Narda Lepes: «No le hablo al ama de casa».

Es la cocinera (o chef, como se dice ahora) más carismática de la tele. Curiosa, temperamental y con una «onda» que atrapa tanto a hombres como a mujeres, Narda Lepes le cambió el estilo a lo que es «la cocina». De sus viajes, los gustos argentinos y de Blur (si, Blur), habla Narda con el Caleidoscopio

– ¿Los argentinos tenemos un gusto cerrado para las comidas?
– Lo que pasa es que comemos un plato en el que hay dos o tres cosas al mismo tiempo. Y esa es nuestra comida. Solamente comemos entrada, plato y postre cuando vamos a comer afuera. En casa, comemos carne con puré, bife con ensalada, pollo con arroz. Es mucho de lo mismo y eso se repite a lo largo de la semana. Vamos comiendo los mismos ingredientes y no nos damos cuenta. Arroz, en realidad es papa, pero es harina, queso, tomate, con comillas muy pequeñitas cebolla, zanahoria, espinaca y zapallo, carne y dejá de contar.

– En Medio Oriente, la ensalada se hace con pepino y tomate y cuando la hacés acá todo el mundo te mira raro!
– Primero, no tenemos la más mínima noción de las estaciones. Fijate que la gente come tomate todo el año. Entonces, comés un tomate crocante, horrible y sin gusto y de golpe, comés un tomate buenísimo. O sea, te da lo mismo comer algo riquisimo y algo horrible? No te tiene que dar lo mismo….

– Pero…
– La gente no le da bola a la estación. Entonces, hasta que no hagamos esto y no le prestemos atención….Hace cuarenta grados de calor, vas a comer lechuga? No! No comás lechuga ya que es una hoja que vive de la nada. Comé lechuga cuando hace veinte grados, en primavera, están los brotes. Ves los árboles con hojitas verdes claritas, turgentes, ahí comé lechuga cuando ves que están divinas las hojas. No comas cuuando no hay ninguna hoja en ningún lado.

– Es como el cafecito con cuarenta grados….
– Si, pero igual, hay otra cosa. Cuando hace mucho calor, te conviene comer cosas picantes porque cambia la temperatura corporal. Te sube entonces tenés menos calor con el exterior. Si hace muchisimo calor y te tomés una sopa picante, los orientales se toman una sopa que es puro caldo y bien picante que te traspirás todo durante diez minutos pero después estás bien y podés seguir trabajando durante toda la tarde. Durante diez minutos pensás que te vas a morir pero después ya estás bárbaro.

– Es como el primer trago de ginebra….
– Claro! Con el primero cauterizas y después seguís.

– ¿Cómo estuvo Vietnam? (foto derecha)
– Estuve en Vietnam casi un mes y Camboya cinco días. Es una parte del mapa, del rompecabezas, que no había visto. Allí todo el mundo es productivo, con muy poco espacio, muy pocos recursos y poco todo. Con esa historia que tienen…

– Que es riquísima…
– Si, de cosas que les pasaron. En dramas y tragedias…jaja. Es gente muy productiva te puedo decir.

– ¿Y la cocina de esos lugares?
– Muy fresco, cocciones rápidas, poca proteína, muchas harinas que no son de trigo. La harina es de mandioca, de arroz. Estos son los hidratos. Mucha fruta y verdura fresca. Mucho verde y brote. Pescados y mariscos en cantidad y tiene muchas variaciones de lo mismo. Es un país finito y largo. Son muchas variaciones de un mismo plato que van variando a medida que vas acercándote al trópico, al calor. Van variando pero hay muchos caldos, fideos, vegetales y distintos salteados, arrolladitos. Los mismos platos se van metamorfoseando de norte a sur.

– Narda, ¿cómo surge tu pasión por la cocina?
– Comiendo. Me gusta comer.
– ¿Y preparar los alimentos? Sino es como a muchos que les gusta manejar pero no que los lleven.
– A mi me gusta comer. Nunca me dieron comida de niño, por decirlo de alguna manera. Tipo que los grandes comen una cosa y los chicos, otra. Mis viejos siempre me dieron de comer de todo y variado. Mi mamá me hacía una bandeja para comer, tirada en la cama, mientras miraba tele. No tenía la ceremonia de todo el mundo sentarse a la mesa familiar a comer. Me cocinaban mucho. Por ejemplo, tenía una ensalada de tomate y cebolla, una patita de pollo, bifecito, fideito con crema, croquetita de acelga, ravioles. Cosas que vas preparando y van quedando, entonces había cosas que iban rotando en la heladera. Espárragos….eran muchos platitos con muchas cosas. Un día podía haber ravioles y ensalada. No era una sola cosa. Así fui probando de todo. A mi papá le encanta inventar cosas nuevas pero le gustan mucho los sabores fuertes, picantes, las pancetas.

– ¿Cómo te llevas con los dulces?
– No soy muy dulcera de comer. Me gusta comer ciertas cosas dulces pero no soy de terminarme un postre. A menos que sea algo de manzana o pera. Por lo menos, ahora me fijo en los menús si hay algo de eso. Prefiero pedir en la entrada y plato que plato y postre pero no me llevo bien con la receta muy estricta. Mis asistentes son pasteleras. Siempre tengo a mano alguien que sabe mucho de eso. Lo que trabajan conmigo deben ser mejores que yo en algo sino no me suma. Si sabe lo mismo o menos…

– Pan con pan…
– Claro. Por eso, trato está Geraldine, que le encanta la pastelería y es una maniática con eso. Prueba y hasta que no le sale perfecto, no para. Francisco, el jefe de cocina es super organizado, yo no. Tiene todo el stock, con planillas y de todo en el Excel y no yo no se hacer ni una cuenta en el Excel. Me explicó la formula cuatrocientas veces y basta. No me interesa. Se que no me interesa! Jajajajaja. Papel y lápiz y recién después lo paso en la computadora pero necesito trabajar en papel.

– De la vieja escuela…
– Claro! Primero escribo, tacho lo que escribo y el llevar y poner. Cuando tengo que abrir y cerrar la ventana y eso, me torra. Entonces, ahí si voy a trabajar en la compu, sino primero papel y después lo paso, que encima no soy muy ordenada. Por eso necesito alguien que sea mejor.

– ¿Cómo te ves vos como cocinera en un momento en que las mujeres no están tan cerca de la cocina?
– Yo no le hablo a las mujeres. Le hablo a cualquiera que esté interesado a comer y en las comidas. Puede ser para cocinar, para tener tema de conversación o para dispersarse. Puede ser para probar o para que el cocinar sea algo de relax y no de obligación. Otros pueden tener que cocinar por obligación y están podridos de hacer lo mismo. Trato de no hablarle a «la-señora-que-cocina» o a la recién casada. Me parece que ya hay de eso y lo que hay está bien en función de esto. No es que digo «no hay que hacerlo así» sino al contrario, me parece que comemos todos, tres veces por día. Hay de todo para hablar y para hacer. Trato de ser lo más amplia posible pero siempre y cuando, yo me lo comería y si es algo que vendo, que yo lo compraría. Sino no lo cocino ni lo vendo. Si yo no me lo creo, no me lo va a creer nadie. Cómo te voy a pedir que vos te comas algo que yo no me lo comería? Así no va.

– Al respecto, tenés un público masculino que te sigue y compra tus libros.
– Es porque no hablo en femenino, «cuando llegués a tu casa y estés cansada…los chicos…». No, eso no es para mi. Tengo un lado…capáz más masculino, por el carácter fuerte. Eso se equipara con que cocino…y soy «la cocinera de la teleeee» pero con la parte de…calle, que capaz que no es de acá porque siempre viví en el mismo barrio….ohhh, que calle que tiene, pero si de viajar y de moverme sola, estar despierta y eso.

– ¿Cómo te llevás con la popularidad?
– Hummm, no se. Ni me llevo ni no. La gente es amable y te lo dicen de buena onda. No leo nada de internet ni nada. Por ejemplo, la nota que vas a hacer lo más probable es que la abra, la mire, la cierre y ahí quedó.

– Ahh, bueno…igual te la mando con un sobre…
– Si, todo bien. Yo guardo todo pero no leo porque me aburro de mi misma.

– Te aburre leerte?
– No…me aburro de todo de mi misma! No me veo, no me leo. Ya está. Ya lo hice, ya salió, ya está. Solo veo los programas de viajes o veo si hicimos algo nuevo, como quedó y bueno, chau chau. Las publicidades, cambio de canal.

– Y no te quedás editando, acá en la isla…?
– No porque mi trabajo llega hasta un punto. No puede editarse a si mismo. Capaz que hay algo que te molesta pero es a vos y al otro, no ya que forma parte de un todo y queda ahí. Yo trato de participar desde antes y cuando estamos haciéndolo digo «esto estaría bueno que quede», «esto estaría bueno ponerlo de tal manera», «que la estética sea asa». A veces me dan bola y a veces no, por lo que quedo envenenada pero bueno. Cada vez me dan más bola porque cada vez que quedo envenenada es peor para todos! Jajajajajajaja

– Tus libros se venden muy bien. Hubo una edición especial de “Comer y pasarla bien”…
– Si, sacamos una edición especial de este, del último, que va a ser tal como quería que salga, con la tapa que yo quería. Al principio me dijeron «Nena, ya bastante caro es el papel y la impresión». Yo quería que no se transparente nada de una hoja con la otra y demás cosas. Usaron un papel más caro de lo que se usa normalmente…soy muy ñañosa. Lo hicimos de tapa blanda, que fuera más accesible, no un delirio y resultó un libro que está ahí. No es un libro barato pero sabés que al abrirlo la calidad está buena y que tiene un montón de fotos, que no se hicieron en un día. Fui a otras editoriales y me dijeron «en una semana hacemos las fotos….». Cómo es esto? No, no. Entonces vinieron de otros lados y les conté lo que quería hacer. «Quiero hacer este libro y si no es este libro, nada». Para hacer algo de lo que no iba a estar contenta, prefiero que no. Y me dijeron «bueno, está bien».

– Salió tal como vos querías…
– Con una tapa en la que yo no estoy. Al principio, para venderlo tenía que estar yo pero ahora ya lo conocen y no hace falta. El que hicimos tenía otras cosas, boludeces y regalitos.

– No te gusta verte en la tapa?
– Que se yo, era necesario para venderlo pero quería una tapa que no tuviera nada y me dijeron «Nena, olvidate!». Quería una tapa lisa, de colores, como si fuera un cuaderno. Después hay ideas para hacer otras cosas pero no me gusta hacer chorizo con los libros. Si fuera hacer foto y receta, sacamos uno por año y está todo bien pero mis libros no son así. Quiero que los leas. Si no hacen las recetas, no importa pero leanlo! Jajajaja. Que lean las introducciones de los capítulos pero algo te tiene que quedar

– Si entrase por esta puerta la Narda que mezclaba las cosas que te daban tus viejos cuando eras chica, que le dirías? Algún consejo? Alguna recomendación?
– (Piensa). Creo que el camino….en este loop en el tiempo, las cosas que haces bien y que no, te llevan a algún lado y aprendés algo. Hubo un momento en que dejé de hacerme tanta malasangre por las cosas. Ahora también pero no tanto ya que cuento hasta diez. Hay cosas que ya no me estresan y antes me ponían loca. Me hubiese gustado tener ese clic antes, que lo debo haber tenido a los veinte…veintiseis….

– Eso igual te lo da la experiencia de vida…
– Igual, me la dio alguien que me conocía mucho. «Que te pasa??? Qué hacés gritando así??? Para!!«. Me lo dijo alguien que me conocía desde muy chica y después me veía a mi misma, cuando estaba por salirme la chiflada de adentro…y bajar. Sería eso, chivarme menos con las cosas….hacia afuera. Igual soy de las que creo que hay que descargar, de sacar todo. No es bueno quedarse con nada. Si hay algo que no te va, no te va pero eso también vino con el aprender a decir que no. Es un error. Es todo un proceso que me llevó un rato largo. Todavía estoy ahí.

– Ahora sí, la última, última. Recién dijiste la palabra «loop». También estuviste con muchas cosas relacionadas con la música.
– Si. Tengo muchos amigos músicos. Me gusta mucho, estoy ligada a esto por un montón de lugares. Ahora trabajamos con las compañías que traen a las bandas pero era porque a los que conocía, les decía «te quiero cocinar, te quiero cocinar, te lo hago gratis, te lo llevo, te lo llevo, voy, voy, voy» y bueno, me dijeron «vení». La parí un montón de tiempo. Al principio era que le armaba la comida y le agregaba algo más extra. No ganaba plata, me pagaban solo los gastos y fuimos mejorando. Ahora nos llaman cuando hay a alguno al que tienen que cuidar, que sea grosso. Tampoco es que sea un super negocio pero es algo que me gusta hacer Al principio era porque me gustaba lo que hacía…después le empecé a cocinar a los que no me gustaban…jajajaja pero al principio era porque me gustaba lo que hacía el artista y me da placer devolverle algo a ese artista que tanto ha brindado.

– ¿Con quien te pasó de afuera?
– Con Blur, al Luna. No fue un superconcierto sino algo más chiquito.

– Fue en el año 98.
– Yo soy cero con los años.

– Me acuerdo porque fui el segundo día.
– Yo fui los dos. El segundo fue más de grandes éxitos y el primero presentaron todo el disco nuevo, que era 13. En el primero no te dejaban moverte pero al segundo, Albarn dijo que todos se levanten de las sillas. Ellos estaban mal, medio enfermos, dados vuelta y venían de Rio. Quedaron medio para atrás.

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