La educación siempre fue materia de discusión a gran escala. La profesora Mariela Morales realizó una interesante investigación al respecto que plasmó en su libro “Constructivismo en la escuela secundaria” (Editorial Maipue). El Caleidoscopio habló con la profesora y filósofa Mariela Morales que expone un interesante estudio a través del cual brinda otra forma de educar a los niños y adolescentes.
– ¿Cómo surge la chance de escribir «Constructivismo en la escuela secundaria»?
– La base del libro es una investigación realizada en la ciudad de Río Cuarto en un colegio que venía trabajando desde Jardín y Primaria con una fundamentación constructivista y no existía aún la secundaria. El desafío fue generar un modo de trabajo que continuase el camino de la primaria.
A medida que fuimos trabajando le fuí pidiendo a las profesoras que elaboraran informes de lo realizado concretamente en el aula analizando los trabajos de los chicos. Esto se sostuvo en forma continuada durante ocho años lo que permitió reunir elementos claros que mostraron que se iban logrando aprendizajes genuinos paralelos a actitudes de compromiso y capacidad de anticipación, lo que constituía nuestro objetivo central. Así surgió la idea de dar a conocer los fundamentos y resultados obtenidos para su difusión y posible replicación en otros ámbitos.
– ¿Por qué el constructivismo?
– Uno adhiere a una teoría cuando sus postulados son coherentes con su puesta a prueba a través de los hechos. Como decía Piaget: «¿Dónde está el límite entre lo que la razón nos permite alcanzar con seguridad y lo que los hechos nos obligan a rectificar? Ese límite puede irse corriendo sin desmentir los fundamentos sino ampliándolos a nuevas zonas. Es lo que creo pasa con el constructivismo.
– ¿Cómo describiría a esta corriente en pocas palabras?
– Nuevamente citaré a Piaget. Él decía, refiriéndose a la Epistemología Genética, su aporte esencial junto con la Psicología Genética, que su secreto simplemente estaba en haber tomado en serio a la psicología. ¿Qué quería decir con ésto? Que la filosofía pasó años teorizando sobre el conocimiento, sus fundamentos, su posibilidad, pero partiendo siempre del adulto. El gran descubrimiento de Piaget fue haber puesto de relieve que esa relación estudiada por la filosofía era un punto de llegada de un largo camino que se iniciaba con el momento mismo de nuestro nacimiento y aún antes. Es decir, que tanto la inteligencia como el conocimiento se construyen. Que no hay nada innato, salvo un poder constructivo que radica en la vida misma. Pues bien, llevar estos postulados a la escuela implica generar situaciones que favorezcan las construcciones y el descubrimiento por parte de los chicos.
– ¿Es posible una renovación metodológica a gran escala?
– Creo que todo cambio profundo debe ser gradual y progresivo. El objetivo debe ser lo más ambicioso posible: debe alcanzar la totalidad del sistema educativo, pues implica un cambio de paradigma fundamentalmente, pero el camino debe ser cauteloso, paso a paso, como el constructivismo mismo, avanzar de a poco pero sobre seguro.
– ¿Cree que ha cambiado la educación?
– Se van dando pasos pero no son suficientes.
– ¿Los profesores están a la altura de los avances tecnológicos?
Se ha intensificado la formación tecnológica de los docentes, sobretodo a partir del programa «Conectar igualdad», pero lo fundamental es una mayor formación teórica, no sólo en su disciplina, sino básicamente en los modos de lograr los aprendizajes por parte de los chicos. Aprendizajes genuinos, construidos por ellos, no repeticiones memorísticas.
– ¿Qué opina con respecto a la sentencia «antes había más respeto»?
– Creo que los adolescentes se manejan con códigos propios y les cuesta diferenciar los contextos, por eso el trato igualitario con sus profesores, que no necesariamente implica falta de respeto. El problema se genera muchas veces no del lado del adolescente sino de los profesores o incluso de los padres, que se colocan como pares de los chicos. Esto los confunde y puede ser peligroso.
– La escolarización puede «competir» con la educación y los valores que le brinda al alumno, su familia y su contexto?
– La escuela no debe encerrarse dentro de su ámbito exclusivo sino que debe trabajar con la familia, con el entorno a la par que lo hace con los chicos. Mostrar un modelo con su propia acción y escuchar las distintas voces que puedan presentar las familias. Crear un clima de respeto mutuo que permita que todos crezcan, sin discriminaciones de ningún tipo.