Recitales en la Casa del Bicentenario con Moris-Antonio Birabent, Richard Coleman y David Lebón

La Casa del Bicentenario tuvo un mes de mayo a todo recital en el cual los números fuertes fueron los realizados por Moris-Antonio Birabent, Richard Coleman y David Lebón.  ECDL estuvo ahí y te trae las crónicas respectivas.

ECDL agradece la colaboración de Matias Rodriguez y Gabriel Cócaro.
Moris y Antonio Birabent hicieron la presentación de su disco “Familia Canción”. Desde este blog, hemos destacado este disco porque, realmente es un material de primera línea que merece difundirse por la seriedad y la calidad de la propuesta. Con una buena cantidad de público, el recital tuvo tiempos para el recuerdo en el que se aprecia que tanto Moris como Antonio, están en un muy buen momento artístico. Con voces absolutamente personales, cada una con su registro, fueron mostrando cada una de las canciones de “Familia Canción”. El disco mantiene una poética urbana que, quizás, mixtura el rock con el tango. Canciones como «Civilización» o «El poeta de Varela», dan cuenta del nivel de porteñidad con una impronta personal y única, basada en letras sencillas, emotivas y contundente. En el escenario, Moris y Antonio, que intercala guitarras, hacen de cada canción, una nueva carta de presentación de sus respectivas carreras y vivencias. De más está decir que es menester ir a ver cualquier tipo de presentación de este dúo de padre e hijo músicos de primer nivel.
El show de Richard Coleman fue fantástico. Con gente que abarrotó el hall de planta baja de la Casa del Bicentenario, Coleman apareció vestido de negro, solo con su guitarra, para hacer una selección de temas excelente, en los que intercaló canciones de Fricción, Los Siete Delfines y su último disco solista, el muy buen “Siberia Country Club”. A cinco minutos de la hora señalada, inició el show con “Never Du Rozin”, dando la pauta que Richard salió a comerse a la gente con su técnica depurada con las seis cuerdas y una voz que, a través del tiempo, ha ganado consistencia y seguridad al buen registro que siempre tuvo. Hablamos recién de Los Siete Delfines y de Fricción. Coleman sacó del arcón de los recuerdos dos gemas como “Prisión emocional” y “En tu cabeza”. La primera, data de 1986, del disco “Consumación o consumo”, que fue el que puso a la banda en el candelero del rock, mientras que la segunda, forma parte de “Caravana de fantasmas”, último disco en vivo de Los Siete Delfines, banda que compartió en sus comienzo con el gran Horacio Villafañe, más conocido como Gamexane. De los Delfines, también hace “Desierto”.

La gran cantidad de gente que había presenciando aplaude con ganas el muy buen show que está presenciando. Se ve algún que otro peinado “dark” pero se aprecia un público bastante heterogéneo a nivel edad. Justamente, dice Richard, “voy a hacer un tema dark, como en aquella época, de paraguas negros, dia nublado, queremos saber de que se trata” y se manda con “Lluvia negra”, del último disco de Fricción.
Llega un momento emotivo en el que Richard cuenta que va a cantar “una canción escrita con un amigo al que le tenemos especial cariño”. Hace una versión antológica en su guitarra de “En el borde”, compuesta junto con Gustavo Cerati, que fue a parar al disco “Doble Vida” de Soda Stereo. Esta primer parte del show, la cierra con el clásico de los Delfines, “Dale salida” que fue coreado por más de uno que ha visto a los Delfines allá lejos y hace tiempo.
Mientras invita a subir a Bodie, tecladista y multiinstrumentista que participó de “Siberia Country Club”, se ve una figura sentada en primera fila, al costado del escenario, ataviada con un traje azul y corbata roja. Era nada más y nada menos que Ricky Maravilla. Si bien se lo vio un poco cansado, alguno que otro se animó a preguntar “¿se viene un cumbia dark?”.
Con Bodie en el escenario, hacen un “fogón tecno” a decir del propio Coleman. Suena “Hamacándote”, “Jardines liquidos” y “Turbo elixir”, que dan cuenta de la excelente forma en la que se encuentra Coleman en estos momentos.
Para el final, una perlita: “Bajando el Río”, que es la versión en castellano de “Down By The River”, de Neil Young, del disco “Everybody Knows, This Is Nowhere”, editado allá lejos y hace tiempo, en el año 1969.
A los siete días, le tocó el turno a David Lebon. Era una incógnita ver a David, una semana antes de su presentación en el Auditorio Belgrano. No obstante, hubo una serie de contratiempos que conspiraron contra las buenas intenciones de David. Primero y principal, el recital se iba a transmitir en vivo por televisión. La idea era buena pero la transmisión estaba pautada a las 18 hs, aproximadamente, cuando ya hubiese terminado el partido entre Boca Juniors y Deportivo Merlo por la Copa Argentina. El gran inconveniente fue que el partido no terminó en horario y siguió con una definición por penales. La extensión en la definición acarreó la demora en el comienzo del show. La gente empezó a aplaudir e informaron los motivos de la demora. No obstante, una persona llamó a su casa y preguntó sobre la definición donde le informaron que ya había terminado, con el triunfo xeneixe. Conclusión, el show comenzó 18.45 hs, cuando David subió al escenario acompañado por una banda que incluía a un bajista y dos teclados, si bien uno era un piano eléctrico. Todo en formato “eléctrico”.

Abrió el concierto con “Mundo agradable”, el ‘hit’ de lo que fue la fugaz vuelta de Seru Giran, en el 92, para sus conciertos multitudinarios en River. A continuación, un gran tema como “Copado por el diablo”, de su primer disco ‘David Lebon’. Ya para estos momentos se aprecia algo que, para algún purista, le sorprenderá, que es la gran presencia de los teclados en las canciones. Mas aún porque estamos en presencia de uno de los mejores guitarristas que ha dado la historia del rock argentino.
Después, hizo una seguidilla de canciones de Seru Giran, como “Cuanto tiempo más llevará” –coreada por el público-, “Parado en el medio de la vida” y la conmovedora “San Francisco y el Lobo”. A todo esto, las luces se encendían a veces, inoportunamente, por cuestiones referidas, imagino, a la transmisión. Suena “El Tiempo es veloz”, de lo mejor de toda la carrera de David.
Aires latinos con guiños al candombe se escuchan en “Creo que me suelto”, un tema del disco “Nunca te puedo alcanzar”, de 1987. Es en estos momentos cuando David dice que estamos encarando “la recta final del show”. Coro del público para el emocionante clásico “Seminare”. Se viene el último tema que sería “Noche de perros” pero de repente, explota un foco. “Nada como una criolla y un bombo leguero” dice David y arremete con una versión acortada –“salimos en Sol!”- de “Esperando nacer”. La finalización del show es con “Sueltate rock and roll” y un bis con “Noche de perros”.
Este portal tuvo la chance de acceder a una lista de temas del show en el que figuran tachados, por cuestiones de tiempo imaginamos, ocho temas que incluyen tres de “Deja Vu”, el último disco de David, dos de “El Tiempo es Veloz” (‘No seas dura’ y ‘Sin vos voy a estallar’) y “Tu canción me hace daño”, del disco “Siempre estaré”. Si bien hacemos mención a seis, también figuraban “tachadas”, “Noche de Perros” y “Esperando Nacer”, que finalmente David terminó interpretando.
Correcto show de David Lebon aunque se extrañaron esos solos que siempre lo ha caracterizado en las seis cuerdas.
Próximas presentaciones:
David Lebon. Auditorio Belgrano. Sábado 9 de junio, a las 21 hs.
Richard Coleman. La Trastienda. Viernes 29 de junio, a las 22 hs

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