Hace cincuenta años exactamente, aparecía un frío y escueto comunicado en el que daba por cerrada una etapa que sobrepasó el ámbito meramente musical para extenderse a lo social: Paul Mc Cartney dejaba a los Beatles.
Así titulaba el Daily Mirror a una situación que se veía venir y que dio paso a una nueva era. Como se señala en los libros de historia los años AC o DC (antes de Cristo y después de Cristo), también podría decirse que ese 10 de abril de 1970 fue el primer día de la era DB (Después de los Beatles).
Al día de la fecha, no hay casi artista que no le deba algo a los Beatles. Ellos fueron los que extendieron la música a límites insospechados para la época. Hay periodistas como Diego Fischerman que sostienen que «entre 1958 y 1968 hubo un enriquecimiento y un desarrollo tal a nivel músical superior al período que va desde 1968 hasta nuestros días» (1). En mi caso lo extendería a 1969, debido a la grabación del excelente “Abbey Road”, de los Cuatro de Liverpool.
Igualmente, la situación en el seno del cuarteto era insostenible. De hecho, para ese mes de abril de 1970, iba a salir el disco “Let it be” que había sido grabado en 1969. Como no habían quedado muy conformes con la cantidad kilométrica de cinta grabada, encararon el proyecto de “Abbey Road”, con la producción de George Martin. “Let it be” (cuyo título original era “Get back” ya que implicaba una vuelta a las raíces) fue arreglado por Phil Spector, agregándole cuerdas y coros femeninos varias canciones como “The long and winding road”. Previamente, Lennon ya había anunciado su partida del grupo pero no se había efectivizado oficialmente. Ahí es cuando llega el comunicado de Paul diciendo que “dejaba a los Beatles”. Las causas de la separación siguen siendo variadas. Que estaba Yoko Ono; que Mc Cartney quería que sus suegros se hagan cargo de las finanzas del grupo mientras el resto quería a Allan Klein; que después de la muerte de Brian Epstein no había quien los contenga; que estaban podridos uno con otro después de casi quince años de conocerse y compartir todo; que cada uno quería intentar hacer su propia vida y carrera.
En su icónico libro “Retromanía”, el periodista Simon Reynolds realiza la doble operación de agradecer y culpar a los Beatles en tanto abrieron unas puertas que ellos mismos cerraron. ¡Todo en el período de poco más de un año! Esto es con la aparición de “Sgt Pepper” y “The Beatles” –el popularmente conocido álbum blanco-. Toda la apertura a nivel psicodelia y experimentación que tuvo en 1967 con “Sgt Pepper” –sin olvidar el sublime “Revolver” de 1966- se cierra con ese resumen completo de lo que era la música occidental que era el disco doble. Es más, el Álbum Blanco contiene a la vez su gesto más progresivo (“Revolution 9”) y su síntoma más regresivo (“Back in the USSR”). En el primer caso, se verificaba esa voracidad de pacman en la búsqueda constante de expansión de los límites que permitía el coqueteo con otras manifestaciones culturales (la música contemporánea, clásica, el avant-garde). En el segundo, ya se inicia un viraje de añoranza y respeto a una mayoría de edad en tanto un pasado cercano. Comienza la glorificación de los precursores. Una contemplación de las condiciones de producción a las que se le rendía una pleitesía que todavía no había llegado a la museificación.
Rodolfo Mederos recuerda que “aparecieron Los Beatles e hicieron que todo lo que había antes de ello, fuese antiguo y viejo. El tango, el jazz, la bossa nova, el bolero, el flamenco. Todo quedó viejo, en un pasado, detrás de los Beatles. El mundo en general empezó a tener otras expectativas. La tecnología fue avanzando aunque también habría que ver si se usa bien el término “avanzar”. Sobre su influencia, en relación a lo que fueron en el tango Astor Piazzolla y en el jazz Miles Davis, dejó una reflexión por demás interesante. “Aquellos músicos que tienen una muy fuerte definición en sus acciones y son muy subyugantes –que todos quedamos como enamorados de ellos-, es una luz que no deja ver el camino. Esto es cierto. Hay que apartarse de esa luz. A la sombra de un gran árbol no crece nada. Entonces hay que salir de ahí porque uno queda apresado y haciendo una imitación que no tiene ningún valor. Es un exterminio de uno mismo”. (2)
Fernando Blanco, de Nube 9 y estudioso de la historia de los Beatles tiene otro punto de vista. “Es una forma de verlo. Es verdad que son luces muy fuertes pero Miles Davis y Piazzolla fueron el techo de un género, muy difícil de superar y seguir el camino evolutivo. Esto va más allá del gusto. En cambio, los Beatles son las paredes. Sobre el piso del rock and roll, los Beatles pusieron las paredes para que surgieran mil cosas. Para atrás, ves buen rock and roll y para adelante, dispararon un montón de cosas. Desde Pink Floyd hasta los Sex Pistols, hay un link a los Beatles. Todo puede aparecer en los Beatles. Por eso no creo que sea un techo. Si a nivel calidad pero me parece que no encandilaron tanto”. (3).
Al día de hoy, negar la influencia de los Beatles es caer en una necedad absoluta. En la contratapa del disco “The Beatles in the Hollywood Bowl”, George Martin, su sempiterno productor decía, con magnanimidad, “Mi hija más pequeña Lucy, de 9 años me preguntó ‘Vos grababas con ellos, no, papito?’ y agregó ‘¿Eran tan grandes como los Bay City Rollers?’. ‘Probablemente, no’, le respondí. Algún día descubrirá la verdad”.
Igualmente, se cae en esa paradoja reconocer ese antes y después en la música pero al mismo tiempo, pedir que venga otra banda y los supere. Es difícil esto. Blanco afirma al respecto que fue “el punto donde convergieron todos los caminos y un momento histórico ideal. Hoy sería imposible. A todo eso, hay que sumarle el talento de ellos. Como dijimos, hoy es prácticamente imposible que converjan en una banda dos talentos y caracteres como los de Lennon y Mc Cartney y que encima, aparezca un tercero como Harrison. Es de locos. Es casi un milagro”. (3).
Los Beatles inventaron hasta el momento exacto de separarse. No estaban en decadencia sino en la exploración de nuevos rumbos. Esto es bien apreciable en varios temas de “Abbey Road” como “I want you (she’s so heavy)”, el medley del lado B, o “Because” con el “Claro de luna” tocado al revés.
Pero ¿hubiese valido la pena que sigan juntos? Esta pregunta, centralizada en esos cuatro individuos que, al decir de Lennon, fueron “las únicas personas que no vieron a los Beatles”.
Se cumplen cincuenta años del comienzo de la era DB. Los discos de los Beatles se siguen vendiendo, escuchando y disfrutando sin cesar tanto como su música, objeto de estudio y admiración. ¡Yeah!
-Notas
(1) Entrevista a Diego Fischerman
(2) Entrevista a Rodolfo Mederos:
(3) Entrevista a Fernando Blanco: