Araoz y la verdad (Teatro)

Prolija, amena y por los carriles conocidos.

De Eduardo Sacheri. Adaptación y Dirección: Gabriela Izcovich. Con Luis Brandoni, Diego Peretti y David Di Napoli. Vestuario: Lorena Diaz. Diseño de escenografía: Jorge Ferrari. Diseño de luces: Eli Sirlin. Música original y Sonido: Lucas Fridman
Paseo La Plaza. Av Corrientes 1660. Miércoles y Jueves, 20.45 hs; Viernes, 21.00 hs; Sábado, 20 y 22 hs y domingo, 19:30 hs.

Hay puestas que son como un concierto de los Rolling Stones o Paul Mc Cartney. ¿En qué sentido? En que uno sabe que va a escuchar. La calidad está garantizada obviamente pero no hay sorpresa. ¿Acaso Mc Cartney haría todo un concierto con temas solistas sabiendo que casi el 40% del legado beatle le pertenece? 

“Araoz y la verdad” es de esta tónica. Ezequiel Araoz va en busca de Perlassi, un ex jugador de fútbol (héroe de su infancia) a un pueblo muy lejano. Allí, lo recibe Lépori, un amigo de Perlassi con el que interactúa mientras llega el ex futbolista. Ambos personajes irán descubriendo sus historias, en las que el fútbol se mezcla, como tantas veces, con la vida misma. La escenografía y la iluminación son de primera calidad y van cambiando con naturalidad a medida que transcurre la obra. El desarrollo de los personajes se basa en la sapiencia de Brandoni y Peretti que dotan a sus criaturas de los matices necesarios a lo que requiere cada momento de la obra. El único lunar es la reiteración del recurso del apagón y que en algunas escenas, se vuelve sobre lo mismo, para “aclarar” la situación, alargando la puesta sin necesidad y más aún, con los recursos técnicos con los que se cuenta. 

Con una duración de 70 minutos, la obra sería una puesta redonda en toda su expresión. Y aquí es donde surge la relación con Mc Cartney-Stones: está todo fríamente calculado y cada cosa va en su lugar, con una prolijidad que abruma porque se podría haber intentado algo diferente en vez del camino seguro del aplauso frente a lo esperado. En un recital, uno lo pasa muy bien escuchando, por ejemplo “Yesterday” o “Start me up” pero sabiendo de la calidad y la historia de los artistas, el deseo pedirá a gritos “Helter Skelter” o “Rip this joint”. Esa sorpresa interpretativa que va más allá de la consagración obtenida por meritos propios. 

“Araoz y la verdad” entretiene y logra complicidad pero tomando uno de los recursos de la obra como el futbol, peca de tener un dream team y ganar 1 a 0 cómodo y efectivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio