente de Angus Mc Bean, brindándole a la banda un aire de pertenencia a la “working class”. En la contratapa, se leía una exhaustiva presentación de los músicos y la génesis de lo que fue el disco en sí.

El lanzamiento del disco hizo que la popularidad de los Beatles estallara en todos lados. Llegó al puesto número 1 del ranking británico el 11 de mayo de 1963, permaneciendo en la cima por treinta semanas. Sería sustituido por With the Beatles, su segundo álbum.

Nadie sabía, en ese entonces, que empezaba a producirse un cambio musical y social a nivel mundial. Rodolfo Mederos, tanguero de ley, dijo que “aparecieron Los Beatles que hicieron que todo lo que había antes de ello, fuese antiguo y viejo. El tango, el jazz, la bossa nova, el bolero, el flamenco. Todo quedó viejo, en un pasado, detrás de los Beatles”. No le faltaba razón. Cambiaron los modelos y las formas de hacer música. El mundo dejaba de ser lo que era. La adolescencia y la juventud tenían un status propio con sus reglas, gustos y consumos.

Pasaron 60 años del comienzo de la más importante revolución musical de la segunda parte del siglo XX. Al día de hoy, siguen escuchándose y estudiando muchas de sus canciones y formas de grabar. Paul Mc Cartney sigue saliendo de gira, manteniendo los laureles en su plenitud. El mejor homenaje es escuchar su música en su totalidad, con tapas, contratapas y el arte que atraviesa los discos. Seis décadas de la salida a la palestra de la banda más importante de la historia. El resto es historia pop. ¡Yeah!

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