ARTEI (Asociación Argentina de Teatro Independiente) ha cambiado de autoridades. Eligió como presidenta a Valentina Fernández de Rosa para encabezar la institución que nuclea a las salas de teatro independiente. En el marco de una muy difícil coyuntura debido a la pandemia y el confinamiento que ha llevado al cese de la actividad teatral, la flamante presidenta le cuenta a ECDL los próximos pasos de la entidad para afrontar una situación por demás complicada.
-Valentina, ¿cómo se produjo tu elección a la presidencia de ARTEI?
-Formo parte de ARTEI desde que se fundó. El Excéntrico de las 18, el teatro que dirijo, cumple 35 años en este 2021. Mi madre, Cristina Banegas, fue su fundadora y yo me ocupo de la dirección desde hace veinte. Desde hace seis años estoy en la comisión directiva de ARTEI y era la Secretaria General. Con Liliana Weimer (anterior presidenta de la entidad) éramos las que firmábamos las actas pero mi designación fue bastante orgánica. Además, Lili quería dejar el cargo porque hacía tiempo que estaba. Preguntándonos entre los miembros, viendo quien podría ser para ocupar ese lugar, quedé yo como alternativa lógica, por un tema de presencia y trayectoria de nuestro espacio. En realidad, las funciones en la comisión directiva son muy horizontales. No siento que el cargo de “presidenta” cambia en algo lo que estoy haciendo de hace años- Quizás lo sea puertas afuera porque es un título fuerte pero en el trabajo cotidiano, no cambió nada. Somos un equipo que trabaja fuerte y se pone la situación al hombro para todos los teatros independientes que forman parte de ARTEI.
-¿Cuales son los proyectos inmediatos? Imagino que se refieren a la situación provocada por el confinamiento y la pandemia.
– Si. La verdad es que tenemos un montón de frentes diversos y abiertos. Estamos teniendo varias reuniones. Tuvimos una con el Ministerio de Industrias Culturales, con el director del INT y próximamente vamos a tener un encuentro con Enrique Avogadro, el ministro de Cultura de la Ciudad. Nuestro compromiso es gestionar y llevar la voz de las salas a los organismos que tienen a su cargo, la protección y el impulso de las políticas culturales en el país y en la ciudad.
-Al día de hoy, ¿como está la situación del teatro independiente?
– Estamos cerrados y no se puede hacer nada dentro de los teatros. Si tenes un espacio al aire libre que este habilitado, podes dar una clase o ensayo hasta diez personas. Border tiene una terraza en la que realiza algunas actividades pero es un número mínimo e irrisorio de sitios que cumplan con estas opciones.. Otras salas están trabajando en la vereda como El Extranjero, con “Zoraida” (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2021/03/zoraida-la-reina-del-abasto-teatro.html), una obra que se desarrolla a través del barrio con auriculares. La verdad es que todos estamos tratando de reinventarnos minuto a minuto porque, por otro lado, tenemos mucha conciencia de la enorme gravedad que tiene la pandemia en estos momentos. La intención de ARTEI es acompañar las medidas del gobierno y cuidarnos tanto nosotros como a los espectadores y alumnos. Hoy la actividad es nula y la situación, desesperante.
-¿Cómo se vivió la campaña de “Volvió el teatro” y que ARTEI acompañó de alguna manera pero que terminó favoreciendo a muy pocos teatros, sobre todo de la calle Corrientes, que abrieron a pérdida?
-ARTEI nunca acompañó el “Volvió el teatro”. Siempre concientizamos que no había vuelto nada. Nosotros hicimos un relevamiento en esa “vuelta” y había, aproximadamente, un 7% de los espacios de ARTEI que tenían una actividad. Cuando se habilitó el streaming, realizamos un trabajo comunicacional de marcar que esto no era la vuelta de nada ni la solución para nadie. Fuimos muy claros en esto. Le podrá servir a algunos espacios –muy pocos- pero que este número no es representativo de la actividad toda aunque haya cuatro o cinco personas que puedan hacer algo con eso. Está bien pero no resuelve nada y no es una política cultural que nos acompañara. Fue una campaña de difusión que le podía servir a alguien pero no a la actividad real.
-En ese momento, hubo una campaña muy fuerte y el teatro independiente no tenía posibilidad de tener un aforo…
-Hubo algunos teatros y compañías de teatro más comercial que necesitaban reabrir. En los teatros de la calle Corrientes hubo recitales y algunos espectáculos pero APDEA (Asociación Profesionales de la Dirección Escénica Argentina) no estaba intentando ganar dinero. Se pensó en mover un poco la maquinaria más que en volver a la actividad porque no están solo los dueños de las salas sino también los actores, los técnicos. Hubo que ver como poner en marcha ese engranaje que era más factible en unas salas de teatro comercial aunque a ellos tampoco les implicó –y lo dejaron muy claro- alguna posibilidad de ganancia. Era perder un poco menos o repartir un poco más a la gente que labura en los teatros. Ahora surgió Artistas Solidarios ya que hay artistas que no tienen para comer. Estamos repartiendo bolsas de comida desde el año pasado con Mosquito Sancineto a la cabeza. Un emprendimiento hermoso en el que todos acompañamos en esa iniciativa. Estamos repartiendo comida porque hay gente que no tiene para comer.
-Justo vi que el ministro Avogadro se acercó a Artistas Solidarios pero ¿no debería preocuparse en brindar una solución a través de una política de gobierno determinada?
-Tenemos una reunión pactada con él para ver los planes y proyectos del Ministerio de Cultura de CABA para acompañar este momento. Estamos peor que el año pasado y muy agotados. En el medio han cerrado espacios y estamos sosteniendo algo que es una agonía. Si el año pasado estábamos mal y necesitábamos ayuda del Estado, este año la necesitamos aún más porque estamos peor. Se lo vamos a poder preguntar en directo pero ahora no tenemos nada en concreto. Le vamos a pedir todo lo que ya sabemos pero queremos saber que están pensando en el Ministerio. Lo que necesita el sector está muy claro, que es lo mismo que necesitamos desde que empezó la pandemia. No hay nada nuevo bajo el sol. El tema es que hace mas tiempo que esto sucede por lo que es más difícil de sostener. No es lo mismo tener toda la actividad parada por tres meses que un año y medio.
-Formo parte de ARTEI desde que se fundó. El Excéntrico de las 18, el teatro que dirijo, cumple 35 años en este 2021. Mi madre, Cristina Banegas, fue su fundadora y yo me ocupo de la dirección desde hace veinte. Desde hace seis años estoy en la comisión directiva de ARTEI y era la Secretaria General. Con Liliana Weimer (anterior presidenta de la entidad) éramos las que firmábamos las actas pero mi designación fue bastante orgánica. Además, Lili quería dejar el cargo porque hacía tiempo que estaba. Preguntándonos entre los miembros, viendo quien podría ser para ocupar ese lugar, quedé yo como alternativa lógica, por un tema de presencia y trayectoria de nuestro espacio. En realidad, las funciones en la comisión directiva son muy horizontales. No siento que el cargo de “presidenta” cambia en algo lo que estoy haciendo de hace años- Quizás lo sea puertas afuera porque es un título fuerte pero en el trabajo cotidiano, no cambió nada. Somos un equipo que trabaja fuerte y se pone la situación al hombro para todos los teatros independientes que forman parte de ARTEI.
– Si. La verdad es que tenemos un montón de frentes diversos y abiertos. Estamos teniendo varias reuniones. Tuvimos una con el Ministerio de Industrias Culturales, con el director del INT y próximamente vamos a tener un encuentro con Enrique Avogadro, el ministro de Cultura de la Ciudad. Nuestro compromiso es gestionar y llevar la voz de las salas a los organismos que tienen a su cargo, la protección y el impulso de las políticas culturales en el país y en la ciudad.
– Estamos cerrados y no se puede hacer nada dentro de los teatros. Si tenes un espacio al aire libre que este habilitado, podes dar una clase o ensayo hasta diez personas. Border tiene una terraza en la que realiza algunas actividades pero es un número mínimo e irrisorio de sitios que cumplan con estas opciones.. Otras salas están trabajando en la vereda como El Extranjero, con “Zoraida” (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2021/03/zoraida-la-reina-del-abasto-teatro.html), una obra que se desarrolla a través del barrio con auriculares. La verdad es que todos estamos tratando de reinventarnos minuto a minuto porque, por otro lado, tenemos mucha conciencia de la enorme gravedad que tiene la pandemia en estos momentos. La intención de ARTEI es acompañar las medidas del gobierno y cuidarnos tanto nosotros como a los espectadores y alumnos. Hoy la actividad es nula y la situación, desesperante.
-ARTEI nunca acompañó el “Volvió el teatro”. Siempre concientizamos que no había vuelto nada. Nosotros hicimos un relevamiento en esa “vuelta” y había, aproximadamente, un 7% de los espacios de ARTEI que tenían una actividad. Cuando se habilitó el streaming, realizamos un trabajo comunicacional de marcar que esto no era la vuelta de nada ni la solución para nadie. Fuimos muy claros en esto. Le podrá servir a algunos espacios –muy pocos- pero que este número no es representativo de la actividad toda aunque haya cuatro o cinco personas que puedan hacer algo con eso. Está bien pero no resuelve nada y no es una política cultural que nos acompañara. Fue una campaña de difusión que le podía servir a alguien pero no a la actividad real.
-Hubo algunos teatros y compañías de teatro más comercial que necesitaban reabrir. En los teatros de la calle Corrientes hubo recitales y algunos espectáculos pero APDEA (Asociación Profesionales de la Dirección Escénica Argentina) no estaba intentando ganar dinero. Se pensó en mover un poco la maquinaria más que en volver a la actividad porque no están solo los dueños de las salas sino también los actores, los técnicos. Hubo que ver como poner en marcha ese engranaje que era más factible en unas salas de teatro comercial aunque a ellos tampoco les implicó –y lo dejaron muy claro- alguna posibilidad de ganancia. Era perder un poco menos o repartir un poco más a la gente que labura en los teatros. Ahora surgió Artistas Solidarios ya que hay artistas que no tienen para comer. Estamos repartiendo bolsas de comida desde el año pasado con Mosquito Sancineto a la cabeza. Un emprendimiento hermoso en el que todos acompañamos en esa iniciativa. Estamos repartiendo comida porque hay gente que no tiene para comer.
-Tenemos una reunión pactada con él para ver los planes y proyectos del Ministerio de Cultura de CABA para acompañar este momento. Estamos peor que el año pasado y muy agotados. En el medio han cerrado espacios y estamos sosteniendo algo que es una agonía. Si el año pasado estábamos mal y necesitábamos ayuda del Estado, este año la necesitamos aún más porque estamos peor. Se lo vamos a poder preguntar en directo pero ahora no tenemos nada en concreto. Le vamos a pedir todo lo que ya sabemos pero queremos saber que están pensando en el Ministerio. Lo que necesita el sector está muy claro, que es lo mismo que necesitamos desde que empezó la pandemia. No hay nada nuevo bajo el sol. El tema es que hace mas tiempo que esto sucede por lo que es más difícil de sostener. No es lo mismo tener toda la actividad parada por tres meses que un año y medio.
-En la conferencia de prensa del BAFICI, hablamos con Vivi Cantoni e hizo alusión a las medidas que se tomaron y las relacionó con el sector gastronómico… (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2021/02/aguafuertes-portenas-presentacion-de-la.html)
-Ojalá hubiéramos tenido las mismas medidas que los gastronómicos!
-Ojalá hubiéramos tenido las mismas medidas que los gastronómicos!
-Pero parecía que tuviesen las mismas problemáticas…como si fueran lo mismo.
-No creo que sea asi. El ministro Avogadro conoce la problemática del teatro en profundidad. Es una persona que asiste al teatro independiente y conoce el área. Es una persona muy inteligente pero estoy esperando respuestas las que, el año pasado, no estuvieron de ninguna manera, a la altura de las circunstancias. Esperamos que este año, tengamos mejores novedades para contar. Hay una reunión pendiente con el ministro. Lo que sí puedo decir es que los teatros y las funciones suceden de noche, cuando la gente termina de trabajar o los fines de semana. Esto es algo imposible de pensar hoy porque no hay circulación y hay un virus que está contagiando y matando mucha gente. No queremos estar abiertos para trabajar ignorando que hay una pandemia que se está cobrando muchas vidas. No se trata de abrir o no abrir sino el atender una emergencia sanitaria que afecta a la cultura de nuestra ciudad, que necesita el apoyo del Estado para poder sobrellevar esto que está pasando.
-No fue el mismo apoyo del gobierno de CABA que el de Nación.
-No. No fue el mismo. Nación tuvo una conciencia y una capacidad de respuesta mayor y más rápida, tal como fue el plan Podestá. Lamentablemente la política se cuela en todo en tanto los duelos entre Nación y Ciudad por la educación y el tratamiento de la pandemia. Cuando se politiza una emergencia que debería ser nacional, perdemos todos. Nuestra labor es pelear por la toma de conciencia de la necesidad y especificidad de nuestra actividad. No podemos resignarnos a que “la manta sea corta” –tal como nos dijeron en tanto cubrimos una parte y la otra no- sino que debemos reclamar nuestros derechos como trabajadores de la cultura.
-Tal como el caso de las salas que están alquilando el inmueble…
– Por supuesto. Están totalmente indefensos y cerrados. Se sostienen como pueden y al mismo tiempo respetando las disposiciones que implica vivir en una pandemia que es mundial.
-¿Será posible hacer un debate serio sobre políticas culturales a futuro?
– Nosotros intentamos llevar adelante esta conversación. Lo que nos pasa desde hace muchos años, es que siempre estamos en emergencia. Siempre sucede algo que hace que uno no se pueda sentar a pensar un plan a futuro. Es prácticamente imposible porque la realidad, la emergencia, las necesidades inmediatas, crisis tras crisis, hacen que uno siempre esté sacando las papas del fuego. Esto no te permite pensar y proyectar hacia adelante. No obstante, en ARTEI lo hacemos porque somos muy testarudos y resilientes. Nos acompañamos y estamos acostumbrados… Tengo un teatro desde hace 35 años, en este país y en la ciudad de Buenos Aires. Imaginate que todo es remar en dulce de leche. Tardé once años en conseguir la habilitación. Teníamos una provisoria, de las que se tenía antes pero la concreta como teatro independiente, tardó once años y no porque no quisiéramos. Era una situación kafkiana de idas y vueltas. Lamentablemente, tengo que decir que esto nos hizo fuertes y resistentes y con estos brazos, peleamos.
-¿ARTEI está en contacto con las otras asociaciones como UTIA, ESCENA, PIT y demás?
-Si. Trabajamos de manera conjunta y es muy buena la relación. Muchos de nosotros formamos parte de otras organizaciones. En mi caso, soy gestora, docente (estoy en PIT) y actriz (Asociación Argentina de Actores). Estamos vinculados con otras organizaciones por nuestra actividad. El año pasado generamos un muy buena cantidad de encuentros con 40 agrupaciones y con salas de la provincia de la misma manera que PIT está trabajando con los profesores de todo el país. La idea es pensar juntos y aunar el reclamo. Hay muchos espacios de intercambio en común para tirar para el mismo lado.
-¿Te sorprendió la convocatoria de la Asamblea Permanente de Artes Escénicas del pasado jueves santo frente al Teatro San Martín?
– Un poco pero entiendo que cada uno tiene derecho a expresarse y manifestarse en la forma en que cree mejor hacerlo. No tengo una posición respecto a como estaría bien o mal. Me llamó la atención pero cada uno gestiona y produce los hechos que cree que van a redituar resultados a las necesidades. Personalmente pienso que hay que trabajar más agrupados y con el consenso de toda la actividad que es más grande. Pero estos son momentos en que todo el mundo tiene expresa lo que necesita y las urgencias de la gente que representa.
-El año pasado hicieron una campaña de hashtags por la nula respuesta del GCBA….
-Si…Tuvimos una acción de #TeatrosBaldíos.
-Lamentablemente, no hubo mucha repercusión de las autoridades pero si llega a ocurrir lo mismo, ¿van a hacer estas manifestaciones o van a ser más fuertes?
-No te lo puedo decir porque sería hacer futurología. Confío en que el Ministerio de Cultura de la Ciudad tiene conciencia de la gravedad de la situación y hay intención de acompañar. Quiero pensar eso. Vamos a proponer ideas y armar una mesa de trabajo. No vamos a pedir cosas sino a pensar juntos. Realizaremos todas las acciones que se conocen de ARTEI con la intensidad que amerite el momento.
– ¿Cómo te imaginas el día después de la pandemia?
– Me imagino trabajando con la misma fuerza que hoy, celebrando que estemos todos sanos y libres de riesgo así como abriendo el teatro al tiempo que invitaríamos al público a volver a las salas. Eso va a ser lo más difícil. Esto se ve que pasa en el mundo que no va a volver corriendo la gente. Nuestra responsabilidad será invitar al público y mostrarle todo lo hermoso que tuvimos que perder durante estos años.
-¿Te sorprendió la polémica de si el teatro por streaming “es teatro”?
– No me sorprende. Cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera. Yo, a título personal y no hablo por ARTEI, no puedo pensar al teatro por streaming. El hacerlo fue una medida que se tomó en este momento de emergencia como una posible salida. Hay cosas del streaming que llegaron para quedarse pero creo que, lo que se quede o desarrolle, va a ser un nuevo lenguaje.
-Si por la puerta de tu casa entrase la Valentina de los quince años, ¿como le contarías lo que estamos viviendo con la pandemia?
-No sé si se la contaría. Le daría un gran abrazo y me aseguraría que tenga la valentía, la fuerza y la polenta para va a necesitar para estar en esta profesión que amamos. Sería puro deseo.
-No creo que sea asi. El ministro Avogadro conoce la problemática del teatro en profundidad. Es una persona que asiste al teatro independiente y conoce el área. Es una persona muy inteligente pero estoy esperando respuestas las que, el año pasado, no estuvieron de ninguna manera, a la altura de las circunstancias. Esperamos que este año, tengamos mejores novedades para contar. Hay una reunión pendiente con el ministro. Lo que sí puedo decir es que los teatros y las funciones suceden de noche, cuando la gente termina de trabajar o los fines de semana. Esto es algo imposible de pensar hoy porque no hay circulación y hay un virus que está contagiando y matando mucha gente. No queremos estar abiertos para trabajar ignorando que hay una pandemia que se está cobrando muchas vidas. No se trata de abrir o no abrir sino el atender una emergencia sanitaria que afecta a la cultura de nuestra ciudad, que necesita el apoyo del Estado para poder sobrellevar esto que está pasando.
-No. No fue el mismo. Nación tuvo una conciencia y una capacidad de respuesta mayor y más rápida, tal como fue el plan Podestá. Lamentablemente la política se cuela en todo en tanto los duelos entre Nación y Ciudad por la educación y el tratamiento de la pandemia. Cuando se politiza una emergencia que debería ser nacional, perdemos todos. Nuestra labor es pelear por la toma de conciencia de la necesidad y especificidad de nuestra actividad. No podemos resignarnos a que “la manta sea corta” –tal como nos dijeron en tanto cubrimos una parte y la otra no- sino que debemos reclamar nuestros derechos como trabajadores de la cultura.
– Por supuesto. Están totalmente indefensos y cerrados. Se sostienen como pueden y al mismo tiempo respetando las disposiciones que implica vivir en una pandemia que es mundial.
– Nosotros intentamos llevar adelante esta conversación. Lo que nos pasa desde hace muchos años, es que siempre estamos en emergencia. Siempre sucede algo que hace que uno no se pueda sentar a pensar un plan a futuro. Es prácticamente imposible porque la realidad, la emergencia, las necesidades inmediatas, crisis tras crisis, hacen que uno siempre esté sacando las papas del fuego. Esto no te permite pensar y proyectar hacia adelante. No obstante, en ARTEI lo hacemos porque somos muy testarudos y resilientes. Nos acompañamos y estamos acostumbrados… Tengo un teatro desde hace 35 años, en este país y en la ciudad de Buenos Aires. Imaginate que todo es remar en dulce de leche. Tardé once años en conseguir la habilitación. Teníamos una provisoria, de las que se tenía antes pero la concreta como teatro independiente, tardó once años y no porque no quisiéramos. Era una situación kafkiana de idas y vueltas. Lamentablemente, tengo que decir que esto nos hizo fuertes y resistentes y con estos brazos, peleamos.
-Si. Trabajamos de manera conjunta y es muy buena la relación. Muchos de nosotros formamos parte de otras organizaciones. En mi caso, soy gestora, docente (estoy en PIT) y actriz (Asociación Argentina de Actores). Estamos vinculados con otras organizaciones por nuestra actividad. El año pasado generamos un muy buena cantidad de encuentros con 40 agrupaciones y con salas de la provincia de la misma manera que PIT está trabajando con los profesores de todo el país. La idea es pensar juntos y aunar el reclamo. Hay muchos espacios de intercambio en común para tirar para el mismo lado.
– Un poco pero entiendo que cada uno tiene derecho a expresarse y manifestarse en la forma en que cree mejor hacerlo. No tengo una posición respecto a como estaría bien o mal. Me llamó la atención pero cada uno gestiona y produce los hechos que cree que van a redituar resultados a las necesidades. Personalmente pienso que hay que trabajar más agrupados y con el consenso de toda la actividad que es más grande. Pero estos son momentos en que todo el mundo tiene expresa lo que necesita y las urgencias de la gente que representa.
-Si…Tuvimos una acción de #TeatrosBaldíos.
-No te lo puedo decir porque sería hacer futurología. Confío en que el Ministerio de Cultura de la Ciudad tiene conciencia de la gravedad de la situación y hay intención de acompañar. Quiero pensar eso. Vamos a proponer ideas y armar una mesa de trabajo. No vamos a pedir cosas sino a pensar juntos. Realizaremos todas las acciones que se conocen de ARTEI con la intensidad que amerite el momento.
– Me imagino trabajando con la misma fuerza que hoy, celebrando que estemos todos sanos y libres de riesgo así como abriendo el teatro al tiempo que invitaríamos al público a volver a las salas. Eso va a ser lo más difícil. Esto se ve que pasa en el mundo que no va a volver corriendo la gente. Nuestra responsabilidad será invitar al público y mostrarle todo lo hermoso que tuvimos que perder durante estos años.
– No me sorprende. Cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera. Yo, a título personal y no hablo por ARTEI, no puedo pensar al teatro por streaming. El hacerlo fue una medida que se tomó en este momento de emergencia como una posible salida. Hay cosas del streaming que llegaron para quedarse pero creo que, lo que se quede o desarrolle, va a ser un nuevo lenguaje.
-No sé si se la contaría. Le daría un gran abrazo y me aseguraría que tenga la valentía, la fuerza y la polenta para va a necesitar para estar en esta profesión que amamos. Sería puro deseo.