Protagoniza «Julius», una de las propuestas más interesantes de la cartelera porteña con un tema candente y un horario particular. Una combinación de factores varios que permite una resignificación completa. Luis Gianneo tiene mucho que contar sobre el unipersonal que protagoniza, el carácter artesanal del teatro, la influencia de la pandemia y más.
-Luis, contame de “Julius”. ¿Cuándo y cómo surge?
– En pandemia. Venía de hacer en forma online un espectáculo que se llamó «Solo monólogos en cuarentena» donde interpreté varios textos de autores y autoras argentinos. Tenía muchas ganas de volver a hacer otro unipersonal pero de forma presencial. Empecé a buscar material y encontré «Julius». La leí y supe que era la obra que quería hacer. Me puse en contacto con el autor Rubén Pagura y conseguí que me diera los derechos para realizarla.
-El horario de domingo a la tarde es particular, más para una propuesta como la tuya. ¿Hay una resignificación con respecto al material, en ese día y a esa hora?
– Con respecto al horario, cuando me lo propuso el teatro acepté enseguida. Creí que podía ser interesante para el tipo de espectáculo que iba a hacer. Siento que la gente viene en un horario cómodo para ser un domingo, creándose una atmósfera ideal para escuchar y ver la historia de Julius. Lo que suelo escuchar cuando se despiden de mí a la salida de la función es «Nos vamos a comer algo por Corrientes».
– La obra dialoga con la actualidad…
– Si, si. No tengo dudas. Uno no puede dejar de pensar cuando ve la ve y la escucha, en la espantosa experiencia que pasamos los argentinos con la dictadura militar. Las torturas, los campos de concentración, y el desprecio por la vida humana. Estas son algunas de las tantas cosas que toca la obra en la que nos podemos sentir reflejados.
– La puesta es austera y vuelve a poner el foco en lo artesanal del teatro. ¿Siempre lo pensaste así?
– Desde su escritura el autor recomienda una austeridad en la puesta. Siempre pensé que eso era lo correcto. La puesta en escena que realizo está basada en la que hizo Rubén Pagura en el año 2009. Pero fui un poco más allá de la que él hizo. Le saqué la música grabada y las melodías las canto yo. Le puse una tela mucho más rústica que la que Rubén usaba. Quería lograr eso mismo que dicen muchos críticos: lo artesanal. Estoy muy feliz de haberlo hecho de esta manera. Siento que la obra late de otra forma.
– Retomando la pregunta anterior, ¿crees que hay “demasiada producción” en el teatro, dejándose de lado su aspecto más “sensible”?
– Depende de cada director y del material. Si es necesario hacerlo para que la historia se cuente mejor, bienvenida la producción. Ahora cuando es simplemente para aggiornar, ahí se debilita el aspecto más sensible que tiene el material teatral.
-¿Te sorprendió la repercusión de “Julius”?
– ¡Si! ¡Muy gratamente! Sobrepasó todas las expectativas que tenía cuando estaba por estrenar. Estoy muy contento de haber elegido este material para llevarlo adelante.
– Con respecto al horario, cuando me lo propuso el teatro acepté enseguida. Creí que podía ser interesante para el tipo de espectáculo que iba a hacer. Siento que la gente viene en un horario cómodo para ser un domingo, creándose una atmósfera ideal para escuchar y ver la historia de Julius. Lo que suelo escuchar cuando se despiden de mí a la salida de la función es «Nos vamos a comer algo por Corrientes».
– Si, si. No tengo dudas. Uno no puede dejar de pensar cuando ve la ve y la escucha, en la espantosa experiencia que pasamos los argentinos con la dictadura militar. Las torturas, los campos de concentración, y el desprecio por la vida humana. Estas son algunas de las tantas cosas que toca la obra en la que nos podemos sentir reflejados.
– Desde su escritura el autor recomienda una austeridad en la puesta. Siempre pensé que eso era lo correcto. La puesta en escena que realizo está basada en la que hizo Rubén Pagura en el año 2009. Pero fui un poco más allá de la que él hizo. Le saqué la música grabada y las melodías las canto yo. Le puse una tela mucho más rústica que la que Rubén usaba. Quería lograr eso mismo que dicen muchos críticos: lo artesanal. Estoy muy feliz de haberlo hecho de esta manera. Siento que la obra late de otra forma.
– Depende de cada director y del material. Si es necesario hacerlo para que la historia se cuente mejor, bienvenida la producción. Ahora cuando es simplemente para aggiornar, ahí se debilita el aspecto más sensible que tiene el material teatral.
– ¡Si! ¡Muy gratamente! Sobrepasó todas las expectativas que tenía cuando estaba por estrenar. Estoy muy contento de haber elegido este material para llevarlo adelante.
– ¿Qué te dice la gente cuando termina la obra?
– Lo que más me suelen decir es: «que increíble cómo pasas de un personaje al otro sin perder la esencia de cada personaje». «Qué memoria que tenes para tanta letra». «Qué texto tan poético». Es lo que generalmente dice el público.
– Lo que más me suelen decir es: «que increíble cómo pasas de un personaje al otro sin perder la esencia de cada personaje». «Qué memoria que tenes para tanta letra». «Qué texto tan poético». Es lo que generalmente dice el público.
– Julius habla de la militancia de un periodista/escritor en un contexto muy especial. ¿Hoy, el teatro está lo suficientemente “contestatario” tras lo ocurrido en la pandemia, con cierres de teatro y falta de apoyo de las autoridades en CABA?
– No creo que el teatro esté lo suficientemente contestatario en estos momentos. Todavía estamos todos los teatristas muy afectados con todo lo que nos pasó durante casi todo el año de pandemia. El no poder trabajar, más el cierre de salas, y la falta de apoyo de parte de las autoridades. Nos dejó muy golpeados. Va llevar tiempo poder reponerse de todo esto.
-Estás haciendo un unipersonal tras la explosión de los unipersonales femeninos. ¿Por qué los hombres no hacen tantos unipersonales como las mujeres?
– Tal vez porque somos menos arriesgados que las mujeres. O quizás porque no encontramos temas lo suficiente interesantes para hablar. Son solos ideas. No tengo tan claro por qué sucede.
-¿Cuáles son tus próximos planes?
– En principio seguir con «Julius» todo lo que se pueda. Me gustaría ademas de hacer las funciones en el Teatro Belisario poder llevarla de gira. Es una obra ideal para eso. Y por supuesto también empezar a buscar nuevos materiales teatrales para hacer en el futuro.
– No creo que el teatro esté lo suficientemente contestatario en estos momentos. Todavía estamos todos los teatristas muy afectados con todo lo que nos pasó durante casi todo el año de pandemia. El no poder trabajar, más el cierre de salas, y la falta de apoyo de parte de las autoridades. Nos dejó muy golpeados. Va llevar tiempo poder reponerse de todo esto.
– Tal vez porque somos menos arriesgados que las mujeres. O quizás porque no encontramos temas lo suficiente interesantes para hablar. Son solos ideas. No tengo tan claro por qué sucede.
– En principio seguir con «Julius» todo lo que se pueda. Me gustaría ademas de hacer las funciones en el Teatro Belisario poder llevarla de gira. Es una obra ideal para eso. Y por supuesto también empezar a buscar nuevos materiales teatrales para hacer en el futuro.
-Si Luis Gianneo no era actor, ¿qué hubiera sido de su vida?
– ¡Que difícil esta pregunta! Desde los 7 años dije que quería ser actor. Miraba «Los tres chiflados» y decía que quería ser como ellos. Me costaría mucho elegir otra profesión, pero tal vez si Luis Gianneo no hubiese sido actor hubiese elegido ser Director de Orquesta. Es algo que siempre me llamó la atención.
– Le diría que confíe más en él. Que siga sus ideas e impulsos sin miedo y sin necesitar la mirada de aprobación del otro.
«Julius». Teatro Belisario. Av Corrientes 1624. Domingos, 19 hs.