Hace dos días, recibí en mi casa la siguiente carta de la asistencia médica a la que estoy asociado. Seguramente alguno de ustedes, también la habrá recibido de parte de su cobertura pero me gustó lo que decía, para analizar su contenido. Los comentarios entre parentesis son mios.
Veamos
«Como es de su conocimiento, G—eno hace permanentes esfuerzos por mantener y superar la calidad de los servicios que Ud. recibe para el cuidado de su salud y la de su familia. (Me gustaría saber de que manera lo hace…)
Los incrementos salariales dispuestos por el convenio colectivo de trabajadores de la Sanidad, principal componente del costo en el sistema de salud, establecen un ajuste a partir del mes de agosto. La incidencia de dicho aumento, la mayor utilización del sistema de salud y el encarecimiento de los insumos médicos importados como consecuencia de la variación de la cotización del dolar, motiva la actualización de las cuotas médicas. (Párrafo que prepara el mazazo del siguiente…)
Por tal motivo, le informamos la necesidad de realizar un ajuste (un aumento, en criollo) en su cuota mensual del 15% a partir del próximo 1º de agosto. Somos conscientes de las implicancias de esta decisión (que igual tomamos), pensada para mantener los estándares de calidad del servicio que Ud se merece.
Le recordamos que, sugún lo acordado con el Gobierno Nacional, tenemos a su disposición planes alternativos con copagos con un aumento tope del 8%, a cuyo efecto podremos asesorarlo en cualquiera de nuestras sucursales, en caso que Ud. lo requiera.
Descartando (en realidad significa «me cago en») su comprensión y valorando la confianza que deposita en G—no, ratificamos nuestro compromiso (de seguir aumentando) y lo saludamos con atenta consideración».
El segundo párrafo me parece genial y patético a la vez. Por un lado, aumentan porque hay un «aumento de salario» al que llaman «incremento», una palabrita que suena mal y más aún que después uno lee que le van a aumentar la cuota por «culpa» (mensaje subliminal) de los otros que aumentan sus sueldos. «Y la tengo que pagar yo», dice Carlos de Floresta, enojándose no con G–eno sino con otro tipo que trabaja (como él). O sea, G–eno es «el bueno» que tiene que hacer lo que los «malos» lograron, que es simplemente «lograr un aumento de sueldo». ¿Se entiende a que va este razonamiento? A que G–eno busca que unos odien a otros asi ellos quedan como los buenos que «hicieron todo lo posible» para no aumentar….aunque nunca logran este cometido! ¡Qué lastima, che!
El párrafo tres explica con números la forma en que te van a abrochar de nuevo y pone que «saben lo que hacen pero igual lo hacen». O sea, tenés iglesia, mezquita, sinagoga o lo que sea para llorar o protestar pero poniendo estaba la gansa. En el siguiente párrafo, te dice que hay una chance que pagues menos pero con un bonito por consulta que, si hacés las cuentas, te sale más caro que el plan anterior. Esto lo ve cualquiera y para «mejor» dice «según lo acordado con el Gobierno Nacional». Ahí, Carlos de Floresta, saltando de la silla y caminando como león enjaulado, grita «¿Ves que siempre está metido el Gobierno para cagarte?». Para Carlos (y muchos más) ahí le cierra la ecuación, junta más bronca, paga lo que sea pero con la sensación de que «G–eno hizo lo que pudo» y los trabajadores y el Gobierno lo volvieron a cagar (?).
Mis grandes preguntas son ¿cuanto ganará el médico de guardia del Mitre o del Dupuytren? que trabajan para G–eno. Imagino que G–no es muy generoso con los salarios, más con una profesión tan sacrificada y necesaria para la comunidad. Seguramente, de $5000 ganarán por mes para recompensar su esfuerzo y su trabajo. Siempre en blanco y con pagos en término.
Otra pregunta es ¿le avisan a una persona si su plan le quedó viejo y si paga más por ese plan arcaico que tiene un similar pero más económico, le devuelven la plata? Pregunto porque el axioma «omitir no es mentir» se aplica perfectamente aqui. Si tenía un plan que me costaba (por ejemplo) $ 300 por mes pero por cambios en las asignaciones, tengo los mismos servicio en otro similar pero por $290 ¿me tengo que dar cuenta yo solito? Y si me doy cuenta y pasaron dos años, ¿por qué no me devuelven el dinero que pagué de más?
La tercer pregunta es ¿por qué uno tiene que esperar tanto en las guardias de un servicio que paga? No voy a caer en decir que es como un hospital público pero lo que llama la atención es que te «venden» un servicio «rápido y efectivo» y tenés que esperar para que te atiendan. Si Galeno se preocupa por el cliente (digo, paciente), ¿por qué no contrata más médicos? De paso, abre otra fuente de trabajo. Pero no lo hace…¿y no era que todo lo que hace Galeno es a mi favor?
Como dice Joaquin Sabina, «es mentira que no te haya mentido. Es mentira que no tenga razón». Si el verdadero Galeno viviese, le haría juicio a esta empresa por el mal manejo que hace de su imagen en primer lugar. —no (ex Amsa, para aquél que no lo recuerda) es una empresa que busca su ganancia, en el mercado de la salud. Como su fin es la «ganancia» y no la conciencia samaritana de ayudar al prójimo desinteresadamente, hará cualquier «operación de marketing» para que su «imagen» sea la mejor. Cueste lo que cueste.
Lo peor de todo es que si estás realmente enojado, podés llamar al call center y te va a atender un/a chico/a que te va a repetir como robot el «speech» que le dieron para estos casos.¿Y que vas a hacer? ¿Te la vas a agarrar con él/la, si apenas puede decirte lo que le mandaron a decir? Porque no se puede hablar con Juan Carlos «G–eno» para quejarse. Eso ya fue. Es pasado. Ahora está todo más automatizado, kafkianamente moderno. Y te vas a quejar y el operador te va a derivar a otro operador que va a escuchar y asi sucesivamente pero la cuota, no se baja en absoluto.
Entonces uno se cansa y deja que todo siga igual….hasta que llegue la próxima carta con una nueva notificación de aumento que será por culpa de quien sea y el círculo se vuelve a iniciar….Pero acordate de algo, vos sos complice de esto. Te guste o no, sos complice.
¡Bienvenidos al Caleidoscopio!