Está escrita en sus campos (Teatro)

La encrucijada de México


Dramaturgia: Francisco Barreiro. Iluminación: Juan Carlos Avendaño, Marcela Flores. Máscaras: Gabriela Sánchez. Diseño de Sonido: Mauricio Villalba. Video: Carlos Gamboa. Letras de canciones: El Tigre. Asesoramiento: David Gaitán, Luisa Pardo y Gabino Rodríguez. Asistencia de dirección: Mariana Villegas. Producción: Lagartijas Tiradas al Sol. Coreografía: Anabella Pareja.


Letras blancas sobre un fondo negro. Una pantalla de amplias dimensiones tira información de manera constante. En el centro del escenario, un hombre habla y relata una historia al tiempo que dos monitores hacen de soporte del relato. ¿Suena frío, no? Pero no se confunda estimado lector. Lo que es frío –si es que corresponde el término, siempre atribuido a la utilización de multimedia- en sus formas, termina elevando la temperatura a través de un texto contundente en lo referido a la historia del narcotráfico en México. Al respecto, se toma la historia de “El tigre”, un cantante de rap y dealer, de origen campesino, que servirá como punto de unión de toda la dramaturgia.


Aparecen nombres como el del “Chapo” Guzmán junto con el de presidentes mexicanos como Carlos Salinas de Gortari o Vicente Fox y ciudades como Tijuana y Mexicali o estados como Sinaloa. Para algunos, estas localidades eran conocidas por haber sido la cuna de grandes boxeadores mexicanos como Erik Morales, Antonio Margarito, Maromero Paez o Jorge “El Travieso” Arce. No obstante, hay una historia oculta al respecto, que la puesta busca dar a conocer. Salen a la luz, con lujo de detalle lo acontecido en los últimos cien años en lo referido al tráfico de drogas y como se fue gestando todo lo que ocurre al día de hoy con este tema. La política y los intereses económicos juegan su propia partida utilizando a poblaciones enteras como peones que nunca coronarán sus propios sueños de tener una vida mejor.

El bombardeo constante de datos, fechas y acontecimientos, permite al espectador obtener una cabal información de un flagelo que azota a México del cual –pareciera- la ayuda extranjera termina favoreciendo aquello que se desea combatir. A través de la pantalla y los monitores, saldrán mapas, material de archivo y testimonios de los involucrados –“El tigre” y sus familiares- conformarán el soporte del cual se contará de manera didáctica y contundente la historia del narcotráfico. Todo, en paralelo con la vida de “El tigre” que entra y sale de la escena, para rapear y contar su propia verdad, de una vida que lo excede en sus diversas aristas.


Más allá del excelente trabajo de investigación por parte del grupo “Lagartijas tiradas al sol”, la puesta necesita de un espectador interesado y expectante a lo que se ve sobre tablas. Este tipo de producciones que combinan política, historia y un fuerte contexto social, tiene su “nicho” dentro del cine. Esto es bien apreciable en las diversas ediciones del BAFICI. Por tal motivo, es una apuesta arriesgada el llevar esta idea al teatro. El riesgo vale la pena frente a la seriedad que se encara el proyecto, amén de la actuación sentida y precisa de Francisco Barreiro. Será quien entre y salga de la puesta con máscaras varias, convertirse en el relator de los hechos o darle vida a “El Tigre”, usando un vestuario similar a éste y cantando sus canciones.

Quizás, en algún momento, se torne abrumadora sobre el público, más aún en su duración pero también es absolutamente necesario este formato para visibilizar una situación absolutamente difícil como la que vive México. Más aún, cuando se pueda establecer algunos paralelismos con la política que atraviesa hoy en día a la Argentina. Criminalización de la pobreza, penetración de grandes carteles con amparo de políticos que llegan a las grandes esferas de poder –aunque sean marionetas del mismo-.


Con una puesta fuerte y sensible, “Está escrita en sus campos” es tan dura como necesaria en un contexto de candente realidad.

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