Alejandra Flechner: “Era feminista desde chica sin saberlo”

Es una actriz que ha transitado por todos los ámbitos de la actuación, con una capacidad interpretativa excelente. Mientras filma el unitario “El tigre Verón”, protagonizado por Julio Chaves, se produce el retorno de ese nuevo clásico de teatro llamado “Tarascones”. 

Nada mejor que agua fresca para combatir el calor y aceitar su garganta para responder todo, en una charla distendida. De risa franca y fácil, con esa voz tan particular y reconocible, tira frases que mezclan humor e ironía. Teatro, feminismo, activismo, televisión, públicos y obras “malditas” fueron algunos de los tantos temas que abordamos en una sala cálida en la zona de Villa Crespo.

Entrevista realizada para la revista Proven y Vos, reproducida con su autorización. 
Fotos: Cecilia Villarreal. Sensibilidad en Foco (https://sensibilidadenfoco.blogspot.com/)

-“Tarascones” arrancó la quinta temporada.

-Sí, en abril, en el Picadero, pero la verdad, no tengo idea de lo que son “las temporadas”. Parece como la ropa, “invierno y verano”, con un formato moda. Ahora, en un año, hay dos temporadas (risas). Empezamos en el Teatro Cervantes en mayo 2016, con la gestión anterior. En ese momento, se hacían tres meses de temporada (no dos y tenía otro formato) y dos de gira. Fue espectacular. Fuimos con la obra a yirar por el país. En Misiones, por ejemplo, en un centro cultural en el medio de la selva. Es alucinante llevar un espectáculo a todo el país. Con “Tarascones” estuvimos en Rosario, Misiones, Santa Fé, Mendoza, Gran Buenos Aires. Las giras se dejaron de hacer por cuestiones presupuestarias por los tiempos que corren, casi de flexibilización laboral. Espero que, con otro gobierno, exista la posibilidad y el presupuesto para realizarlas, algo que está muy bueno.
En el 2017, hicimos dos meses de temporada y dos de gira. Después, nos lanzamos como cooperativa pero habíamos hecho, en esos dos años, cuatro o cinco meses de temporada un tanto “rara”. En el 2018, arrancamos en el Picadero, el 12 de enero y terminamos el 10 de diciembre. ¡Once meses en el peor año para el teatro!  Tuvimos ofrecimiento de algunos productores, una vez que vieron que estaba buenísima la obra, pero preferimos decir que no y seguir con la cooperativa. Nos arriesgamos nosotras. Se armó una escenografía nueva -no servía la del Cervantes- y remozamos los vestuarios. Sentimos una felicidad enorme de haber tomado esa decisión, aunque el trabajo sea el triple. Además de actuar, hacemos todo. Nos encargamos de las fotos, los programas de mano, y todo lo que implica la producción. Ser dueñas de las decisiones es fabuloso. Hice teatro comercial, independiente y oficial y el régimen del teatro comercial es optimizar la ganancia. Se hace doblete el sábado, doblete el domingo, doblete el viernes. Entonces, las decisiones comerciales sirven en función de las ganancias de dinero en detrimento del degaste de los actores. En ese sentido, nosotras cuatro, junto a Ciro Zorzoli el director, elegimos ganar un mango menos pero mantener viva las ganas de hacer un espectáculo y la excelencia del mismo.
-Son como los Redondos, a nivel independencia…! Además, una obra llena de premios.
-Si, y también fue premiada por la gente. El “boca en boca” funcionó muy bien. De hecho, el año pasado, fue un año negro para el teatro que sigue vivo pero la gente no tiene plata para ir. Bajó un 40% la concurrencia respecto a los últimos ocho años. Estaríamos casi hablando del cierre de las 30 pymes por día. El nivel de malaria general es importante y hemos sobrevivido todo el 2018. Volver a hacer funciones en el 2019 es un síntoma que el espectáculo no se agota. Cuando nos fuimos –con la cooperativa- al Picadero, no podes hacer temporada y cobrar una entrada muy económica porque el teatro no lo resiste. No se puede mantener. Por eso, pusimos al lunes como “lunes barato”. Se ganaba un mango menos pero la gente podía venir y pagar lo que sale en el San Martín. Este año vamos a hacer funciones los viernes y domingos y los sábados, vamos de gira por ciudades más cercanas. Lo más lejos será Rosario porque tenemos que volver al día siguiente. Vamos a estar Gran Buenos Aires, San Martín, el Teatro Roma, etc. La gira será de abril a junio. Después nos quedaremos viernes, sábado y domingo.

-¿Hubo alguien que se haya ofendido por lo que plantean en “Tarascones”?
– Ofendido no, pero siempre hay alguien que no le gustó lo que vio, pero lo detectas al toque. Te están aplaudiendo y hay una persona con cara de ojete (risas). Igual, es peor cuando hacés un espectáculo y escuchas el “tibio aplauso” (risas). El público es respetuoso del trabajo de los actores y va más allá de si le gustó o no. Tiene ganas de que le guste la obra. Si pagó una entrada –más si es cara-, quiere pasar un buen momento. Con “Tarascones” es muy unánime. Si bien tira sobre ciertas cuestiones sociales, lo hace de forma tal que te identificás desde el lugar que estés ubicado con tus pensamientos ideológicos. Trabaja con todos los prejuicios culturales que todos tenemos. Es como el patriarcado. Lo tenés adentro. Lo que pasa es que uno pelea contra esas cuestiones culturales que están muy metidas y uno no acuerda. Pero se tiene que hacer ese trabajo. No viene desde que nacés, como el dedo índice. Es una tarea constante de pensar sobre la realidad y pelear determinadas cosas. Así es que todos tenemos metidos prejuicios como el racismo, la xenofobia, la homofobia, la inmigrantefobia…que hasta el mejor pensado, en algún momento, “pisa el palito”. Me parece que, en ese sentido, el espectáculo es abierto. No baja línea, diciendo “hay que hacer esto” sino que muestra determinadas cuestiones  en las que todos caemos en la volteada. Quien quiera oir, que oiga y el que no quiera hacerse cargo, se queda con la parte humorística.
Activismo y actuación
-Tu militancia, ¿te ha afectado en tu laburo?
-No lo sé. Siento que soy una persona respetada por mis pares, por el medio, por los periodistas pero también por los que dan el trabajo. En ocasiones, gente con la que no comulgo ideológicamente. Soy una persona respetuosa. Veo que se me valora como actriz y persona y no por cómo pienso. Tampoco es que trabajé más en un momento que otro… Es más, todo lo contrario. Tengo mis convicciones -que son personales y profundas- y las llevo con integridad. No salgo a decirle a nadie lo que tiene que pensar. Tampoco salgo a hablar de temas en general, ni hacer opinología. Noto que se le exige a gente que tiene cierta exposición pública que de explicaciones sobre todo. No todos manejamos todos los temas por lo que uno puede pecar de decir una gansada. Soy cuidadosa y hago lo que creo que tengo que hacer. No soy una militante política –nunca lo fui- por un partido pero sí, una persona interesada en el mundo en el que vive. Eso lo traigo desde chica.
-¿Y cómo es ahora?
– Fue una presencia más fuerte con el colectivo de Actrices Argentinas. Por primera vez se me armó una situación de activismo más consuetudinario. Una tarea militante no partidaria sino activista. Me gusta la palabra “activista”, pero no en desmedro de la palabra “militante” sino que no me considero como tal. Admiro la militancia pero, por mi estructura, no puedo tener esa constancia y presencia. Siento que el activismo –que tiene que ver con actividades y acciones concretas- me convoca más. Quizás también tenga formas más artísticas y performática así como canales menos convencionales que la militancia partidaria, a la cual nunca pude entrarle. Siento que, en las estructuras partidarias, hay una jerarquía con las que lucho como artista, desde mi origen, Las Gambas al Ajillo era un movimiento horizontal femenino. Siempre busqué ese lugar de horizontalidad para el trabajo. Transversalidad pero horizontal respecto de la jerarquía, en la que cada uno tiene un rol. No hay verticalidad ni obediencia jerárquica.
-No siempre es así…
– Claro. Cuando tengo que trabajar en el mainstream, están esas estructuras. El director y el productor están arriba del actor, siendo éste, junto con los técnicos la fuerza de trabajo. Igualmente, trato de generar espacios de trabajo con estructuras diferentes. Por lo tanto, no me correspondería a mi visión del mundo, estas estructuras jerárquicas y piramidales, tan patriarcales.
-Ahora se está buscando cambiar esta situación…
– El sujeto político público es el hombre. La mujer está volviendo a ganar esa presencia como sujeto político público, con esta cuarta ola feminista. El espacio público quedó muy patriarcal y masculinizado. Las formas de construcción femeninas –que son diferentes, ni mejores ni peores- no tienen espacio en lo público, donde todo está construido a “lo macho”. Me considero feminista desde chiquita -sin saberlo- y he sido resistente a esas estructuras. Debemos estar en los espacios, en los teatros públicos, la tele y no solamente generando nuestros propios lugares. Que haya algo simultáneo e interesante. Exigir al Estado que sea responsable pero también construir alternativas desde los bordes, que son los lugares que  más me gusta habitar. Lugares más arriesgados, que no son de fácil digestión y son un desafío. Hay tantas formas de teatro como creadores haya. Rescato mucho de mi pasado ochentoso en el Parakultural en el que convivíamos artistas muy distintos y nos retroalimentábamos constantemente desde las diferencias.

-¿Se le está pegando demasiado al colectivo de las Actrices Argentinas?

– Son cosas que nosotras seguimos pensando cuando el colectivo ni siquiera cumplió un año. Nosotras nos juntamos con el objetivo de ponerle el cuerpo de llevar adelante un trabajo alineado con la campaña nacional por la legalización del aborto. A partir de ese momento, empezaron a pasar mil cosas que empezamos a ver nosotras: la capacidad de trabajo, la incidencia y visibilidad que le podíamos dar a esta causa con la que trabajamos, luego el colectivo acá y en las provincias, con muchas mujeres que no habían militado en ningún partido. Tenemos una pirámide que no es pirámide, con una horizontalidad de asamblea en la que se discute todo y se puede estar tres horas con un solo punto. Tenemos un apoyo mayoritario hasta que te metes con cuestiones determinadas que ponen sobre el tapete temas tan complejos como la separación de Iglesia y Estado o el aborto en la salud pública, ahí te pegan. Es imposible estar con tanta exposición, con temas tan arduos y no ser atacadas. Nos metemos en temas complicados.
-Hace un tiempo, hubo un cruce por la muerte de Natacha Jaitt y lo posteado por Dolores Fonzi…
– Lo importante, en toda la cuestión de Natacha Jaitt (que es muy tremendo y terrible lo que pasó) es que, lo que menos importa es Actrices Argentinas. Ahí responsabilizo a otras cuestiones como la parte carnicera de los medios y las redes. Lo delicado que es el tema de las redes donde se genera algo que hay que responder y dar explicaciones constantes. En mi caso, no tengo twitter. Un aporte a la comunidad y a mi salud mental (risas). El ritmo que llevan las redes sociales es una vida propia que no tiene nada que ver con la vida real. Vos me preguntas de esto y en diez días, quizás nos olvidamos de lo ocurrido. Cuando hicimos la conferencia de prensa de Thelma Fardin, hicimos nuestra acción. No había nada que explicar. Cuando viene el enchastre, todo se pone jodido. Tratar de explicarlo es como entrar en la Ley del Amo, darle entidad a algo que no lo tiene. Como dar entidad al que te tira una foto de una persona muerta. ¿De qué estamos hablando? Es poco serio. Ahí no está la realidad sino el lucro, el morbo. Cuando pasó lo de Thelma, nosotras hablamos de la enorme responsabilidad de los medios respecto a cómo se tocan determinados temas ¡Nosotras no somos las protagonistas de la historia, chicos! Pónganse a hablar de lo que hay que hablar y déjense de romper!
-Imagino que la gente te para en la calla, te pregunta sobre estos temas…
– Si. Me han pasado cosas muy fuertes al igual que a todas las que formamos parte del colectivo. En la calle tuve mis encuentros con la gente y siempre recibí cosas muy hermosas. Nunca tuve una experiencia negativa. Hay algo muy fuerte con las mujeres…aunque también se acercan hombres-. Más aún después de la denuncia. Fue una acción –volviendo al activismo- que no tiene retorno. No hay vuelta atrás. En esos días, fui a comprar ropa y la cajera del local me contó muchas cosas, con lágrimas en los ojos. Lugar en el que iba, me contaban “me pasó esto”. El otro día me paró una mujer humilde, laburante y me puse a llorar mal cuando me contó que tenía a sus dos hijos abusados por el padre que se terminó matando. Desde diciembre, no paro. Lugar donde vas, lugar en el que se acerca alguien para agradecerte. Volvemos a lo que hablábamos de las mujeres como sujeto político y público. 
Por otra parte, las mujeres no somos una minoría sexual sino la mitad más uno de la población. Todo lo que nos suceda a las mujeres le sucede a la mitad de la población. Lo de Thelma fue muy groso porque se fue de manera legal y se hizo todo por los carriles que ameritaban. Existe el derecho a la verdad y el derecho a hablar. Las herramientas de la Justicia es una parte de las herramientas que se necesitan. Las otras son las que necesitan las personas para su educación. Por eso, la ESI (Educación Sexual Integral) es todo. Después de la IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), ambas van de la mano. 
El futuro llegó
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
– Estoy grabando “El Tigre Verón”, el unitario protagonizado por Julio Chavez, que toca el tema “sindical”. Es agenda electoral a fuuulllll! (risas). Igual, es ficción. No le temo a la ficción. Le temo a ficcionalizar la realidad. A la posverdad, las fake news, al montaje de la realidad para armar un relato. Le tengo pavor y eso está ganando al día de hoy. Pero la ficción es ficción y los actores son actores. Es un buen proyecto y además, amo los unitarios, que se dejaron de hacer hace tiempo. Todo tiene que dar guita y la tele está en crisis como medio y lenguaje frente a las plataformas, se dejaron de hacer. Antes había un apoyo del Estado y se podía hacer, algo que ahora no es más.  Ahora está todo en mano de los privados. Si no ponen un peso, no se hace.
El elenco es bárbaro. Están Muriel Santa Ana, Marco Antonio Caponi, Sofia Gala Castiglione y Andrea Pietra. Soy la ex mujer de Chavez y madre de sus hijos (Sofia y Marco Antonio). 
-¿Y cine?
– Estoy leyendo dos guiones. Uno es de Nicanor Loretti, de “Diablo” y “Kriptonita”, que está buenísimo. Si se llegan a hacer este año, sería genial. Un momento horrible para los actores. Pasaron los tiempos de mucho laburo. 
Una Alejandra personal
-¿Tenés alguna obra “maldita”. Que tenía todo para ser un éxito y por algún motivo, no lo fue?
– “Caperucita” entra en esa categoría. Algo pasó con ese espectáculo. Verónica Llinás y yo queríamos hacer algo juntas. No trabajábamos juntas desde Las Gambas. Nos juntamos y recordamos que habíamos dicho de hacer algo con Valeria Bertuccelli, juntas las tres. Lo llamamos a Javier Daulte y le contamos todo. Empezó a escribir algo sobre Caperucita que ya tenía una idea al respecto. Pensamos que iba a estar buenísimo y fue un desastre. La obra duró un mes y medio. Un día vendimos siete entradas. Fue mal…mal!

-¿Te consideras una actriz de culto?
– Es medio grande el título….Creo que tengo mi lugar. Soy alguien que no adscribe a la cuestión de la “carrera”. Trato de ser muy fiel a esa cuestión. Podría haber tomado otro camino. Haber hecho más tele o lugares más visibles pero que me interesaban menos. Ganar más plata con cosas a las que he dicho “no”. Dije muchos “no” en mi carrera.
-Si Alejandra Eugenia Flechner no era actriz, ¿que hubiera sido de su vida….?
– Dos cosas me gustaban. Una era la música. Tocaba el piano y creía que me iba a dedicar a la música. Para mí, la música es un arte superior. Como actriz, soy muy musical. Es como una escuela de actuación la música, de algún modo. Después, me gusta la escritura.
-Si por la puerta de este estudio, entrase la Alejandra Flechner de 18 años, ¿qué le dirías?
– Seguí tu camino. Nada más que eso.
-¿Habrá una Alejandra Flechner dramaturga?
– No sé. Me encantaría. De momento, ¡habrá una directora! (risas). ¿Ves? Siento que tengo demasiada admiración por la escritura. Por ahí, algún día, me animo y hacemos algo.
Alejandra Flechner en cinco puntos
1-Escorpiana pasional y versátil en su trabajo, Alejandra Eugenia Flechner nació el 4 de noviembre de 1961, en Buenos Aires. Es actriz de cine, televisión y teatro y goza de gran prestigio por sus trabajos.
Fue una de las fundadores del mítico grupo de teatro Las Gambas al Ajillo, ícono de los años 80, con sus presentaciones en el Parakultural. El grupo estaba compuesto por la propia Flechner junto a María José Gabin, Verónica Linás, Viviana Pérez y Laura Market en 1986. Al año siguiente, Pérez deja el grupo y queda conformado el cuarteto que se termina en mito y leyenda. Se presentaron en el mencionado Parakultural, Palladium, New York City, Centro Cultural Ricardo Rojas, Teatro Empire, Teatro Colón de Mar del Plata, La Trastienda y el Teatro Maipo, donde realizaron su último espectáculo, “Gambas gauchas”, en 1994.
2-En teatro, realizó una gran cantidad de presentaciones, destacándose “Confesiones De Mujeres De 30”, “Monólogos de la vagina” -ambas con dirección de Lía Jelin- ; “El Método Gronholm”, dirigida por Daniel Veronese; “Caperucita”, de Javier Daulte; “Santa Juana De América”, de Andrés Lizarraga; “El comité de Dios”, versión y dirección de Daniel Veronese;  “Salón Skeffington”, de Silvio Lang; “La madre del Desierto”, escrita y dirigida por Nacho Bartolone y, actualmente, “Tarascones”, escrita por Gonzalo Demaria y dirigida por Ciro Zorzoli, con Paola Barrientos, Susana Pampin y Eugenia Guerty. En junio, dirigirá a la actriz Iride Mockert en su unipersonal “Turba”, en el Espacio Callejón.
3-Su debut en el cine se produjo en “Lo que vendrá” (1988), de Gustavo Mosquera, con Juan Leyrado, Hugo Soto y Charly García. Participó en “Cien veces no debo”, de Alejandro Doria; “Besos en la frente”, de Carlos Galletini; “Yepeto”, de Eduardo Calcagno; “Chiquititas, rincón de luz”, de José Luis Massa; “Adios querida luna”, de Fernando Spiner; “Pajaros volando”, de Néstor Montalbano; “Inseparables”, de Marcos Carnevale y “El otro hermano”, de Israel Caetano.
4-En televisión, participó en ciclos como “Cha cha cha”, “Desde adentro”, “Señoras y señores”, “Tiempo final: Pleno centro”, “Resistiré”, “Mujeres asesinas”, “Televisión por la identidad”, “Lalola”, “Los exitosos Pells”, “Ciega a citas”, “Un año para recordar”, “En terapia”, “Amores de historia”, “Historias de corazón: Para olvidar a Manuel”, “Doce casas”, “Historia de mujeres devotas: Historia de Andrea” y “Viudas e hijos del rock and roll”, entre otras. En la actualidad, está filmando el unitario “El Tigre Verón”, protagonizada por Julio Chaves.
5- En el transcurso de este año, se le otorgará el Premio Podestá a la Trayectoria. Previamente, en teatro, ganó el Premio Estrella de Mar (2000) como Mejor actriz por “Confesiones de “Mujeres de 30” y el premio Trinidad Guevara, ACE 2017 y GETEA, como “Mejor actriz”, por su participación en “Tarascones”.
En televisión, obtuvo el Premio Martín Fierro (1997) como Mejor actriz protagónica de comedia por su participación en “Señoras y señores”.
En cine, obtuvo el premio de “Mejor Actríz de Reparto” en la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo (2000), por “Yepeto”

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